Un monje tibetano y un discípulo vigués promueven en el pueblo abandonado de ventoselo, en San Amaro (Ourense), un monasterio-universidad
07 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Es mediodía en el pueblo de Ventoselo, en el municipio ourensano de San Amaro. Hace tiempo que este lugar se ha sumado a la lista de espacios abandonados en las últimas décadas por los humanos, permaneciendo únicamente viejas contrucciones en piedra y hórreos con maderas frágiles como palillos. El silencio se rompe y desde la frondosidad de sus campos se escuchan voces. Su silencio ha sido convertido en espiritualidad. La Fundación Chop Sup Tsang -organización no gubernamental sin ánimo de lucro, que trabaja para preservar y difundir las enseñanzas del budismo tibetano- ha elegido este enclave para construir la que será la primera universidad budista de España y el primer espacio propio de los seguidores de esta religión, que ya cuenta con un local -pero alquilado- en Menorca.
El presidente de la Fundación Chop Tsup Tsang es el maestro tibetano Gueshe Tenzing Tamding, que estos días pasea por Ventoselo. Ha acudido para comprobar el estado de las obras, pero sobre todo para impartir un curso a un centenar de personas provenientes de toda España y algunos incluso de Bulgaria y Singapur. Es la una del mediodía y el debate acaba de terminar. Gueshe Tenzing Tamding está acompañado por Nyari Tritul Rimpoche, uno de sus discípulos. En perfecto castellano asegura: «La zona es muy buena porque el budismo necesita del contacto con la naturaleza y aquí hay mucho bosque. Es un lugar muy bonito y muy verde. Aquí no molestamos a nadie porque es un lugar abandonado. Ni molestamos ni nos molestan. Por eso cogimos este sitio. El gran proyecto es crear una universidad del budismo aquí, como referente en España y Europa».
Las obras han comenzado, pero a paso lento. De momento se ha reconstruido una casa que será la base del monasterio en el que en un futuro vivirán, durante todo el año, monjes provenientes de la India. «Es como la contrucción de las antiguas catedrales», comenta una alumna que acude al curso, y así es. Cada uno hace lo que puede. Mientras unos se encargan de reconstruir la casa de piedra, otros construyen mesas de madera o preparan la comida.
Gueshe Tenzing Tamding es, en la actualidad, el director espiritual de 16 centros budistas en España, Japón, Estados Unidos, Singapur y Taiwán. «La esencia es que nosotros, los humanos, vivamos mejor y seamos más felices. Queremos más felicidad y no sufrir. El budismo trabaja con la mente negativa y errónea: con el enfado, el orgullo, el odio... con lo que hace que el pueblo sufra y que haya incluso guerras. A través del budismo, de la filosofía y la meditación, se elimina el apartado negativo y se traslada a la mente positiva: a la armonía», explica escuetamente.
Tras la puesta en común, cada uno de los presentes en el curso inicia una actividad. Algunos se desplazan a la cocina para tener todo preparado para comer, otros aprovechan para pasear por la zona. «No somos discípulos, somos estudiantes. Aquí viene gente que lo puede tomar como su maestro o no. Hay gente que simplemente viene por curiosidad, incluso de otras creencias. En este centro las puertas siempre están abiertas», comenta una de las alumnas, de Sevilla. «Llegué al budismo por la insatisfacción. Debe de ser algo general. Muchas veces piensas que, aunque no tengas de qué quejarte, te faltan respuestas, y las buscas», asegura.
Artífice del Nuevo diccionario
El vigués Tito Barreiro tuvo un día un sueño. «Le comenté a Gueshe Tenzing Tamding que tenía ese sueño. Quería que tuviésemos algo en propiedad y, como soy gallego, que fuera en Galicia. Comencé a buscar lugares y poco a poco se materializó», dice sonriente. Asegura que él no llegó al budismo, sino que ambos se encontraron: «Hace ocho años entré en el budismo y la vida me cambió. Desde los primeros días ves la vida desde otra perspectiva y eso se nota inmediatamente, en cuanto entras. La vida la planteas de otra manera y aprendes a vivir más en sintonía contigo mismo. Es muy importante y muy bonito», subraya este hombre.
Barreiro relata que cuando llegó a Ventoselo supo que aquel era el lugar. «Se lo comenté a Gueshe. Vino hasta aquí y estuvo dos horas meditando. Él solo. Al terminar me dijo: ??Podemos comprarlo??». Tito asegura que será muy importante la llegada de monjes a la zona. «Nosotros necesitamos tener directores espirituales cerca. Ahora dependemos de un monasterio que está en la India y queremos que algunos de los monjes se desplacen aquí». De momento, la burocracia y la situación de la entrada de emigrantes están dificultando parte de su sueño.
El futuro centro del budismo en Galicia contará, además de con un monasterio, con una biblioteca que será uno de los referentes de este espacio. «Parte importante de este proyecto es la biblioteca con toda la escritura budista que existe en los cinco grandes monasterios de la India. Ya tenemos una copia exacta para consultar, una copia exacta que hará necesario que haya gente que la sepa traducir, ya que el texto está en tibetano», explica Barreiro.
Además de las dependencias para monjes, habrá otras para laicos, con habitaciones individuales y dobles. Se construirán, también, casetas individuales en las que cualquier persona podrá vivir sin que la molesten, durante el tiempo que necesite (una semana o incluso un año), y en donde simplemente recibirá la comida diaria.
Gueshe Tenzing Tamding asegura que está feliz. Dudó, eso sí. «Al principio tuve dolores de cabeza», dice entre risas. Pero asegura que ahora empieza a ver los frutos. «¿Terminado? Es difícil decir fecha porque el proyecto es muy largo. Ojalá el próximo año. Una vez que se termine, habrá monjes budistas», asegura. En la actualidad, el lama da dos cursos al año en España: en Semana Santa en Menorca y en verano en Ourense. Y afirma que en cuanto Ventoselo esté preparado se convertirá en la única sede en España para este tipo de encuentros, y se celebrarán en este enclave todas las actividades.
Gueshe Tenzing Tamding está ahora de paso en Galicia, pero piensa regresar. Sus discípulos y seguidores aprovechan estos días para compartir con él lo aprendido. Incluso, aseguran los presentes, hay personas que acuden al lugar simplemente por curiosidad y que, después de conocer a Gueshe, prestan su ayuda para construir el enclave, aunque no se consideren budistas. «Hay gente que viene de visita y descubre que él es una persona normal, uno más. Pero deciden ayudarlo porque ven que lo que hace es bueno», relata una de las asistentes al encuentro. El lama se ríe abiertamente y añade: «Al principio venía gente del pueblo paseando y nos veía con esta ropa y nos preguntaba si éramos el dalái lama. Lo habían visto por la tele. Y le decíamos que no éramos el dalái».
Es la hora de comer. Suena una campana y los presentes se acercan a la improvisada cocina y comedor. Hay pasta con verduras. Antes de servirse, y después de invitarnos a que nos quedemos, se forma un círculo y comienzan los rezos. Son cortos. Cada uno se sirve lo suyo y empiezan a comer.
Gueshe Tenzing Tamding se despide esperando vernos de nuevo muy pronto, cuando lo que ahora son algo más que los cimientos del proyecto se convierta en realidad. Los alrededor de 500 gallegos que siguen la doctrina del budismo contarán en breve con un espacio propio en Galicia que será referente en toda España y, aseguran, cuando la universidad empiece a andar, en lugar destacado del budismo en toda Europa.
origen. Tito Barreiro fue la persona que encontró el lugar donde se ubicará el monasterio
rezos comunitarios. Gueshe Tenzing Tamding preside los rezos antes de la comida
origen. Tito Barreiro fue la persona que encontró el lugar donde se ubicará el monasterio