
La popular aplicación, que hizo famoso el lema «aprender es adictivo» y tiene millones de usuarios, prescinde de empleados humanos, lanza cursos realizados con inteligencia artificial generativa y prueba con el ajedrez
02 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando la pandemia interrumpió nuestras vidas, se puso de moda el lema «vamos a salir mejores». Para muchos eso se tradujo, durante los confinamientos y las restricciones, en querer aprender nuevos idiomas desde nuestros móviles. Y ahí estaba Duolingo, dispuesta a atrapar nuestra atención desde las tiendas de aplicaciones de Google y Apple con una amplia oferta de cursos y un eslogan que cumple a rajatabla: «aprender es adictivo».
Duolingo nació en Estados Unidos, en Pittsburgh, en Pensilvania, en el año 2011. Sus fundadores son el profesor universitario Luis Von Ahn, de origen guatemalteco, inventor de la tecnología ReCAPTCHA, y uno de sus estudiantes de doctorado, el suizo Severin Hacker. En su momento estudiaron crear una compañía sin ánimo de lucro, pero al final se decidieron por una empresa clásica. Triunfaron desde el principio. Cuando lanzaron al público su criatura, en junio del 2012, tenían una lista de espera de unas 500.000 personas. Dos años después contaba con 25 millones de usuarios registrados. Desde entonces no han dejado de crecer. La empresa cotiza en el mercado bursátil Nasdaq, especializado en tecnología. Y tuvo ingresos en el 2024 superiores a los 700 millones de dólares.
Su modelo de negocio combina servicios gratuitos con publicidad (tanto en la versión web como en las aplicaciones para móvil) con dos versiones de suscripción prémium. La clásica, Super Duolingo,suprime los anuncios y da mucho más opciones de aprendizaje a los usuarios. La más reciente, llamada Max, incorpora nuevas funciones que usan inteligencia artificial generativa, como juegos de rol, conversaciones y vídeo llamadas con avatares de IA. Aún no está presente en todos los cursos ni en todos los países. Duolingo tenía 9,5 millones de suscriptores de pago activos a finales del 2024, según los datos de la empresa.

La plataforma estadounidense presume de ser la aplicación educativa más descargada del mundo. Pero también podría hacerlo de su capacidad para enganchar a más de 40 millones de usuarios diarios y a más cien millones al mes (según los datos del cuarto trimestre del 2024) con una oferta formativa basada sobre todo en el entretenimiento y en los juegos. Con su fórmula, discutida en foros especializados, pero que goza de gran éxito popular, amplió su campo de actuación de los idiomas a otras áreas como la música y las matemáticas. No va a quedarse ahí. Se preparan para enseñar ajedrez con un curso muy entretenido (según el portal The Verge) con minijuegos y retos, en el que se podrá competir contra la popular mascota de Duolingo, un búho verde llamado Óscar. ¿Será la primera piedra de futuras expansiones? ¿Plantean los fundadores de la plataforma crear una superapp en la que los usuarios pasen aún más tiempo y hagan todo tipo de tareas, como también pretende hacer Elon Musk con X o Mark Zuckerberg con WhatsApp o Instagram? Veremos.

La polémica apuesta por la IA generativa
Duolingo ha sido noticia recientemente por su apuesta por la IA. El 30 de abril anunciaron que lanzaban 148 cursos nuevos de idiomas, lo que suponía «la mayor ampliación de contenido de la historia de la compañía». ¿De qué se trataba en realidad? De hacer que sus siete cursos más populares sin contar los que están en inglés -castellano, francés, alemán, italiano, japonés, coreano y mandarín- estuvieran disponibles para 28 versiones de su aplicación. ¿Qué supone para los usuarios españoles? Que pueden «aprender japonés, coreano, y mandarín, entre otras lenguas».
Según Luis von Ahn, primer ejecutivo de la empresa, «desarrollar nuestros primeros cien cursos nos llevó unos 12 años, y ahora, en uno solo, hemos sido capaces de crear y lanzar casi 150 nuevos», ¿Cómo lo hicieron? Con inteligencia artificial generativa, que les permitió automatizar la creación de docenas de cursos a partir de uno que sirvió de modelo.
Ese planteamiento tiene un coste, el despido de empleados humanos que hacían lo que «ahora la IA pueda manejar». Lo escribió.Von Ahn en LinkedIn. Y ha causado mucha polémica, merecida. Aunque en el mismo texto declaró que la compañía se preocupa mucho por su personal, los llamados «Dúos», y que solo quería eliminar «cuellos de botella», «el cambio da miedo» y la amenaza está ahí: si tienen éxito, ¿cuántas empresas seguirán su ejemplo? ¿Estamos -antes de lo que pensábamos- a las puertas de una revolución en el empleo a causa de la IA?