El bonito error que sacó a la calle a cientos de pontevedreses a cantar «Grândola, vila morena» y agitar claveles en el 2023

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

María Hermida

El Ateneo programó una cantata para conmemorar la Revolución dos Caraveis de Portugal, pero no imaginó que su acto iba a ser «un fermosísimo tsunami»

26 abr 2023 . Actualizado a las 19:08 h.

Escuchar al maestro, escritor y pedagogo Xaime Toxo (Bueu, 1955) contar cómo él y otros tantos universitarios de su generación vivieron el 25 de abril de 1974, el inicio de la Revolución dos Caraveis de Portugal, mientras España seguía sin sacudir la caspa del franquismo y ellos militaban en partidos clandestinos, pone los pelos de punta. «Escoitamos na radio que algo pasaba en Lisboa e puxémonos como motos, foi algo que nos marcou tanto... viamos como o exército portugués e o pobo ían acabar coa ditadura e estabamos entusiasmados», narra. Tanto les impactó aquello que, solo unos días después, se subieron al tren para ir a Oporto a vivir el histórico 1 de mayo. Los grises no se lo pusieron fácil en la frontera y a algunos rapaces los mandaron de vuelta a España. A Toxo lo dejaron pasar. «Paraban a uns e a outros non, penso que ao chou porque non tiñan nin idea do que facer xa que de súpeto a moitísimos universitarios se nos ocorreu irnos alá. E en Portugal recibíronnos cos brazos abertos». No fue en vano ese viaje. En 2023 y camino de los setenta años, aún se emociona contando el «inenarrable primeiro de maio no Porto, onde non collía nin unha agulla». Tanto le impactó el 25 de abril a él, que entonces estudiaba Filosofía, y a muchos otros de su generación que pensó que sería bonito que este año el Ateneo de Pontevedra, una entidad que él mismo preside, conmemorase la Revolución dos Caraveis con la ciudad del Lérez como escenario y a golpe de canción. 

¿Por qué este año? Porque él, hombre de letras, se confundió con las fechas y pensó que en el 2023 se cumplía medio siglo de la revolución portuguesa, cuando en realidad son 49. Se percató del fallo en el cálculo cuando su idea de celebrar el 25 de Abril ya había prendido entre los miembros del colectivo. Así que se decidió seguir adelante y festejar que van allá 49 años desde el día que por la radio portuguesa sonó la canción del Zeca Afonso como señal de que comenzaba la revolución y se iba a luchar contra el dictador Salazar. Planificaron un acto pequeño y simbólico a pie de calle. Nunca pensaron vivir lo que ocurrió a última hora del martes en la zona monumental pontevedresa: «Foi impresionante, aínda non cremos que centos de persoas saíran á rúa en Pontevedra para cantar o Grândola, vila morena... hai ganas de cantar pola libertade. Despois deste ensaio fermosísimo, no 2024 hai que facer algo máis grande», dice Toxo todavía con la emoción en el cuerpo. 

En realidad, desde el momento en el que se pusieron manos a la obra para convocar una cantata popular y comunal del Grândola, vila morena todo fueron buenas noticias. Se puso en contacto con ellos Nelson Quinteiro y les dijo que su numerosa agrupación, Máis que Cantos, se sumaba al acto y estaba dispuesta a interpretar canciones tradicionales portuguesas como Mariâo, Pomba branca o Ao pasar a ribeirnha. Desde el Ateneo se quedaron encantados con la propuesta y, como Xaime reconoce, también pensaron eso de que «polo menos aseguramos que alguén virá á convocatoria». Imprimieron cien octavillas con la letra del Grândola y compraron otras tantas unidades de claveles rojos para repartir entre los posibles asistentes. Creían que iban a sobrar. Pero se llevaron una descomunal sorpresa a pie de calle. 

Sobre las siete de la tarde del martes, numerosos pontevedreses se dieron cita en la confluencia de las calles Alhóndiga, Dona Tareixa y Don Filiberto para cantar a todo pulmón el himno revolucionario portugués. Las octavillas no llegaron a nada y los claveles tampoco. Llamó la atención la vestimenta roja y verde que llevaban los componentes de Máis que Cantos y otros asistentes. El acto, un grito colectivo por la libertad y contra las dictaduras al que no faltó ni el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores ni buena parte de los concejales del bipartito de Pontevedra, terminó siendo, en palabras de Toxo, «un fermosísimo tsunami». 

Él mismo se encargó de recordar la importancia que tuvieron los cantautores en las revoluciones. Habló de Víctor Jara o de Pablo Milanés y dijo que el Grândola, vila morena es hoy un himno internacional contra el fascismo. Este miércoles, horas después de que todos los miembros del Ateneo se quedasen perplejos con la asistencia a su cantata, Toxo concluye: «Estamos vivindo tempos convulsos e de crispación. E parece que hai ganas de berrar pola liberdade. Eu non creo que este fora un acto de nostalxia, senón de necesaria memoria». Y termina señalando que, si gusta hacer la revolución cantando, habrá que ponerse ya a organizar el acto del año que viene. Porque «o povo é quem mais ordena».