Los mejores miradores de Santiago y comarca para disfrutar de las últimas perseidas de este verano

La Voz SANTIAGO

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xoan a. soler

Las lágrimas de San Lorenzo caerán durante estos días, por lo que quienes lleven semanas posponiendo el plan deben darse prisa

21 ago 2023 . Actualizado a las 16:00 h.

Uno de los fenómenos más atractivos del verano está en el cielo y está ocurriendo ahora mismo. Las perseidas, o lágrimas de San Lorenzo, decoran la noche de agosto cada año, pero a veces en Santiago de Compostela y su comarca es difícil contemplarlas, al igual que en el resto de Galicia, por las nubes y el tiempo inestable. Una buena manera de aprovechar los cielos despejados que deja la ola de calor que sofoca al que más y al que menos es pasar la noche en alguno de los miradores de la zona pidiéndole deseos a la lluvia de estrellas.

Además de los miradores urbanos de Santiago, como pueden ser el Monte Pedroso, el de Deus o el Gaiás, existen otros muchos puntos mucho mejores donde ver este fenómeno, pues la contaminación lumínica que irradia la ciudad molesta mucho para ver bien el cielo. Es por ello que puede ser buena idea tomar nota de alguno de estos siete miradores, repartidos por Ames, Brión, Teo, Boqueixón, Val do Dubra, A Baña y Padrón.

Mirador del Monte de San Marcos (Ames)

Con todo el Val da Maía a nuestros pies, este mirador permite ver discurrir al río Sar y una enorme cantidad de pequeños afluentes que se van uniendo a él. De noche no se apreciará, como tampoco las fragas del valle, aunque el monte se convertirá en un aliado estupendo para divisar el horizonte y sus estrellas, tanto las fugaces como las estáticas.

El monte recibe su nombre por las próximas ruinas de la ermita de San Marcos, que se encuentran a pocos metros de la cima y será la clave para buscar esta localización en las aplicaciones de mapas. Al carecer de aparcamiento y no contar con accesos sencillos en coche, se garantiza que el visionado del cielo sea óptimo y que nadie moleste al espectador.

Las vistas desde el Monte San Marcos.
Las vistas desde el Monte San Marcos. PACO RODRÍGUEZ

Alto de Santa Cecia (Brión)

En el monte de Oleirón se encuentra el alto de Santa Cecia, que lleva el nombre por una antigua capilla edificada allí. Se trata de un destino habitual para ciclistas y senderistas, pero en este caso puede servir como observatorio astronómico. Una pista de tierra nos llevará desde Quintáns hasta una pequeña caseta que actúa como emisora de radio, donde no hay aparcamiento concreto ni tampoco grandes instalaciones.

A escasos metros se alzó en su día un castillo datado de la época altomedieval y llamado de Ruibal, que también es una población próxima a esta localización. De lo que había poco queda, nada más que las rocas que lo asentaban y que forman casi un mirador natural. Eso sí, a él conviene acceder como mínimo con linternas, pues está alejado del camino y de noche puede ser peligroso aventurarse hasta él.

Pico da Agrela (Teo)

La parroquia teense de Lampai esconde el Pico da Agrela, uno de los miradores más espectaculares de la comarca. De sencillo acceso en coche, permite divisar la práctica totalidad de valles y montañas, también los no tan próximos, como el Monte Curota, el Pico Sacro, el Val de Tabeirós o la desembocadura del Ulla. Goza de paneles informativos, además, para saber a donde se mira.

Pico Sacro (Boqueixón)

Lleno de leyendas e historia, el Pico Sacro supone una buena opción por los accesos que tiene, además de que asegura una nocturnidad total a pesar de no estar exageradamente lejos de los núcleos urbanos ni de Santiago. Dispone de aparcamiento muy cerca de la cima, lo que minimiza mucho la caminata.

Vista del Pico Sacro, imponente entre la niebla.
Vista del Pico Sacro, imponente entre la niebla. XOAN A. SOLER

Mirador do Picoto (Val do Dubra)

Sin duda, uno de los miradores de moda en Galicia, a pesar de la polémica que levantó en su día por el impacto de su obra sobre el medio ambiente. Hoy, quien acuda al mirador do Picoto, en Val do Dubra, podrá encontrarse con una pasarela con final hexagonal desde la que poder divisar todo el valle, con el río Dubra como protagonista.

Es uno de los puntos más elevados de la comarca, con sus 530 metros de altura, y se alzan casi 300 sobre el propio valle. Desde él, el acceso es sencillo por carretera, por lo que no deberían generarse problemas para llegar hasta el mirador.

Vistas desde O Picoto.
Vistas desde O Picoto. SANDRA ALONSO

Mirador de Santa Mariña do Barro (A Baña)

Uno de los más originales miradores del área compostelana. Está presidido por un columpio, que además es obra de uno de los vecinos, Fernando Barbeira. Sus accesos son sencillos desde O Barro, a pesar de que las carreteras que llevan al lugar hacen pensar más en el senderismo que en los coches.

Alto da Meda y mirador de Lapido (Padrón)

El alto da Meda, en Padrón, permite contemplar el curso del río Ulla y sus pesqueiras, donde se pesca la lamprea. Se puede llegar en coche, aunque compensa un todoterreno, tanto para llegar al monte Meda como al mirador de Elisa, donde se alzan antenas.

Si se quiere mirar más de cerca al río compensa quedarse en el mirador de Lapido, que está en la propia carretera y más bajo, a pesar de que la visibilidad del cielo será más mala y las molestias de los coches que pasen se notarán más de lo debido para observar el cielo.