Roque: «Rodri me dijo que hiciese cosas en el campo, que inventase»

Ignacio Javier Calvo Ríos
NASO CALVO SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

B. Fernández

El lateral derecho del Compostela reconoce el gran apoyo que recibió de los futbolistas más veteranos

27 may 2022 . Actualizado a las 13:29 h.

Roque González Delgado (Ames, A Coruña, 2002) se convirtió en una de las grandes revelaciones del Compostela. Rodri Veiga apostó por el joven lateral, que fue titular indiscutible en el Compos a lo largo de toda la temporada. El canterano firmó un gran expediente.

—Fue Roque una de las sorpresas más agradables de este curso?

—La verdad es que al principio no me imaginaba que la temporada se desarrollase de esta forma, jugando tanto y siendo tan importante para el equipo. Disputé muchos partidos, creciendo cada semana.

—Más no se puede pedir, ¿no?

—Sí, por supuesto, estoy muy contento. Me fueron muy bien las cosas. Estoy muy orgulloso por lo que hice y también por lo que hizo el equipo, a pesar de no conseguir el objetivo. Ahora, tengo que pensar en el futuro y en seguir trabajando y progresando.

—Cuando le llamó Rodri Veiga para jugar su primer partido, ¿qué fue lo primero que se le pasó por la cabeza?

—De todo un poco. Lo cierto es que en un principio pensé que me iba a llamar para disputar algunos partidos de pretemporada y luego regresar al filial. Tal vez para entrenar algún día a la semana con el equipo durante la temporada. Pero ya cuando me dijo que iba a jugar tenía muy claro que debía aprovechar bien esta oportunidad. Me dio toda la confianza del mundo para entrar bien en el equipo y me dijo que hiciese lo que yo sabía hacer. Sin miedo ninguno. Me dijo que hiciese cosas en el campo, que inventase.

—En algo en lo que sí destacó fue en el número de tarjetas amarillas que le enseñaron esta temporada.

—(Se ríe el lateral blanquiazul). Sí, fue un pequeño problema. Seguramente sea una cuestión más de la edad que de otra cosa. No fueron amarillas por protestar. Estoy convencido de que con los partidos y con los años van a ser bastantes menos.

—¿Qué le pasó al Compostela en la segunda vuelta?

—¡Si yo lo supiera!. Fue un bajón general de todo el mundo. Después de las Navidades y del parón liguero tuvimos problemas con el coronavirus. Tal vez no asimilamos bien la mini pretemporada que tuvimos después de las fiestas. Lo cierto es que no sabemos lo que nos ocurrió y por qué no dimos el nivel de la primera vuelta.

—¿Fue un fracaso quedarse fuera de la promoción de ascenso?

—No creo que haya sido un fracaso. Obviamente, sí fue una decepción. Nosotros queríamos y teníamos un claro objetivo, que era entrar en el play off. Pero tampoco hicimos cosas horribles ni estuvimos peleando por no descender. No nos clasificamos, pero tampoco creo que la temporada haya sido tan mala en general.

—El Compostela fue perdiendo poco a poco la ventaja que tenía en la zona alta de la clasificación, los equipos de abajo empezaron a apretar y comenzaron a verse pocas diferencias con los puestos de la cola. ¿En algún momento pensó el vestuario que el Compos podría acercarse al descenso?

—Sí, lo pensamos varias veces, pero jornada tras jornada estábamos en puestos de play off. No mirábamos el descenso como una posibilidad, más bien como algo que quedaba lejos. Nos centrábamos en entrenar, en jugar y en intentar ganar los partidos. Cuando los resultados no fueron favorables, al final de la liga sí que mirábamos un poco preocupados hacia abajo.

—A pesar de la pésima segunda vuelta, el equipo llegó a la última jornada todavía con posibilidades matemáticas de disputar la promoción.

—Durante todo el partido en Salamanca tuvimos muy presentes esta opción. También la semana anterior. No era sencillo, porque no dependíamos de nosotros mismos, pero sí teníamos confianza. En la jornada final, a medida que transcurrían los minutos en el partido del Coruxo se nos fue esfumando el sueño.

—¿Le sorprendió alguno de los cuatro equipos que se clasificaron para el «play off»?

—Tal vez el Palencia Atlético. Lo del Coruxo ya no sorprende tanto.

—¿Qué diferencias hay entre el Roque de julio y agosto y el Roque de este mes de mayo?

—Esta temporada maduré mucho y muy rápido. Al principio era un chaval que estaba jugando en el primer equipo, que no se atrevía a hacer cosas y jugaba con más miedo. Poco a poco fui cogiendo confianza y creo que me encontré mejor.

«Aunque quisiese, no sería capaz de explicar qué pasó en la segunda vuelta»

Roque tiene mucho que ofrecer y mucho que aprender: «El margen de mejora es muchísimo. Soy un chaval muy joven, solo tengo 19 años. Desde mi punto de vista creo que mejoré mucho este año, pero todavía me queda muchísimo más por hacer».

—¿Qué me puede decir de las dos caras que mostró el Compos?

—Hicimos una muy buena pretemporada y el equipo arrancó con mucha fuerza. En el minuto 80 estábamos siempre muy frescos. En físico no había ningún equipo que nos pasase por encima. En la segunda vuelta, por el covid, las lesiones de algunos jugadores y diferentes motivos no fuimos capaces de tener el mismo nivel. Los resultados empezaron a ser desfavorables y ya fuimos a remolque hasta el final.

—San Lázaro dejó de ser un fortín. En la segunda vuelta dejaron escapar 12 puntos de 24.

—En casa, y también fuera, se nos fueron en los minutos finales varios partidos que empezamos ganando. Aunque quisiese, no sería capaz de explicar el por qué.

—¿Qué aportaron en su juego y en su forma de actuar los futbolistas más veteranos del equipo, sobre todo el portero y sus compañeros de la defensa?

—Me apoyaron muchísimo desde el primer día. Soy un chaval joven y es normal que cometa errores. Me ayudaron en todo momento. A veces te despistas y no es fácil estar concentrado los noventa minutos cuando llegas al primer equipo. Pato Guillén y Álvaro Casas me dieron toques de atención para mejorar sobre el rectángulo de juego. Estuvieron muy pendientes de mí para que diese el cien por ciento.

—¿Muchas broncas?

—Algún que otro grito, pero todo muy bien, muy correcto. Tuvimos una gran convivencia a lo largo de la temporada. Todo eso se queda en el campo. Al llegar al vestuario se olvidan esos gritos y esas broncas.

—¿Ya tiene usted alguna oferta para cambiar de aires?

—Ni idea. Tengo un año más de contrato con el Compostela y lo que tenga que ser ya se verá.