La playa de Sanxenxo donde los «hippies» andaban «en porretas» ahora es la reina de Google

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

La playa de Bascuas, que cuenta con bandera azul y servicio de socorrismo, está ubicada entre Montalvo y Pragueira.
La playa de Bascuas, que cuenta con bandera azul y servicio de socorrismo, está ubicada entre Montalvo y Pragueira. ADRIÁN BAÚLDE

Bascuas, curtida en batallas contra los que se escandalizaban por el nudismo, fue fascinante nido de ligoteo hasta que las familias naturistas comenzaron a campar a sus anchas

14 jul 2023 . Actualizado a las 21:29 h.

No es lo mismo desnudarse en las Cíes, por mucho que las islas fetiche del parque nacional Illas Atlánticas se abarroten cada día, que hacerlo en pleno Sanxenxo. Coincidiremos todos en que bañarse como vinimos al mundo en pleno corazón turístico de las Rías Baixas tiene un punto peculiar, más que nada porque hay que saltar ese pudor que da poder encontrarse con el vecino de arriba, el profesor de tus hijos, el jefe o la pescantina sin nada separando su piel del agua. Sin embargo, lo cierto es que hace más de cuarenta años que se practica nudismo en uno de sus arenales, el de Bascuas, desde hace tiempo incluida en las guías turísticas como playa naturista. Ha corrido tanto el tiempo desde que aquellos mozos hippies de los setenta le sacaban los colores a la España de la época despojándose del bañador en Bascuas, entre las playas de Montalvo y Pragueira, que hasta ha pasado de moda la expresión que se usaba entonces para definir lo que hacían: «Andan en porretas», se decía y se escribía entonces de ellos.

Bascuas sigue siendo nudista como lo era en aquella España aún en blanco y negro en la que María José Cantudo o Marisol todavía no se había atrevido con los que luego fueron los primeros desnudo integrales del país en portadas de revistas. Pero dicen quienes la conocen bien, los de Bascuas de toda la vida, que podrían llamarse, que han cambiado muchas cosas en este arenal que es uno de los reyes de Google, es decir, uno de los puntos del litoral de Sanxenxo al que los internautas le dan la puntuación más alta —4,8 de un total de cinco—. Señalan los que la pisan desde hace décadas que Bascuas ha perdido el toque gamberro y de libertinaje: «Antes ligábase moito aí... aí e nos campos de millo próximos nin che digo», cuenta un hombre que tiene en su memoria historias fascinantes de Bascuas.

ADRIÁN BAÚLDE

Dicen estas mismas voces que la playa, en un punto privilegiado del Atlántico en el que las Ons le sirven de abrigo, fue evolucionando hacia un turismo mucho más familiar; nudismo, sí, pero con niños correteando y familias enteras desprovistas del bañador. La versión doméstica del naturismo, podría decirse. Para otros la visión es distinta. Y señalan que ningún tiempo pasado fue mejor, que ha sido una maravilla que se mejorasen los accesos, que tenga un chiringuito «do mellorciño» y que, efectivamente, el personal se cuente al por mayor ahora en la zona.

Sea como fuere, Bascuas reina bien en Google, donde los internautas la definen como una playa de aguas cristalinas, arena fina y un chiringuito con terraza maravillosa exclusivas vistas al mar. Algunos cuentan anécdotas que revelan ese punto familiar que tiene. Un internauta, dice: «Quiero mostrar mi agradecimiento a la persona que me dejó una nota en el parabrisas del coche advirtiéndome de que junto a la rueda trasera había un agujero, el cual no advertí al aparcar».

Parece que ha pasado toda una vida desde que los bañistas desnudos y los textiles acabaron en el juzgado por sus broncas en Bascuas. Cuarenta años. Y, sobre todo, la vuelta al calcetín que se ha logrado darle a este país.