Alegó que los 43 gramos de cocaína que llevaba ocultos en su coche eran de su exnovio, pero los magistrados no la creen y le imponen cuatro años de cárcel

La Voz OURENSE / LA VOZ

O CARBALLIÑO

Shirley Verónica V. M., acusada de tráfico de drogas, en el banquillo de la Audiencia de Ourense.
Shirley Verónica V. M., acusada de tráfico de drogas, en el banquillo de la Audiencia de Ourense. Santi M. Amil

La Fiscalía había pedido la expulsión del país de la sospechosa, vecina de O Carballiño, pero los magistrados no lo conceden dado que tiene acreditado arraigo

06 jun 2025 . Actualizado a las 18:48 h.

Los magistrados de la Audiencia Provincial de Ourense han impuesto una condena de cuatro años, seis meses y un día de prisión a una mujer de 40 años residente en O Carballiño a la que consideran autora de un delito de tráfico de drogas. A pesar de las alegaciones de la sospechosa, que en el juicio aseguró que la sustancia ilegal que le incautaron era de su exnovio, los encargados de juzgar el asunto ven inverosímil su argumento y consideran acreditado que ella se dedicaba a la venta de estupefacientes en su domicilio. Eso sí, pese a que la fiscala pedía alternativamente la expulsión del país de la acusada, natural de Venezuela, el tribunal se muestra en desacuerdo con esta medida al ver acreditado su arraigo en España.

Los hechos se remontan al 12 de julio del año 2022. Los agentes del instituto armado detuvieron a la sospechosa, Shirley V. M., cuando volvía de Sanxenxo (Pontevedra). Se había alojado en un hotel con su madre y su hijo y su regreso le dieron el alto en la avenida del Balneario de O Carballiño. Registraron su coche en el cuartel del instituto armado y en la parte trasera del asiento del copiloto hallaron una bolsa que contenía 43,481 gramos de cocaína, de una pureza de más del 82 %. En su domicilio, al que los investigadores accedieron con una orden judicial, se encontraron otras sustancias, una báscula de precisión, ocho envoltorios con dosis de cocaína (más de once gramos) y sesenta tabletas con diferentes números de pastillas ocultas en el canapé de la cama.

La habitación de la sospechosa, por cierto, tenía cámaras y estaba siempre cerrada con llave. «Tal sustancia sin duda alguna era de la acusada», aseguran los magistrados en relación a la droga incautada en el turismo de la acusada. Aunque ella dijo que pertenecía a su exnovio, y que él la había denunciado para vengarse por la denuncia que había interpuesto en su contra por maltrato, los togados tildan esto de «hipótesis irracional». No conciben los jueces que otra persona hubiera dejado la droga en el coche de la acusada, dada su pureza y su valor, arriesgándose a perderla solo para perjudicarla. La sentencia no es firme.