«Vía crucis» de la plantilla de Tafisa

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Los trabajadores de la planta de Tafisa en Ponte Caldelas aseguran que van a «luchar hasta el final» para evitar su cierre.
Los trabajadores de la planta de Tafisa en Ponte Caldelas aseguran que van a «luchar hasta el final» para evitar su cierre. ramón leiro< / span>

El ambiente dentro y fuera de la mesa de negociaciones se tensa cada día

04 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Con la cabeza agachada, los brazos extendidos y una corona a los pies aguantó ayer estoicamente uno de los trabajadores de Tafisa la crucifixión a la que, según ellos, les va a someter la empresa si finalmente cierra su planta de Ponte Caldelas. Los ánimos están cada vez más bajos, y lo que hace tres semanas se presentaba como una lucha que solo podía augurar una victoria, parece ahora una cuestión de batallar lo que consideran propio.

Vestidos con la ropa de trabajo, los 60 empleados de la factoría se plantaron frente a la sede de la Fundación Novacaixagalicia, en cuyo interior, en la quinta planta, los representantes de la firma se reunían con los de la plantilla. De las pancartas y los megáfonos se desprendían críticas a los planes de cierre de la fábrica, y junto a los trabajadores volvían a engrosar la protesta sus familiares y parejas.

Todos esperan, cada día con más escepticismo, el final de cada reunión para escuchar las conclusiones. «Esto va a acabar con el cierre total de la planta, no tenemos expectativa ninguna. El grupo Sonae es lo que decidió, y somos David contra Goliat». Habla Miguel Ángel Aller, de 53 años. Lleva 20 trabajando en Tafisa, «toda una vida».

Algo más optimista y combativo se mostraba Miguel Vidal Quinteiro. Está cerca de cumplir los 54 años, y pasó 16 de ellos en la factoría, primero de Pontevedra y más tarde de Ponte Caldelas: «Esto, agora, no momento no que estamos, a única forma que pode acabar é tensar a corda: ou parte para un lado ou para o outro. Eles están na súa posición, nós na nosa, e non imos movernos».

Como tantos otros trabajadores de la factoría de A Reigosa, creen que de ella depende todo su futuro laboral: «Nós o que queremos é traballar. Eu levo 16 anos aí, vou facer 54 anos, e se pechan rebéntame a vida. Cal vai ser a empresa que me vai contratar agora a min con case 54 anos? Non, non hai».

«Despois do sacrificio que fixemos, con tres anos de ere, firmando un por un, agora que nos veñan a dar unha puntilla para decirnos non vos queremos, non hai xeito. Eles son os gandes, e nos os pequenos, pero moitos pequenos poden comer o grande. Non é o caso de David e Goliat», se lamenta.

Igual de desolador es el testimonio de Manuel, con 43 años y 16 en la empresa: «Tal como está en España a política laboral, aos 43 anos non atopas traballo en ningún lado, ou é precario».

«No tenemos expectativas. Es David contra Goliat», lamenta Miguel Ángel Allende