«¿Pero qué es esta cola para entrar en Tarasca?»: el primer jueves universitario del curso trajo el lleno total a Santiago

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Imagen de archivo de un grupo de jóvenes de camino a los bares y pubs de la zona vieja de Santiago.
Imagen de archivo de un grupo de jóvenes de camino a los bares y pubs de la zona vieja de Santiago. Sandra Alonso

Aunque a primera hora de la madrugada todo funcionaba con fluidez, pasadas las dos se ocasionó alguina que otra espera para acceder a los locales: «Está siendo mejor que el año pasado» o «fue una noche estupenda» son algunas de las valoraciones de los trabajadores de la zona

13 sep 2024 . Actualizado a las 15:43 h.

Volvió el curso universitario a Santiago y, con él, la fiesta. Si el lunes eran las puertas de las facultades las que se llenaban de grupos de jóvenes esperando por la novedad de las primeras clases de la temporada, este jueves fue el turno de las discotecas. La madrugada dejaba unas llamativas imágenes de montones de universitarios charlando animadamente en el exterior de los locales mientras esperaban su turno para entrar. Dentro, con el aforo completo, apenas se veían huecos libres. Tanto las salas del Ensanche como las del casco histórico advertían, antes de que llegara el día, de las previsiones. «Esperamos completar porque es lo que ha pasado toda esta semana», explicaban desde Blaster antes de subir la verja. El pub, que siempre ha sido un clásico para terminar las noches, abrió también el lunes, el martes y el miércoles. Para demostrar el éxito, los vídeos del interior que ellos mismos colgaban en sus redes comparando el lleno de los primeros días de la semana con el que podía haber un viernes: «Está siendo mejor este año que el pasado».

Aparte de la música y del baile, otra de las imágenes que dejó el primer jueves universitariojuernes, como dicen algunos— fue la de los exteriores. Aunque a primera hora de la madrugada todo funcionaba con fluidez, pasadas las dos se formó alguna que otra cola para acceder a los locales. El secreto de algunos para no tener que esperar fue el siguiente: ir temprano, a eso de las doce, a que les sellen en la muñeca. Así, aunque vayan a seguir con sus previas y vuelvan más tarde, la marca les asegura el pase directo.

En las discotecas del Ensanche, las entradas ya estaban adjudicadas desde tiempo atrás. Cuenta un grupo de jóvenes que disfrutó de la noche en Vanitas que las tenían reservadas desde el pasado martes. Desde la discoteca explican que se agotaron «en el momento», nada más sacaron las tandas, y que llegaron al jueves con todo vendido. Si alguien quería pasar, lo tenía que tener previamente acordado. Si no, el aforo lo impedía. A los jóvenes esto no les sorprende. Tanto ellos como el personal de la discoteca aseguran que todos los años es igual.

En la zona monumental, donde la reserva de entradas no se estila tanto, los estudiantes esperaban formando una fila en la puerta y el personal del local indicaba, cuando salía alguien y se liberaba el aforo, los grupos que podían pasar, siempre por orden de llegada. «¿Pero qué es esta cola para entrar en Tarasca?», escribía un usuario en X, red conocida anteriormente como Twitter. Acompañando al texto, una foto de la calle Entremurallas —donde se sitúa el bar mencionado y otro de los preferidos por los universitarios, el Curruncho— completamente abarrotada. Es la imagen que se repite con cada vuelta a las aulas y también con el fin de exámenes, cuando los estudiantes de Compostela salen a disfrutar en masa. 

«Había mucha gente por la calle y hubo mucha gente delante del local. En general, fue una noche de bastante alboroto», explican desde Bloom, pub situado en las inmediaciones de la Praza de Cervantes. Cuentan, que aparte de la clientela habitual, vieron muchas caras nuevas. No es para menos: anoche, muchos universitarios de primer año salieron a conocer todo lo que les podía ofrecer la ciudad. «Tenían muchas ganas de pasarlo bien —explican—, fue un lleno total sin ningún tipo de incidente, una noche estupenda con muy buen rollo», sentencian desde el local. La cosa no termina aquí: después del primer jueves universitario vendrá el segundo, el tercero, el cuarto… y así, hasta que los exámenes obliguen a parar.