«La gente gasta más dinero con el calor»

Belén Bertonasco, I. C. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Santiago alcanzó a las cinco de la tarde la temperatura máxima de este año, 36,1 grados

09 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Santiago se achicharró a 36,1 grados. A las 16.20 y 17.00 horas, MeteoGalicia registró en su estación del Campus Vida esa temperatura máxima, que es, hasta ahora, la más alta del año. Compostelanos y turistas se refugiaron como pudieron, algunos de ellos sorprendidos por la ola de calor, como Dylan Bokler, de Bélgica: «No quise ir a Madrid para no pasar calor y en Santiago me encuentro con 36 grados».

Santiago Castro, camarero de un restaurante del casco histórico, dice que el calor «echa muchísimo el cuerpo para abajo, más en días como estos», y agrega que «el horario más agobiante es a partir del mediodía hasta las 15 horas, más que nada en la zona de las terrazas».

Los trabajadores que deben realizar su jornada laboral bajo el sol lo llevan mal, como Hernán Franco y Rubén Mogo, repartidores de mercancías. «Cuesta trabajar con este calor, hay que hidratarse mucho, pero los bares ayudan dándonos agua», remarca Hernán. Rubén agrega que «trabajar con este calor es algo asfixiante en locales con acceso reducido».

Los operarios de la construcción, como Mario Pretal y Pablo Fernández, tienen jornadas de trabajo en los horarios donde las temperaturas resultan más agobiantes, entre las 8 y las 16 horas. «Para estar trabajando en la calle, este calor, no es broma», se queja Mario, y Pablo agrega que «a partir del mediodía, el calor se vuelve un poco fastidioso».

En contraste, el calor es bienvenido para Juan Carlos Rodríguez, vendedor de la Once, que considera que es bueno para la hostelería: «La gente gasta más dinero cuando hay buen tiempo y calor». No lo percibe así el taxista Alberto Prieto, que gracias al aire acondicionado, «que tenemos para los clientes», puede sobrellevar tantas horas en el coche o en la parada de la Praza de Galicia. «Salvo los turistas, la gente se queda en casa o va a la playa», afirma. Por el contrario, trabajar de jardinero, como Luis Cardelle, hace que el calor «se lleve bien porque en esta época es lo normal, aunque a partir de la una se vuelve más agobiante», reconoce. Sonia Iglesias, empleada de un comercio, coincide con la mayoría de estos testimonios al señalar que «trabajar con calor es muy fastidioso, más si no hay sombra donde resguardarse».

Al contrario que Dylan Bokler, Angelica Olvera, de México, ya sabía a lo que se iba a enfrentar: «Miré antes de venir, sí esperaba este calor, pero no lo siento tan agobiante porque llevo agua a todos lados».

Piscina o playa fueron las principales alternativas para la población local. María Pérez, vecina de Laraño, optó por la primera, «y allí me quedaré hasta que baje el calor», mientras su amiga, Yolanda Centeno, organizó un viaje «a Portosín, a casa de unos amigos».