Un vuelo con ocho horas de retraso y una reclamación «denegada»: así fue la odisea de esta viajera en el aeropuerto de Santiago

La Voz

VIVIR SANTIAGO

Un avión de Ryanair aterriza en el aeropuerto de Santiago de Compostela
Un avión de Ryanair aterriza en el aeropuerto de Santiago de Compostela XOAN A. SOLER

Cuenta que, aunque la salida estaba programada para las 22.45 horas, el avión no despegó hasta las 06.45 horas: «La única justificación que nos dieron fue que los pilotos se negaban a volar»

14 sep 2024 . Actualizado a las 10:21 h.

Una semana después de que su vuelo se retrasara ocho horas, obligándoles a pasar la noche en el aeropuerto Rosalía de Castro, este grupo de viajeros todavía sigue en una cruzada con la compañía. Fue el pasado día 5 de septiembre, en un avión que partía desde Santiago hasta Barcelona a las 22.45 horas. «En las pantallas empezó a poner que se retrasaba. Primero fue a las doce, luego a la una y después a las dos», explica por teléfono Sonia Fernández, una de las afectadas. Con la última hora señalada, las tres y media de la madrugada, todo indicaba a que, por fin, podrían despegar: «Nos dijeron que estuviéramos puntuales, que iban a hacer tres filas en el embarque para agilizarlo todo, pero, cuando la gente ya había empezado a bajar a la pista, todo se para», recuerda.

El problema ya no fue solo la hora definitiva de salida, si no los motivos que les trasladaron sobre la demora: «Salieron los azafatos y una persona de la tripulación nos dijo que los pilotos se negaban a volar, que no querían». Cuenta Fernández que, aunque la gente «se revolucionó», nadie les dio más razones. «No era por el mal tiempo, por el exceso de horas o por el tráfico aéreo. Pedimos explicaciones, que nos comunicaran el por qué, pero nadie nos decía nada», continúa.

Una vez asumieron que no iban a volar en el horario marcado, que quedaban a la espera de novedades, fue cuando comenzó la odisea de pasar la madrugada en el aeropuerto: «Exigíamos unas condiciones mínimas, pero nadie se hizo cargo», lamenta. Para ella, el colmo fue cuando les dijeron que debían de abandonar el aeropuerto antes de que cerrara, a las cuatro de la mañana. Ellos dijeron que no se movían y, al final, les dejaron quedarse. Allí pasaron el rato hasta las cinco de la mañana, cuando se anunció que su vuelo despegaba, finalmente, a las 06.45 horas «con una tripulación nueva». Fueron puntuales y llegaron a Barcelona a primera hora de la mañana del viernes. 

Ahora, lo que reclaman es la falta de transparencia por parte de la compañía. No les dieron justificación a mayores de que los pilotos se negaban a volar. Pensando en poner una reclamación, pidieron la información necesaria en el mostrador de Ryanair. Allí les facilitaron un papel con un código QR impreso a partir del cual se realizaban las quejas. Cuando la puso, se la denegaron: «Me han dicho que eran motivos ajenos a la empresa y alegan que es por el tema de los controladores aéreos», explica Sonia. Según las bases de la compañía le correspondería una compensación económica, pero alegan que son «causas ajenas a la empresa». Ahora, piensa en elevar la reclamación.