
La administración número 10 reparte 14 series del número 5721. Diez de ellas se vendieron en participaciones en el colegio compostelano de Doña Emma, con las que se buscaban fondos para una excursión escolar. En Compostela, Val do Dubra y Arzúa también se vendieron tres décimos de otros dos quintos premios
23 dic 2013 . Actualizado a las 14:22 h.La suerte de la Lotería Nacional tardó en llegar a Santiago pero apareció en el penúltimo premio. El número 5721, agraciado con un quinto premio, y dotado con 60.000 euros a la serie, deja 840.000 euros en Compostela. La administración número 10, situada en la calle Santa Clara, repartió 14 series del número, de la 117 a la 131. De ese total, 10 series fueron vendidas en un colegio de Santiago, Doña Emma, en participaciones de 5 euros con las que se trataba de buscar fondos para una excursión escolar. De cada participación, 4 euros son para el propietario y el euro restante sirve como donativo para la excursión. Por ello, cada dueño de la participación gana con este sorteo de la Lotería de Navidad 1.200 euros.
El dueño de la administración conocida como Pichita, Fernando Pazos Quintela, pone el foco en esta curiosidad. También aclara que su hijo hermano, Jesús Pazos, es profesor en el mencionado colegio. El propietario del despacho destaca también que los dos últimos números se vendieron ayer a las 21.00 horas. Uno fue comprado por un joven de unos 30 años, que dudó entre el número agraciado, el 5721, y otro distinto.
Convocatoria por la tarde en el colegio
La felicidad entre los alumnos del colegio Doña Emma es máxima. Por ello, en torno a 15 alumnos de 4º de la ESO, curso organizador de la excursión -un crucero por el Mediterráneo-, se juntaron por la tarde en una de las aulas y no dudaron en cantar al unísono el número premiado. Casi todos los menores ponen el foco en que, con lo recaudado para el fondo común y con lo que se pueda aportar del dinero ganado, ya podrán ir todos los estudiantes a la excursión. Algunos de ellos, aclaran, no habían hecho la reserva ante la dificultad de algunas familias de cubrir los cerca de 800 euros que vale por persona el viaje programado para abril. «Pero ahora ya podemos ir los 27», insiste Alba Sánchez, una de las estudiantes implicadas. Los estudiantes aseguran que casi todos los números se vendieron entre familiares y conocidos y que fue en el mes de octubre cuando empezaron a repartir las participaciones.
La directora, Emma Mosquera, recuerda, por su parte, que el colegio siempre juega a dos números distintos pero que hasta este año nunca les había tocado nada. Avanza que el lunes era el día programado para cerrar la reserva del viaje, en el que, ahora sí, ya estarán todos los alumnos.
Tres décimos de otros dos quintos premios
Además de este importante premio, en el área de Santiago también se compraron tres décimos de dos quintos premios. Todos ellos fueron vendidos por terminal -es decir, en máquina-, y dejaron 6.000 euros a tres afortunados.
El 81854, número que salió pasadas las 11.30 horas, se compró en Arzúa, en el bar-estanco Cascón de la rúa de Santiago, número 3. El propietario del establecimiento, José Manuel Cascón, destaca que tan solo se vendió un único décimo y que se trata del primer premio de lotería que reparte.
Dos décimos del número 81156, un quinto premio muy repartido y que fue cantado por los niños de San Ildefonso poco después que el anterior, fueron vendidos en Santiago de Compostela, en el conocido despacho número 3 de Porta Faxeira, y en Val do Dubra, en la cafetería Reyva de Bembibre.
En Compostela, el establecimiento de la Rúa do Vilar, situado en el corazón de la zona monumental, se consolida como talismán de la suerte. En anteriores ediciones del sorteo de la Lotería de Navidad repartió varios premios. Así, por ejemplo, en el 2004 vendió un cuarto premio; en el 2007, el Gordo; en el 2010, un segundo premio; y en el 2011, un quinto premio.
La cafetería de Val do Dubra, situada en la calle Arcai, no es tampoco la primera vez que reparte importantes premios. Uno de sus propietarios, Manuel Rey Varela, recuerda cómo en marzo de este año repartió 6,5 millones de euros en la Primitiva y, en el 2009, 1,8 millones en una quiniela. Manuel Rey ha mostrado su alegría por haber vendido un «pellizquito» de suerte y se ha comprometido a abrir una botella de champán si el premiado se pasa por la cafetería a celebrarlo.