El restaurante de Arzak incluye en su carta un vino de O Ribeiro

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

RIBADAVIA

Lázaro con los vinos Laudes
Lázaro con los vinos Laudes Santi M. Amil

Los caldos de Adega Laudes, que rondan los 40 euros por botella, pueden degustarse en el tres estrellas Michelin de San Sebastián

30 mar 2023 . Actualizado a las 09:51 h.

Los primos Lázaro Moreno Sotelo y Raúl Álvarez Sotelo tenían un sueño. «La ilusión de mi vida es hacer el mejor vino del mundo», afirma el primero. Para conseguirlo, este enólogo se llenó de formación y de ilusión, pero también de paciencia. «Planté unos viñedos en Esposende, en Ribadavia, cuando tenía 20 años —ahora sopla 43 velas— porque quería que las cepas se hiciesen adultas antes de empezar a elaborar», explica. Lleva 23 años vendiendo las uvas que cosecha. Lázaro y Raúl formaron Adegas Laudes en el 2020 cuando empezaron a cosechar sus propios vinos. La primera añada lleva recibidos numerosos premios internacionales y ahora suma otro reconocimiento, quizá uno de los más importantes para estos primos de O Ribeiro. Su vino se oferta en la carta del restaurante Arzak, con tres estrellas Michelin, en San Sebastián. «Que uno de los cocineros más influyentes y talentosos del mundo se interese por nuestro caldo es un honor. Siento muchísima admiración por su trabajo y estoy deseando volver, que será pronto, para degustar sus platos acompañados de nuestro Laudes», afirma Lázaro.

Se trata de un blanco de guarda — porque pasa varios años entre depósito, barrica y botella— que está hecho con las variedades treixadura, albariño, caíño y godello. Cada botella tiene un precio aproximado de 40 euros. «Siempre quise alcanzar la excelencia, hacer el mejor vino blanco posible a nivel mundial. Eso implica muchísimo trabajo y que todos los beneficios se reinviertan en el proyecto. Es la única forma de lograr el éxito», afirma. Laudes se elabora siguiendo tres técnicas peculiares que lo diferencian de los demás vinos. «Cortamos la mitad de los racimos en el mes de julio para conseguir que la cepa se centre solo en alimentar a los restantes. Hacemos la vendimia de noche para que las uvas lleguen a la bodega frescas. Luego las congelamos para realizar una maceración con nieve carbónica y lograr una máxima extracción de terpenos», cuenta. El resultado ha convencido a Arzak.