Estas parejas dedican su tiempo libre a arrimar el hombro en Protección Civil

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Dos venezolanos y un matrimonio ruso-gallego están entre los miembros de la agrupación amiense, cada una con su idea sobre los operativos juntos

06 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se celebraba ayer el Día Internacional de los Voluntarios y este año, más que nunca, toca agradecer el trabajo que hacen de forma solidaria y sin ver un duro a cambio, no solo a raíz de la pandemia sino cada vez que hace falta arrimar el hombro. En la agrupación de Protección Civil de Ames hay más de una pareja en la que ambos dedican parte de su tiempo libre a colaborar, renunciando a dedicarlo a cualquier otra cosa. Tres de ellos provienen de otros países. Claudia y Oleg llegaron a la comarca de A Maía en el verano del 2018. La coruñesa y el ruso ya eran entonces novios. «Nos conocimos por redes sociales, a pesar de que somos personas bastante reticentes a esto», explica él, quien acabó en Galicia por motivos laborales, aunque ahora está en paro, aún teniendo un grado y cuatro posgrados. Como investigador de impactos socioeconómicos del turismo, está a punto de doctorarse. Ella, además de tener el título de auxiliar de enfermería, es maestra de educación infantil, especializada en el método Montessori. «Somos muy altruistas. A los dos meses de mudarnos aquí, ella dio el paso y se vinculó a Protección Civil. Su llegada fue bienvenida, porque en una agrupación como esta el personal sanitario es muy útil. Se integró muy rápido y estaba muy a gusto, porque se respira un ambiente muy sano en la agrupación, y eso me animó a unirme también yo», relata el ruso, al que a penas se le nota ya el acento. Cuenta orgulloso cómo Claudia batió el récord en un simulacro antiincendios montando el equipo y era la única chica. «Yo llevo muchos años vinculado al tema del Camino como empresario e investigador y por mi perfil suelo participar, entre otros operativos, en los que tenemos en estas rutas», continúa. «En general, procuramos ir a ellos juntos, aunque luego obviamente cada uno tiene su función», apunta Oleg, quien en alguna ocasión tuvo que ser asistido por ella (encargada del botiquín) al resultar herido cuando trataba de ayudar a una mujer. El año pasado contraían matrimonio, justo el mismo día que otro compañero de Protección Civil. Entre las parejas de la agrupación con base en Aldea Nova están también Elizabet Artiaga y Raúl Hernández, que fue su primer novio. «Él era amigo de mi hermano y vivíamos en la misma ciudad, en Valencia (Venezuela)», explica ella, en España desde hace 12 años. «Llevo más de 20 divorciada y, aquí sola, me pegó la soledad. Un día me pregunté qué que era de su vida y me puse en contacto por Facebook», relata, y en junio se cumplió ya un año desde que Raúl cruzó el Atlántico por amor. Ambos habían sido antes voluntarios. Elizabet, que actualmente trabaja en una residencia de mayores santiaguesa, es una de las veteranas en la agrupación de Ames. «Le hablaba de lo que hacía aquí. En realidad, hacemos de todo», indica, e igual que en el caso anterior su pareja acabó alistándose. Ellos, sin embargo, tratan de no coincidir mucho en los operativos y compartir más tiempo con los compañeros, confiesa entre risas la venezolana: «Aquí todo es positivo. Crecemos como personas y vas viendo las cosas de otra manera, además de estar en continua formación para estar preparados para actuar si pasa cualquier tipo de cosa».

Una súper voluntaria

Mención especial merece, si se habla de aportar desinteresadamente, la compostelana Sofía Prol Rodríguez, quien en los últimos cuatro años ha sacado tiempo para estudiar, trabajar y colaborar con la agrupación de Protección Civil de Santiago, Cruz Roja, Aspas, Special Olympics, Amnistía Internacional y con Salle Xoven (el año pasado acabó el bachillerato en La Salle). Por eso, a sus 19 años, ha sido reconocida por la Dirección Xeral de Xuventude, Participación e Voluntariado con el Premio Voluntario do Ano en la modalidad individual, dotado con 4.000 euros. Y su implicación, todo sea dicho, es admirable, destaca la jefa de la agrupación con base en San Lázaro. «Lleva con nosotros desde junio y ya ha hecho casi 200 horas de operativos, 64 en total», dice Begoña del Río orgullosa de esta súper voluntaria.

La mejor vista de Touro

Ya se conocen los ganadores del concurso fotográfico Touro en Imaxes, que este año cumplió su décimo quinta edición. Tania Méndez Fuentes, con una vista del coto de San Sebastián desde el Camino del Holandés, venció en la categoría para adultos dedicada a la naturaleza. Y José López Pérez en la de patrimonio, con su obra Luz celestial. Así lo decidió el jurado del certamen municipal, reunido el jueves para dar su fallo. Todas las fotos participantes serán expuestas para dar a conocer a través de ellas la belleza paisajística y cultural que alberga el concello.