A la piscina con 90 años: «Hago 42 largos cada día y me dan la vida»

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

PORTAS

R. G.

La estradense Ángeles Portas lleva 21 años cumpliendo con su rutina acuática

12 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Ángeles Portas Varela es la socia más veterana de la piscina climatizada de A Estrada y la envidia de todos los nadadores que coinciden con ella. Quizás no sea la más rápida ni la más estilosa, pero puede presumir de hacer 42 largos cada día a sus 90 años. «Ya casi 91, que los cumplo el 28 de febrero», matiza Ángeles, que no necesita quitarse años para sentirse joven.

Ángeles debería tener el carné de oro de las instalaciones, si tal privilegio existiese. Probablemente no haya otro usuario más fiel que ella, que empezó a frecuentar la piscina nada más abrir sus puertas. «Fue en el 2001. A mí me dieron una alegría, porque me encanta nadar y en invierno no podía hacerlo. Podría haber ido a la piscina de Caldas, pero entonces estaba cuidando a mi madre y no podía desplazarme», explica. Cuando A Estrada estrenó su piscina climatizada, Ángeles Portas se tiró de cabeza. «Ni lo pensé», confiesa.

Desde entonces, la estradense solo ha faltado a su cita con el agua por causas de fuerza mayor. «Falté un mes cuando me operé de la cadera», cuenta.

El resto del tiempo, Ángeles ha cumplido con su ritual, que se desarrolla invariablemente de lunes a jueves, llueva o agua buen tiempo. «El fin de semana descanso», explica.

La estradense no va a la piscina en plan balneario, como hacen algunos usuarios. Que también es lícito, por supuesto. Cualquier movimiento es mejor que nada y la vida social refuerza la salud por sí misma. Pero Ángeles no es de ese palo. A ella, en la piscina, lo que le gusta es nadar.

Su rutina de ejercicio es siempre la misma. «Yo nado a mi ritmo, pero descansar no descanso. Nado todo seguido. Hago 21 largos, después 15 minutos de bicicleta acuática y para terminar otros 21 largos», explica. Sus estilos favoritos son braza y espalda. «A mi manera», insiste. «A braza voy con la cabeza debajo del agua porque me duele un poco el cuello al levantarlo. Voy más bien buceando», explica.

Los veranos de Ribeira

Ángeles nunca hizo ningún curso de natación. Aprendió a nadar de niña, en las playas de Vilagarcía —de donde era originario su padre— y sobre todo en las de Ribeira, a donde acudía con su hermana y con sus primos y donde vivió algunos de los mejores veranos de su vida. «Mi padrino nos agarraba a mí y a mi hermana y nos ponía a nadar. Así aprendí», recuerda. Ya de adulta acudió muchos domingos con sus hijos a la playa de Las Sinas. «A ellos les gusta también el agua, pero creo que no tanto como a mí. Y ahora a los nietos, que tengo nueve, también les gusta», explica. «Al bisnieto de momento no», cuenta la matriarca orgullosa. «A mí en cambio me gusta hasta nadar en el río. Ahora en verano vamos a veces a la playa fluvial de Liñares. Mis hijas notan el agua fría, pero yo siempre me baño», explica.

«La piscina me da la vida. Si me falta, me falta algo. Mis hijos me dicen siempre que, mientras pueda, no deje de ir a nadar. Pero yo ya no tengo pensado dejarlo», advierte Ángeles Portas más que convencida.

Además de disfrutarlo, el ejercicio le sienta genial a la estradense porque hasta cumplidos los 90 no tuvo que tomar una sola pastilla. «Yo digo que los 90 me sentaron mal porque ahora tuve que empezar a tomar una pastilla para la tensión y a veces tengo algo de dolor de piernas de noche. Pero, como me queje, mis hijas me tapan la boca enseguida. Siempre me dicen que tienen ellas más achaques que yo...», cuenta riendo.

Puede que Ángeles Portas no tenga la receta para tener una salud de hierro, pero sí se sabe muy bien la lección del envejecimiento activo. «La piscina te tiene que gustar mucho pero a mí desde luego me sienta bárbaramente y no me da trabajo ninguno venir porque el agua me encanta desde siempre. Será porque soy Piscis», cuenta quitándole cualquier importancia a lo que otros consideran una auténtica hazaña.