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¿Durará tu móvil diez años? Esto es lo que puede tardar en estropearse

P.A.

TECNOLOGÍA

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La falta de soporte del sistema operativo, o los problemas con la batería, son los principales factores que nos llevan a cambiar de dispositivo

22 feb 2024 . Actualizado a las 09:58 h.

¿Cada cuanto cambiamos de móvil? Aproximadamente cada tres años y medio. Es el dispositivo tecnológico que más rápido reponemos, solo por detrás de los auriculares. No es que dejen de funcionar tan rápido —que en ocasiones sí— es que en nuestro país está culturalmente aceptado que el smartphone dure eso. La idea está instaurada en España a raíz de la política comercial de las operadoras que subvencionaban, o regalaban teléfonos a cambio de una tarifa de permanencia.

Lo cierto es que le damos uso. Los usuarios españoles son los europeos que más tiempo utilizan su móvil: una media de tres horas y 27 minutos al día, según un estudio realizado por Fly Research.

¿Cuánto dura un móvil?

Al contrario de lo que pueda pensarse, los avances tecnológicos deberían provocar que los smartphones cada vez durasen más. Hace años, su poca durabilidad tenía que ver, principalmente, con que la memoria del dispositivo se quedaba corta constantemente. Los procesadores se quedaban lentos y no podían asumir determinadas tareas de forma fluida. Hoy en día, las memorias internas de los teléfonos de marcas reconocidas tienen, como mínimo, 128 gigas de capacidad. El espacio que ocupa el sistema operativo —que es lo que hace que funcione— es cada vez menor. Paralelamente, se ha normalizado el almacenamiento online de nuestras fotos o nuestra música, y eso también ahorra espacio, y en consecuencia, favorece la usabilidad del terminal.

Esta es la teoría, en la práctica existe un concepto llamado obsolescencia programada. Significa que básicamente los fabricantes programan la vida y la muerte de nuestros dispositivos. Esto implica que están diseñados para fallar de forma prematura. Y paralelamente, sus reparaciones son tan costosas que en muchas ocasiones los usuarios se decantan directamente por adquirir un terminal nuevo, antes que arreglarlo.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los móviles son el aparato tecnológico que más sufre la obsolescencia. En general, el 42 % de los problemas surgen en los dos primeros años, aún con el producto en garantía. Pero otro 24 % de los fallos reportados se producen a partir de acabar ese período de protección del fabricante.

La obsolescencia afecta, principalmente, a tres partes de un smartphone: la batería, el sistema operativo y la pantalla. Y teniendo en cuenta su vida útil lo más probable es que un móvil te dure, como máximo, unos cinco años.

Batería

Según la OCU, los dispositivos sin batería extraíble —la gran mayoría— deberían soportar más 1.000 ciclos de carga, antes de perder más de un 20 % de su capacidad. Con ciclos completos se refieren a una descarga desde el 100 % hasta el 0 %, una práctica de carga de nuestro teléfono que no es precisamente habitual. Según los cálculos de la entidad, 200 ciclos corresponden a un año, así que la previsión es que las baterías de los teléfonos duren entorno a los cinco años. Con todo, varias investigaciones afirman que la carga rápida conduce a una mayor degradación de la batería.

Sistema operativo

«La cantidad de años que el teléfono recibirá soporte de software del fabricante es directamente proporcional a la cantidad de años que el dispositivo mantendrá las condiciones iniciales de funcionamiento», señala la OCU, que con «soporte de software» se refiere a las actualizaciones. La mayoría de fabricantes ofrecen el compromiso de actualizar el sistema operativo de un móvil durante aproximadamente cinco años después desde que se vende el último dispositivo.

Pantallas

Las pantallas rotas siguen siendo un factor de cambio prematuro del teléfono. Sin embargo, según la OCU, los fabricantes prevén que la mayoría de smartphones soporten solo 45 caídas desde 1 metro de altura sobre una superficie de metal. No obstante, la mayoría de pantallas de cristal templado que colocamos a nuestros dispositivos son cada vez más resistentes y generalmente no se ven afectadas por materiales duros.