
Con la tecnología PoolSense, que combina sensores ultrasónicos y luz estructurada 3D, reconoce automáticamente la forma y el tamaño del vaso y traza rutas optimizadas para dejarlo impoluto de residuos.
20 jun 2025 . Actualizado a las 20:33 h.Los robots domésticos han colonizado el hogar. De las rumbas aspiradoras se pasó a los cortacésped autónomos y luego a los limpia piscinas. Dreame es la última compañía en lanzarse a este mercado con la serie Z1, cuyo modelo estándar hemos probado y que cumple su principal objetivo: eliminar el esfuerzo humano en una de las tareas más tediosas del verano. Y es que tener piscina, además del gasto en electricidad, productos químicos y revisiones, implica una dedicación semanal para evitar el deterioro del agua y el fondo del vaso. Dreame lo describe como «una de las tareas domésticas más incómodas» y por ello se suma a la apuesta tecnológica para convertirla en un proceso completamente automático y sin cables.

El Dreame Z1 destaca por el sistema PoolSense, una avanzada fusión de sensores ultrasónicos y luz estructurada 3D que permite reconocer automáticamente la forma y el tamaño de la piscina, ya sea rectangular, circular o irregular. Además detecta y evitar obstáculos habituales (como escaleras, desagües o esquinas) y trazar rutas de limpieza optimizadas, adaptadas a cada pileta.
Con capacidad para aspirar hasta 30 metros cúbicos por hora, el robot recoge hojas, arena, algas, insectos y otros restos orgánicos. Recorre el fondo, las paredes y la línea de flotación, y gracias a sus dos cepillos y al doble filtro (de 180 micras) todas las superficies quedan completamente impolutas. A través de la aplicación de Dreame, con la cual se pueden controlar todos los dispositivos del ecosistema de la marca, se puede elegir la zona de trabajo: suelo, paredes, línea de flotación o la limpieza estándar, que abarca todas las anteriores. En cada una de ellas es posible configurar la potencia de succión en tres niveles y las horas de limpieza (si queremos que haga un sola pasada o se emplee a fondo). También hay un modo completo, en el que hace todas las pasadas que sean necesarias hasta que considera que ya no hay más residuos por recoger.

A modo de ejemplo, para una tarea de limpieza estándar en una piscina de 52 metros cuadrados (9 x 5 metros de superficie, más paredes y escaleras de obra) empleó 124 minutos, durante los cuales filtró 3.720 litros de agua y agotó el 74 % de la batería. Según Dreame, la autonomía es de aproximadamente 4 horas tras una recarga completa (que tarda entre 4 y 6 horas, dependiendo de la potencia de la red).
Frente a otros robots similares, el Z1 tiene tres ventajas, al menos sobre el papel: al finalizar el ciclo, sube por la pared y aparca automáticamente en el borde para poder ser recogido desde fuera. Sin embargo, nuestra unidad de prueba, aunque durante la limpieza escalaba las paredes de la piscina con normalidad, no ejecutaba dicha acción, lo que obligaba a utilizar un gancho para recuperar la máquina del fondo (probablemente esto se resuelva con una actualización de software). Otro aspecto que deben mejorar los ingenieros de Dreame es la comunicación por Bluetooth, ya que una vez sumergido el robot no respondía a la interacción desde el smartphone. Puede trabajar igual, ya que previamente podemos seleccionar el modo de limpieza con las teclas físicas del aparato, pero precisamente desde la app podríamos ordenarle que subiese por la pared para recogerlo una vez terminado el ciclo.
En este sentido, el modelo superior Z1 Pro añade control remoto mediante tecnología LiFi (comunicación óptica), lo que permite guiar manualmente el robot hacia zonas específicas o maniobrar en espacios difíciles. Mantiene el mismo equipo de sensores y capacidades de mapeo del modelo base, pero el LiFi aporta precisión y flexibilidad: con un mando remoto incluido podemos conducir el robot como si fuera un coche teledirigido.

Un aspecto que nos ha gustado mucho es que la cesta que alberga los residuos tiene doble apertura, por arriba y por abajo, lo que facilita enormemente la tarea de limpiarla. Basta darle unos manguerazos y queda lista para otro trabajo. El Z1 está pensado para abarcar hasta 180 metros cuadrados, mientras que la versión Pro se va hasta los 200 metros cuadrados. Ambos incluyen un cargador magnético y un gancho de recuperación. Sus precios actuales son de 769 y 1.049 euros, incluidos los descuentos de la web de Dreame.
