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Destripando el nuevo iPhone

A. L. REDACCIÓN / LA VOZ

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El sensor de huellas del 5S lee el dedo en cualquier ángulo y dirección

26 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los nuevos iPhone 5S y 5C aterrizaron ayer en España envueltos en una gran expectación, la misma que provocó que se vendieran nueve millones de unidades en los tres primeros días tras su lanzamiento. Un vistazo de cerca a los nuevos terminales permite comprobar que Apple mantiene los estándares de calidad que sitúa sus teléfonos, al menos en términos de diseño, un punto por delante de sus rivales.

El 5S incorpora como principal novedad un botón Home con lector de huellas integrado. Gracias a él se puede desbloquear el móvil o hacer compras de música, libros o aplicaciones sin necesidad de introducir contraseña alguna. El proceso para configurarlo lleva aproximadamente un minuto y el programa que gestiona el sistema, Touch ID, escanea minuciosamente el dedo. Apple advierte al usuario que sus huellas dactilares (se pueden registrar varias) no quedan guardadas en ninguna base de datos. El sensor funciona en 360 grados, por lo que podemos posar el dedo en cualquier ángulo y dirección y Touch ID lo reconocerá. Es rápido y sorprendente, aunque cuesta acostumbrarse al principio.

El 5C es básicamente un iPhone 5 con una cubierta trasera de policarbonato brillante. Es un material que se siente sólido (está soldado con láser a un marco interno de acero) y que en absoluto transmite la baja calidad a la que se suele asociar el plástico. La diferencia de grosor respecto a la anterior versión es casi inapreciable, no así el peso (132 gramos, frente a los 112 del iPhone 5). Apple ha creado unas fundas de silicona específicas para este modelo que crean combinaciones de colores muy llamativas. Por dentro están revestidas de piel y gracias a sus grandes agujeros añaden muy poco peso al teléfono, otra muestra del diseño inteligente que caracteriza a la firma de la manzana.