Probamos la versión Evolve 87 kWh 4x2, con hasta 525 kilómetros de autonomía eléctrica y con elementos inéditos como guanteras y consolas electrónicas o botones con retroalimentación háptica.
26 ene 2023 . Actualizado a las 18:12 h.A lo largo de sus 136 años de historia, el automóvil ha ido evolucionando tecnológicamente hasta llegar al momento actual. El Nissan Ariya es un buen ejemplo de esa evolución, ya que incorpora muchas de las soluciones de vanguardia de la nueva era de la movilidad eléctrica e introduce algunos elementos inéditos como guanteras y consolas electrónicas o botones con retroalimentación háptica. En este coche, hasta la pintura es de alta tecnología.
El Ariya mide 4,60 metros de largo y tiene unas formas aerodinámicas, aunque con mucho músculo en el frontal y los laterales. Es un vehículo que hace volver cabezas a su paso, sobre todo de noche con la atractiva tira luminosa que une los dos pilotos traseros, y en esta versión cuenta con llantas de 20 pulgadas que le dan una presencia más rotunda.
Nuestra unidad de prueba llevaba el acabado Aurora Green, uno de los colores desarrollados especialmente para este modelo y que de lejos parece negro, pero cuando nos acercamos y especialmente cuando se refleja el sol sobre la carrocería tiene una tonalidad verde oscura muy atractiva. Nissan ha introducido una pintura con base de agua que permite aplicar los colores a una temperatura más baja, lo que reduce las emisiones un 25 % durante el proceso.
El interior del Ariya es muy acogedor, con unos asientos tapizados en piel y parte del salpicadero y las puertas forrados de Alcántara. Además cuenta con varias molduras que imitan muy acertadamente la madera y en las que se integran, como si estuvieran grabados, los botones de la climatización y otros controles. Estos mandos táctiles cuentan con retroalimentación háptica, una especie de vibración que recibe nuestro dedo cuando los pulsamos.
La consola central no va unida al salpicadero y se puede mover mediante un mecanismo motorizado. Frente a ella hay un guantera central con apertura electrónica, que se suma a la tradicional que hay frente al copiloto. Bajo el reposabrazos encontramos una bandeja de carga inalámbrica para el móvil y para completar el despliegue de este arsenal tecnológico tenemos un retrovisor interior que puede funcionar como uno convencional o convertir su espejo en una pantalla que muestra la imagen de la cámara trasera, muy útil cuando están todas las plazas traseras ocupadas y no tenemos suficiente visibilidad.
Los pasajeros de atrás tienen bastante espacio para las piernas, aunque los asientos están un poco elevados debido a que la batería de iones de litio está situada bajo el piso y ello limita la altura al techo. El maletero tiene una capacidad de 468 litros y un sistema de bandejas que permite poner el suelo en dos alturas y dejar un hueco para ocultar los cables de carga y otros objetos.
Este Ariya tiene un motor eléctrico situado en el eje delantero que da una potencia equivalente a 242 caballos, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos. Una cifra muy buena para un coche que se acerca a los 2.100 kilos en vacío. Tenemos tres modos de conducción, Eco, Standard y Sport, y dos niveles de retención, además del conocido sistema e-Pedal de Nissan. Consiste en circular utilizando únicamente el pedal del acelerador, ya que basta con dejar de pisarlo para que entre en acción la frenada regenerativa. Esto es útil sobre todo en pendientes pronunciadas y si mantenemos la aceleración dentro de unos límites de potencia bajos podemos ahorrar mucha energía.
La batería tiene una capacidad de 91 kWh y puede cargar a un máximo de 130 kWh en corriente continua, con lo que solo necesita 30 minutos para pasar del 20 al 80 %. En alterna, con el cargador de serie de 7,4 kW tarda unas 12 horas en recuperar toda la autonomía, y con el opcional de 22 kW se reduce a 4,5 horas. El consumo medio oficial son 18,4 kWh a los 100 kilómetros, lo que nos da una autonomía teórica de 525 kilómetros.
En marcha es un coche muy confortable, ayudado por una suspensión amable que filtra muy bien las irregularidades, aunque no puede evitar ciertas inercias como consecuencia de la gran masa que arrastra. Esto se nota especialmente al pasar por encima de un badén. Tiene una altura al suelo de 18,5 centímetros y el aislamiento acústico es bueno.
El acabado Evolve incluye techo panorámico practicable, sistema de sonido Bose con diez altavoces, portón eléctrico, aparcamiento asistido, cámara de 360 grados, faros matriciales adaptativos, intermitentes secuenciales, asientos calefactados y ventilados y con memoria, columna de dirección eléctrica con calefacción en el volante, «head up display» y control por voz compatible con el asistente Alexa de Amazon.
En materia de seguridad destaca el control de crucero inteligente con velocidad adaptada a las señales de tráfico, detección de ángulo muerto, reconocimiento de señales y la frenada predictiva de emergencia tanto delantera como trasera.
El Nissan Ariya se fabrica en Japón y está disponible desde 47.900 euros. Hay dos opciones de batería, esta y otra de 67 kWh con la que la autonomía máxima baja a 403 kilómetros. Y tres niveles de potencia, 219, 242 y 306 caballos, ya con tracción total y una aceleración espectacular de 5,7 segundos en el 0 a 100.