Miguel Gelabert, profesor titular de Neurocirugía de la USC: «Las nuevas generaciones están muy poco interesadas en la docencia»

Irene martín SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Demanda un cambio de criterios para la acreditación de los facultativos

30 ago 2022 . Actualizado a las 21:47 h.

Se cumplen unos cien años de la aparición de la radiografía como prueba diagnóstica. El profesor titular de Neurocirugía de la USC Miguel Gelabert González (Santiago, 1955) hablará mañana martes, en la Facultade de Dereito a las 11.30 horas, de la evolución de la especialidad. «La verdad es que la información de la radiografía la exprimimos al máximo, aunque yo ya soy del tiempo del escáner. La placa solo permitía ver hueso, mientras que el escáner ya nos dejaba ver el tejido cerebral, de forma que podíamos discriminar tumores, hemorragias, infecciones… Luego llegó la resonancia, que te proporciona un estudio funcional, como las partes que regulan la movilidad o el lenguaje», según explica el docente. El hospital de Conxo fue en 1987 el segundo centro de España, tras Barcelona, en disponer de resonancia. «En aquella época Conxo dependía aún de la Diputación, y venían pacientes de todo el país. Hoy, en el hospital Clínico, tenemos cuatro resonancias a pleno rendimiento», tal como indica el doctor Gelabert, que también es el jefe del Servicio de Neurocirugía del CHUS.

El software de esta técnica evolucionó mucho, añade el clínico, sobre todo en el manejo de la imagen, ya que proporciona «auténticas láminas anatómicas: La resonancia se ha convertido también en una herramienta quirúrgica, porque en la propia prueba podemos ver los resultados de una determinada intervención, utilizando ultrasonidos o láser». La evolución de la neurocirugía, en consecuencia, viene dada por los avances tecnológicos, favoreciendo un diagnóstico precoz, menor agresividad quirúrgica y mejor control de pacientes oncológicos, según añade el doctor Gelabert. La incidencia del tumor cerebral se sitúa en unos veinte casos por 10.000 habitantes y año, si bien el más frecuente es la metástasis de pulmón o mama, añade.

La cirugía del no-nato o feto será otro asunto que aborde mañana el profesor Gelabert en el curso de verano de la USC sobre los servicios sanitarios ante los retos del siglo XXI. «¿Tenemos dos pacientes o uno? ¿Es lícito o legal someter a la madre a una cirugía fetal? ¿El feto tiene dolor? Se cree que tiene dolor a partir de la semana 20. Aquí se plantean múltiples dilemas éticos y morales sobre los que hay mucha literatura, pero estamos ante un debate necesario y muy interesante», explica el veterano médico, al tiempo que añade que solo hay tres centros en España que hacen cirugía fetal.

En cuanto al servicio de Neurocirugía del hospital santiagués, que cuenta con nueve especialistas y cuatro residentes, Gelabert se muestra «optimista» a la hora de mejorar el equipamiento quirúrgico, especialmente en lo que se refiere a la imagen. «Estamos negociando con el Sergas la renovación tecnológica, que se vio retrasada por la pandemia —que exigía otras inversiones preferentes—. También esperamos que, a la vuelta del verano, se inicien las obras de ampliación del hospital, que incluyen varios quirófanos nuevos dotados con los últimos avances en imagen digital. Tendremos aparatos de rayos y robots dentro del propio quirófano», según destaca el jefe del servicio hospitalario.

Una preocupación recurrente es la ausencia de relevo en la docencia. «La edad media de los profesores de Medicina es muy alta. Yo mismo me jubilaré en un par de años. Y las nuevas generaciones están muy poco interesadas en la docencia. Los facultativos deberían poder acreditarse con mayor facilidad, ya que se priman la investigación y la gestión por encima de la labor asistencial, que a nosotros nos absorbe», tal como indica el doctor Gelabert, que está obligado a dedicar a la asistencia el 70 % de su jornada laboral.