Tras regentar varios negocios en Valdeorras, aplica en Trives su receta de éxito: comida casera y abundante

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO

A POBRA DE TRIVES

En febrero, Poldo Martínez se puso al frente del restaurante Casanova en A Pobra de Trives.
En febrero, Poldo Martínez se puso al frente del restaurante Casanova en A Pobra de Trives. LOLITA VÁZQUEZ

Poldo Martínez se puso el pasado mes de febrero al frente del restaurante Casanova

25 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En febrero, Leopoldo Martínez iniciaba una nueva aventura empresarial. El hostelero barquense dejaba el Mesón Poldo en A Rúa de Valdeorras para coger las riendas del Casanova, un restaurante trivés con mucha historia que llevaba unos meses cerrado. «Me llamó el presidente del CD Trives para decirme que el dueño buscaba quien lo cogiera y vi la oportunidad», señala. Ponía fin a una década en A Rúa, que en la última etapa compaginó con la Cociña do Lar en O Barco. Antes había estado al frente del Volobriga de O Bolo. Siempre con la misma receta para conseguir la fidelidad de la clientela: comida casera, mucho plato de cuchara y raciones abundantes. Todo a precios que califica de «casi un regalo». Eso es lo que ofrece en el restaurante ubicado en la calle Marqués de Trives, en un local en el que a diario no faltan los guisos en el menú, con opciones de pescado. Los fines de semana las opciones incluyen callos, navajas, calamares, chipirones, langostinos, churrasco, chuleta de ternera, bacalao, recita Poldo como si estuviese atendiendo a unos clientes. Siempre varios primeros y varios segundos a elegir, para que haya opciones al gusto de todos. También los postres son caseros.

El negocio tiene también pensión. Está situada en el piso superior del restaurante, con acceso desde la calle de atrás, situada en la rúa Alfredo Casanova. «Hay tres habitaciones dobles que se pueden hacer triples porque tienen un armario pequeñito del que sale una cama, y dos cuartos de matrimonio», explica el hostelero.

Poldo hace un balance positivo de estos primeros meses en A Pobra de Trives. Y eso que son, por tradición, de los más flojos del año. Ahora confía en que el verano y la llegada de la gente de vacaciones para que animen las noches de la semana. De momento no dan cenas salvo viernes, sábados y vísperas de festivo (como en Semana Santa o el puente de mayo) pero su idea es ampliar el servicio de cocina nocturno a todos los días durante los meses de más calor. El local cierra los domingos después de las comidas y a diario de cinco a siete de la tarde.