La USC quiere copiar el modelo de seguridad del centro de Bilbao para su campus

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Pretende aprovechar el nuevo contrato para que se instalen pivotes digitales que los estudiantes podrán usar para contactar en tiempo real con una centralita

25 ago 2025 . Actualizado a las 21:29 h.

Revolucionar la seguridad dentro del campus de la Universidade de Santiago (USC). Ese es el objetivo que se marca el actual equipo rectoral para esta recta final del mandato, en la que solo tiene por delante sacar a licitación un último gran contrato: el de seguridad. Queda por ver si contará con el tiempo suficiente para lograrlo, aunque lo que sí tiene claro es el modelo hacia el que dirigirse: el mismo que funciona en el centro Bilbao.

«Se trata de un sistema que funciona a través de unos pivotes que se instalan en diferentes puntos del campus», explica el gerente de la Universidade, Javier Ferreira, quien indica que «cualquier miembro de nuestra comunidad, a través de la tarjeta universitaria, podrá activarlos y avisar a una central de seguridad, que se tendrán que personar allí al momento. Es algo similar al que funciona Bilbao, pero dirigido a nuestro colectivo. También permitirá que, si ves algo extraño, puedas llamar de manera instantánea y avisar».

Ferreira entiende que es necesario cambiar un modelo caduco, ya que «lo que tenemos ahora son patrullas en la calle, y eso tiene que hacerlo quien le corresponda, sea la policía Local o la Nacional, pero no nosotros». El nuevo contrato, que unifica dos diferentes, partirá con la premisa de potenciar la tecnología dentro del campus, aunque también se centrarán en un «modelo más de protección de edificios y de personas. Será un contrato moderno. Es un cambio de filosofía». La legislación obligará a la USC a hacer otro cambio importante: la central de control ya no podrán alojarse dentro de los edificios universitarios.

Precedentes

La USC ya llevó a cabo este año otro giro en uno de sus grandes contratos: el de energía, que se llevó Ferrovial por un total de 7,2 millones, a dividir en cuatro anualidades. La empresa está obligada a poner en marcha 22 nuevas instalaciones fotovoltaicas, así como a instalar 5.000 luminarias led. Con esa inversión debería permitir que la institución académica ahorrase unos 300.000 euros cada año.

Desde la gerencia también se apostó por unificar el servicio en una empresa. «En el pasado el servicio se dividía en seis diferentes. Teníamos muchas quejas y era prácticamente imposible gestionar el cumplimiento del contrato», precisa Ferreira, quien aboga por una solución similar con la seguridad, contrato que tendrá que acelerar si no quiere que quede sobre el escritorio del próximo rector, o rectora.