En marzo arrancan las obras del parque de A Parda, que superan los 5 millones de euros

Serxio Barral Álvarez
Serxio barral PONTEVEDRA / AGENCIA

PONTEVEDRA

El alcalde de Pontevedra, Fernández Lores, asistió a la reunión técnica para fijar el calendario de obras del parque urbano de A Parda
El alcalde de Pontevedra, Fernández Lores, asistió a la reunión técnica para fijar el calendario de obras del parque urbano de A Parda ADRIÁN BAÚLDE

Ocupará 33.000 metros cuadrados al otro lado de la estación de trenes de Pontevedra

23 feb 2025 . Actualizado a las 19:04 h.

Al fin, las obras del parque urbano de A Parda, un proyecto que lleva muchos años en la agenda municipal, están a punto de iniciarse. Lo harán, tal y como se acordó en una reunión técnica celebrada este viernes en el Concello de Pontevedra, en la primera quincena de marzo. Una inversión de 5,3 millones de euros y algo más de dos años de trabajos —el plazo de ejecución previsto en el contrato son 28 meses— servirán para acondicionar el que será el parque urbano más grande de la ciudad, con una superficie similar a la que suman que ocupan la Alameda, el paseo de Montero Ríos, los jardines de Vincenti y Las Palmeras. Ocupará 33.000 cuadrados en un terreno situado al otro lado de la estación que lleva unos 30 años en manos del Concello tras su cesión por parte de Renfe.

El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), asistió este viernes a esa reunión en la que técnicos municipales y representantes de las dos empresas pontevedresas que ejecutarán la obra —Covsa y Ramírez— fijaron el calendario inmediato de actuaciones para hacer realidad el viejo sueño de la ciudad de acondicionar por fin esos terrenos. «Estou especialmente contento por poder anunciar que o día 25, o martes que vén, será presentado o plan de seguridade e hixiene —explicó el alcalde—; e o día 27 será asinada a acta de marca [replanteo de la obra], polo que as obras poderán comezar xa. A data que manexan as empresas é a primeira quincena de marzo».

El futuro parque tendrá dos accesos, uno por la rúa Entrevías y otro por las inmediaciones del edificio de juzgados. En ambas entradas, separadas unos 580 metros, se habilitarán sendos aparcamientos disuasorios que sumaran algo más de 200 plazas de uso gratuito.

El proyecto contempla la plantación de más de 1.800 árboles de diferente porte, la creación de una red de senderos interiores; dos miradores, aprovechando la diferencia de cota, sobre la playa de vías del tren y la ciudad; un parque infantil, rocódromo y skate-park, y la canalización de un regato que cruza la zona.

Fernández Lores, con Xaquín Moreda, el pasado mes de spriembre en los terrenos de A Parda donde se acondicionará el parque.
Fernández Lores, con Xaquín Moreda, el pasado mes de spriembre en los terrenos de A Parda donde se acondicionará el parque. Ramón Leiro

Precisamente, domesticar el agua que surge de manera natural en la zona será, junto al desbroce de las 3,3 hectáreas de terrenos, uno de los primeros cometidos de las obras que se iniciarán en marzo, ya que se dedicarán dos meses a llevar a cabo un estudio hidrográfico. El objetivo es localizar, explicó el alcalde, «eses olleiros onde nace a auga para canalizala e levala por onde sexa preciso ao longo da parcela».

La presencia de agua natural en fue uno de los elementos que se tuvieron en cuenta a la hora de diseñar el futuro parque, ya que se quiere aprovechar como elemento distintivo del nuevo espacio de ocio urbano.

Pabellón deportivo

El parque urbano y las zonas de juegos, senderos y canalización ocuparán unos 23.000 metros cuadrados del terreno disponible. Los otros diez mil se desbrozarán y se ajardinarán pero se reservarán para construir el futuro pabellón deportivo de A Parda, otro proyecto que lleva años en cartera y para cuya financiación se llegó en su día a un acuerdo con la Xunta, aunque de momento carece siquiera de proyecto.

Lores explicó que a lo largo del tiempo la dotación deportiva prevista en A Parda ha ido variando, pero lo más probable es que se construya un pabellón se uso preferente para los clubes de gimnasia y que estará dotado también de rocódromo homologado, lo que obligará a elevar su altura hasta los 15 metros. Además, contará con dos pistas y será apto para competiciones de diversas modalidades deportivas.

En su día se llegó a barajar un coste de entre 12 y 15 millones para la construcción y dotación de este pabellón, pero Lores cree que esta previsión puede quedarse corta. De momento, el alcalde se daría por satisfecho si en el actual mandato municipal se dispone de anteproyecto y del plan de financiación.

Los terrenos llevan 30 años esperando tener uso

Los terrenos de A Parda en los que se acondicionará el parque arrastran una larga historia. Anterior incluso a la llegada de Fernández Lores en la alcaldía, lo que hablando de Pontevedra supone un pasado muy lejano. Hace tres décadas desde que Renfe cedió al Concello de Pontevedra estos 33.000 metros cuadrados situados al otro lado de la estación. Fue en el marco de la operación urbanística por la que se recalificaron los terrenos de la actual Cidade de Pedra, en Eduardo Pondal. En aquel momento, el destino previsto para estos terrenos era la construcción de un centro de transportes.

Con la llegada del BNG a la alcaldía, en 1999, se descartó ese plan, y se empezó a hablar de construir un complejo lúdico-deportivo que incluiría piscinas al aire libre y pistas deportivas. En un primer momento, se barajó la posibilidad de financiarlo con el rendimiento económico que se obtendría de la recalificación urbanística de los terrenos del cuartel de Campolongo.

En el año 2004, Concello, Diputación y Xunta firmaron un convenio que incluía la reforma de Pasarón y la construcción de ese complejo de A Parda, que entonces se valoró en 2,7 millones de euros y cuya ejecución asumirá la Administración autonómica. El diseño preveía habilitar un «pulmón verde» en el que se integrarían, entre espacios ajardinados, tres piscinas, un módulo deportivo y pistas de fútbol, pádel, baloncesto y skate, entre otras instalaciones. El Concello cedió la titularidad de la parcela a la Xunta. La obra se adjudicó en el 2008 a Teconsa, y se iniciaron los trabajos. Pero un año después la empresa presentó suspensión de pagos y la actividad se paralizó, quedando en A Parda unas estructuras a medio hacer que se fueron deteriorando y acabaron siendo hogar de personas sin techo. Ahora tendrán que ser demolidas en su totalidad.

Siguiendo con el devenir de esos terrenos, aquel convenio acabó extinguiéndose y en el 2012 la junta de gobierno local revocó la cesión de los terrenos que se había hecho a la Administración autonómica. De esta manera, la parcela volvía a ser municipal y el Concello podía decidir el futuro del proyecto.

En aquel momento se barajó vincular la construcción del complejo con la concesión de las piscinas de Campolongo. Pero aquel plan fracasó, y finalmente se puso sobre la mesa la construcción del parque que ahora, al fin, está a punto de iniciarse.