El número de beneficiarios de la risga en la provincia bajó un 16 % en el 2020

Óscar López / s. l. SANTIAGO / LA VOZ

TRAZO

PACO RODRÍGUEZ

El ingreso mínimo vital, incompatible con esta renta, provocó el descenso

06 sep 2021 . Actualizado a las 22:32 h.

En plena emergencia social derivada de la situación sanitaria, el número de beneficiarios de la renta de inclusión social de Galicia, más conocida como risga, cayó un 16 % en el conjunto de la provincia de A Coruña, desde los 2.932 que había finales del 2019 hasta los 2.459 con los que terminó el 2020. También disminuyeron en una proporción algo menor, de un 14,15 %, las solicitudes presentadas, que ascendían a un total 2.106 en el 2019 y se quedaron en 1.808 el año pasado.

Sin embargo, el descenso en este indicador no es consecuencia de una reducción semejante en el número de personas en riesgo de exclusión social, sino que guarda relación con la implantación del ingreso mínimo vital, concedido por el Gobierno central e incompatible con la risga, de carácter autonómico. Así, uno de los principales motivos de la Xunta para denegar las solicitudes de la risga el año pasado fue la percepción de otra pensión incompatible, que dejó sin la renta autonómica al 12,79 % de los hombres que la solicitaron y al 15,41 % de las mujeres. La razón más alegada por la Administración fue, sin embargo, la superación de los ingresos requeridos, que afectó a un 38,37 % de los hombres y a un 42,62 % de las mujeres solicitantes.

La brecha entre géneros también se refleja en los datos globales de beneficiarios, puesto que, de los 2.459 perceptores de la risga en la provincia a finales del 2020, eran mujeres el 58,76 %, un total de 1.445, frente a los 1.014 hombres, que representaban el 41,24 % restante. Sin embargo, en el 2019 la diferencia era aún mayor, puesto que cobraban entonces la risga 1.871 mujeres y 1.061 hombres, hasta un total de 2.932, lo que en términos porcentuales supone, respectivamente, un 63,81 % y un 36,19 %. El peso relativo del volumen de beneficiarios de la risga en la provincia de A Coruña respecto al total de Galicia se mantiene, a su vez, al borde del 30 %, aunque en un 27,26 % que supone una ligera bajada respecto al 29,97 % del 2019. Los perceptores del ingreso en el conjunto de la comunidad eran un total de 9.783 entonces y fueron 9.020 el año pasado.

En cuanto a la distribución por concellos, A Coruña encabeza la clasificación con 1.090 beneficiarios de la risga, un descenso del 12,8 % respecto a los 1.250 del 2019. La ciudad concentra casi la mitad de los perceptores totales de la renta en la provincia, en concreto un 44,32 %. La siguen, aunque a bastante distancia, otras urbes como Ferrol, con 288 beneficiarios, y Santiago, con 181, que representan, respectivamente, un 11,71 % y un 7,36 % del total. En la capital gallega destaca, sin embargo, la mayoría de hombres entre los perceptores, con un total de 95 varones por 86 mujeres.

Además de las ciudades, existe un número elevado de beneficiarios de la risga en varios municipios con más de 20.000 habitantes, como Carballo, con 101, Narón, con 77, Arteixo, con 76, o Culleredo, con 75. Destacan, asimismo, los 32 de Sada, una cifra que supera ampliamente los márgenes en los que se mueven otros concellos de entre 10.000 y 20.000 habitantes, dado que duplica los 16 de As Pontes de García Rodríguez, el segundo con más perceptores. Ya por debajo de los 10.000 habitantes, son Cedeira y Cee los que presentan un mayor volumen de beneficiarios, ambos con 20. Los únicos concellos de la provincia sin perceptores, catorce entre 93, son Abegondo, Aranga, Cabanas, Cerdido, Coirós, Corcubión, Irixoa, Mañón, Mazaricos, Moeche, O Pino, Rois, As Somozas y Trazo.

Los perceptores del ingreso tuvieron que esperar una media de 127 días por los trámites

El tiempo medio de espera para obtener la risga en la provincia de A Coruña, al contrario que el número de solicitudes, aumentó en el pasado año 2020. Fueron, en total, unos 127 días de media, que representan un incremento interanual de un 12,38 % respecto a los 113 días de espera del 2019. El dato de la provincia supera la media gallega, que fue de unos 112 días, tres menos que los 115 del año anterior, cuando A Coruña presentaba mejores registros que el global de la comunidad, donde destacan las provincias de Lugo, con 64 días, y Pontevedra, con 132.

Sin embargo, si se descuentan los períodos en los que los expedientes están paralizados por requerimientos de documentación, los plazos se acortan significativamente. Así, según este criterio, los días de espera media en la provincia fueron únicamente 69, casi la mitad en términos porcentuales y 58 menos en datos absolutos. A Coruña sigue superando, no obstante, la media gallega, que se reduce a 54 días.

Marta Ferreiro

«Urxe modificar a Lei de Inclusión para que a risga reforce a loita contra a pobreza infantil»

El descenso en el número de beneficiarios de la risga durante el 2020 no sorprende a Xosé Cuns, director de la Rede Galega contra a Pobreza (EAPN Galicia, por sus siglas en inglés). «Ata certo punto é normal, porque o ingreso mínimo vital, aínda que foi moi improvisado e sen apenas coordinación con gobernos autonómicos, concellos e organizacións, significou un avance e vai tendo impacto pouco a pouco. Polo tanto, algunhas das persoas que antes percibían a risga pasaron a percibir este ingreso, e aínda serán bastante máis segundo vaia collendo máis peso», explica Cuns, quien también considera que la risga debe ser reformulada. «Cremos que agora a risga debe servir para reforzar tanto o ingreso mínimo vital como a aqueles colectivos que este non cobre, sobre todo para a loita contra a pobreza infantil e para axudar, por exemplo, a aquelas familias con nenos ou persoas dependentes. Por iso, está pendente e comeza a ser urxente a modificación da Lei de Inclusión e do decreto da risga para poder adaptala ao ingreso mínimo vital, porque a situación cambiou. Isto é urxente e non debería pasar deste ano ou de comezos do que vén», comenta.

 Señala Cuns, asimismo, que aún queda mucho por hacer para cubrir a toda la población afectada por la crisis derivada de la pandemia. «Fixéronse avances, pero queda moito se non se adoptan medidas para afrontar a crise da vivenda, que afecta a grande parte da poboación en pobreza severa e haina que solucionar si ou si para que poidan ter a esperanza de saír dela. Sen isto, de pouco van servir as medidas e o impacto da covid vai ser moi superior. Queda aínda bastante por avanzar na risga, no ingreso mínimo vital e na tarxeta básica da xunta para situacións extremas de necesidade. Falta, por exemplo, aumentar os seus importes para que cheguen a niveis de pobreza relativa e non, como agora, só á pobreza severa», explica Xosé Cuns. Considera, además, que se «debe tratar de reducir a burocracia, alixeirar os prazos e lograr unha mellor coordinación entre administracións, sobre todo Xunta e concellos, porque é un reto aínda pendente e é imprescindible».