«Levamos unha semana durmindo no restaurante para evitar que nos entren a roubar»

Desde el martes de la semana pasada, Joaquín Lado duerme en un colchón tirado en el suelo de su restaurante, el San Mauro en O Barco de Valdeorras. En la otra esquina del local pasa las noches Jordi, el camarero. Es la fórmula que han encontrado para intentar evitar que entren a robar una vez más. En lo que va de año, le reventaron tres veces la puerta trasera. La cifra sube a cinco si echa la vista un poco más atrás. No quiere volver a sentir la indefensión de ser víctima de un nuevo robo, por eso el martes decidieron quedarse a dormir. Y siguen.

Joaquín y Jordi tomaron la decisión al ver merodeando por las puertas del establecimiento a uno de los tres vecinos de la localidad que en los últimos meses han sido detenidos en varias ocasiones acusados de robos en establecimientos comerciales y coches, fundamentalmente, aunque en algún caso han asaltado también bodegas particulares. Pensaron que esa noche intentaría entrar a robar de nuevo, así que decidieron quedarse a hacer guardia. No sucedió. No en el San Mauro, pero sí en un establecimiento de productos gourmet, y en una peluquería, dos negocios situados a apenas cincuenta metros de su local. No fueron hechos aislados. Desde ese día ha habido más robos en comercios. El último, conocido, en la madrugada de ayer.

«É un sinvivir», dice. Y ante la reflexión de que dormir en un colchón tirado en el suelo tampoco es muy buen plan de vida, asegura que no encuentra otra salida. «¿Que fas?», se pregunta. Relata que el sentimiento de indefensión es común a todos los comerciantes. «Estamos todos envelenados», reconoce, porque no entienden que la Guardia Civil los detenga y al día siguiente estén de nuevo en la calle. «Isto non ten xeito. Non pode ser», añade.

En la misma línea habla Jorge Álvarez, que en lo que va de año ha sufrido cuatro robos en A Tenda da Rita. El último fue ese martes al que se refería Lado. Era la tercera vez que el ladrón entraba en su negocio. Y lo sabe porque lo grabaron las cámaras de seguridad. El hombre fue detenido por la Guardia Civil de A Rúa como presunto autor de cinco robos cometidos en tres bares, una tienda y una peluquería. El último que le achacan los agentes tuvo lugar en la madrugada del domingo, cuando lo pillaron en el interior de un bar al que entró tras forzar una ventana. Tras pasar a disposición judicial (la tercera vez este año), quedó en libertad.

«El martes estaba por la calle», lamentaba Álvarez. «Lo pillan, lo detienen y lo vuelven a soltar. Es una sensación de inseguridad, impotencia y desamparo total y nadie está tomando medidas», denuncia. «No es normal tener que adaptarnos a que haya mucha delincuencia en O Barco. Llevamos treinta robos en uno o dos meses», añade. Teme que alguien se tome la justicia por su mano y haya una desgracia.

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