La ruta de 111 días de Claudio por el Camino de Santiago para poner el colofón a su carrera militar

SANTIAGO

Claudio Minghetti fue recibido en el Obradoiro con una pancarta por sus seres queridos, tras asistir a la misa del peregrino. En su peregrinación por tres países, dice que le sorprendió positivamente el paisaje desde Aragón, «la Meseta es preciosa, es como estar en un mar de oro», y «el cambio al entrar en Galicia es radical. Lo más bonito es ver estos contrastes».
Claudio Minghetti fue recibido en el Obradoiro con una pancarta por sus seres queridos, tras asistir a la misa del peregrino. En su peregrinación por tres países, dice que le sorprendió positivamente el paisaje desde Aragón, «la Meseta es preciosa, es como estar en un mar de oro», y «el cambio al entrar en Galicia es radical. Lo más bonito es ver estos contrastes». XOAN A. SOLER

Este teniente general del ejército de tierra italiano estuvo en Afganistán, Líbano o Kosovo, entre otros destinos y funciones

17 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 2.580 kilómetros a pie cargado permanentemente con una mochila de 9 kilos, entre Italia y Santiago, recorrió Claudio Minghetti, quien partió el 28 de marzo y llegó a la capital gallega 111 días después. Casado con una santiaguesa, Blanca Bouzas, ella junto con su hija, cuñadas y amigos esperaban en el Obradoiro a este teniente general del ejército de tierra italiano, actualmente en reserva. Claudio siempre había tenido ganas de vivir la aventura jacobea y vio una vez jubilado (en febrero) la oportunidad de hacerlo por fin, a sus 61 años, tanto por motivos religiosos como para poner el colofón a su carrera militar e iniciar ahora una nueva etapa ya retirado de las funciones castrenses.

Nacido en Rávena, se formó en la academia de Módena y estuvo en Afganistán, Líbano o Kosovo, además de estar destinado en Turquía o con la OTAN, entre muchas otras misiones. Dentro de Italia, formó parte de distintos comandos y uno de sus últimos cargos fue el de capitán general de Sicilia, acabando su carrera en Nápoles, en las fuerzas operativas del sur del país. Tras cruzar territorio italiano, francés y español en esta última empresa personal, Claudio perdió mucho peso y, a pesar del dolor de pies y un tobillo, aguantó el reto hasta el final. De hecho, conforme se acercaba a la meta, sintió que iban desapareciendo las molestias físicas por la emoción de cumplir este desafío. «Tienes que aceptar estas cosas como parte de la peregrinación», afirmaba un hombre que contó durante el recorrido con el apoyo de sus seres queridos, que llegaron a acompañarlo en varias etapas. «Yo y su hija nos sumábamos cuando podíamos y nos unimos a él en tramos de Italia y par de veces más en España», confirma Blanca.

XOAN A. SOLER

Claudio llegó ayer a la capital gallega «un poco emocionado», con la sensación de «regresar de nuevo a casa, pero esta vez es un poco particular». Aunque por su trabajo viajó por medio mundo y no es fácil sorprenderlo, dice que una de las partes más bonitas para él del Camino fueron sus paisajes y cómo la historia y patrimonio europeo se van abriendo paso a través de la ruta. «Lástima que haya tantas iglesias cerradas», lamentó como contrapunto a la experiencia. A partir de ahora, estará «más presente Galicia en mi vida y pasaremos más tiempo en esta ciudad y en Corrubedo (Ribeira), donde tenemos una casa», confirma el italiano.