Dos nómadas digitales se instalaron en Xinzo por la pandemia y se quedaron: «Apostamos por esta vida»

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

XINZO DE LIMIA

Beatriz de Mesa y Carlos López, nómadas digitales que se han instalado en Xinzo
Beatriz de Mesa y Carlos López, nómadas digitales que se han instalado en Xinzo ALEJANDRO CAMBA

Carlos López y Beatriz de Mesa trabajan como traductores e intérpretes

18 abr 2023 . Actualizado a las 04:29 h.

Ser nómada digital es, además de un trabajo, un estilo de vida. La pandemia por el covid aceleró la toma de decisiones de aquellos que siempre habían pensado en regresar a sus pueblos o en cambiar de vida abandonando las grandes ciudades para asentarse en el rural. La revolución digital llevaba años ofreciendo la posibilidad de trabajar en remoto, desde cualquier punto del planeta, aunque hasta el 2020 no era todavía una tendencia generalizada en España. El covid cambió todo y en muchos pueblos se empezaron a ver nuevas caras. Con el fin de la pandemia y el regreso a la normalidad, algunos retomaron su vidas en las ciudades, pero muchos otros decidieron quedarse.

Entre estos últimos se encuentran Carlos López y Beatriz de Mesas. Una pareja que trabaja en el sector de la traducción. Él es natural de Xinzo de Limia y ella de Plasencia (Cáceres). La falta de espacio en su vivienda de Madrid, unido al aumento en lo precios del alquiler, hizo que con la pandemia decidiesen regresar a Xinzo, de donde es natural Carlos e instalarse en la casa de su abuela, que conservaba la familia. En un primer momento fue algo puntual. Era el año 2020 y Carlos explicaba entonces a La Voz: «Pasaremos como mínimo este inverno». De esto hará en junio tres años.

La pandemia del covid pasó y ellos siguen en Xinzo. Han remodelado la casa de la abuela, a su gusto, y ahora crían gallinas, tienen un huerto y un invernadero. Todo, mientras siguen trabajando como traductores e intérpretes. «A rutina de traballo non cambiou moito, pero si a contorna. Non é o mesmo estar nun piso dunha cidade como Madrid que nunha casa no medio rural con camiños e montes por todos os lados. Agora temos mascotas, galiñas, horta...», señala Carlos.

Trabajan con línea móvil de internet, ya que en donde residen no hay fibra. Lo han solicitado en varias ocasiones, pero siguen esperando. Quizás este sea el único punto flaco de la vuelta al rural. Lo único que desentona con su vida ideal. «Se non tiveramos rede móbil en Xinzo sería un gran hándicap», apunta. De momento, les permite seguir trabajando.

Carlos y Beatriz, en el invernadero que contruyeron en la finca de su casa
Carlos y Beatriz, en el invernadero que contruyeron en la finca de su casa ALEJANDRO CAMBA

Su intención de permanecer en el rural ourensano está avalada por el paso que dieron para convertirse en cooperativa. Una opción ventajosa para ellos que les permite, entre otras cosas, obtener ayudas para desarrollar su trabajo. «Cando levabamos dez meses aquí, decidimos crear a cooperativa, unha figura que nos protexía», explican.

Estando en Madrid, y de manera progresiva, se dieron cuenta de que necesitaban más espacio. Era cuestión de tiempo cambiarse de lugar y la pandemia puso en su camino Xinzo. Además, el nuevo hogar les permite tener mascotas, un perro y un gato, que era un deseo casi imposible de cumplir en una gran ciudad. Entre trabajo y trabajo, cuidan su huerta, donde ya cosechan desde berzas a patatas, tomates, cebollas, berenjenas o pepinos. «De momento estamos aquí e a nosa intención é quedarnos. Apostamos por esta vida e estamos moi contentos. Xinzo é un bo sitio para vivir», añaden.

A través de su página web, linguaetc.es, Carlos y Beatriz desarrollan sus trabajos. Inglés, italiano, portugués, alemán y francés son las lenguas con las que laboran en una casa en las que se hablan siete idiomas. Realizan traducciones a nivel informativo o con fines publicitarios, y también especializados, principalmente de los ámbitos jurídico, económico, técnico e informático. Beatriz ha trabajado en Londres, Bruselas, Berlín o Barcelona como traductora, revisora, correctora y redactora. Carlos, como traductor, localizador y editor en empresas del ámbito europeo en Milán y Londres. Aunque tienen 33 años los dos saben lo que es la vida en las grandes urbes. Siguen, desde A Limia, realizando trabajos a nivel internacional, pero también les gustaría ofrecer sus servicios de manera local, aunque saben que puede ser complicado. «Se hai temo me dixeran que traballaría dende aquí, non o crería. Agora estamos moi ben e non o cambiariamos por nada», concluye Carlos.