Así se idearon los cuatro «sold outs» consecutivos de Baiuca en la Capitol: «No solo se vendieron 800 entradas por día, sino que quedan unas 1.000 personas en lista de espera»

C. Novo SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

Baiuca en la pasada edición de O Son do Camiño.
Baiuca en la pasada edición de O Son do Camiño. SANDRA ALONSO

El músico afronta hoy el primero de los conciertos de la tanda. Adelantan desde el sello que se subirán con él al escenario parte de los colaboradores de «Barullo», un disco que ha movido hasta Santiago a más gente de la que planeaban: «Con la demanda que hay, aún podría tener algo más de recorrido», reflexionan desde la sala

23 ene 2025 . Actualizado a las 09:38 h.

Fijar y agotar cuatro fechas consecutivas en la Capitol no figuraba dentro de los planes del equipo de Baiuca cuando, antes de que Barullo saliese al mercado, se sentaron para trazar la gira del disco. Venían de un inicio de tour compartido con Carlangas en el ciclo Noites do porto de A Coruña, en el que se quedaron a unas 300 entradas de colgar el cartel de sold out. La de Santiago, cuatro meses más tarde, fue concebida como la siguiente parada en Galicia. Y, aunque fuera pensada como la única en sala, la tanda de conciertos, que comienzan esta noche y que se prolongarán hasta la del domingo, fue, más que una decisión premeditada, algo que se fraguó sobre la marcha. El diseño inicial era el de hacer dos shows seguidos, uno el jueves y otro el viernes, pero la insospechada demanda les puso en bandeja un plan alternativo que, tal y como aseguran desde la Capitol, nunca antes se había llevado a cabo.

«Creíamos que la convocatoria iba a estar para hacer dos capitoles y esa era la idea. Reservamos las fechas y, al principio, no había muchas. Pedimos viernes y sábado, pero ese último día estaba ocupado. Por eso nos quedamos con el anterior, el jueves», explica Alan Queipo, director de Raso Estudio, sello que lleva al artista de Catoira y que organiza directamente, sin promotora de por medio, los conciertos. Asegura que, aunque no contaban con ello, agotaron la primera de las dos fechas que tenían en cartera, la del viernes, en una tarde. Al día siguiente anunciaron la segunda, la del jueves, que duró una semana. «Le dijimos a Antonio —Borrazás, programador en la sala— que íbamos a agotar las dos, que si de repente se quedaba vacía la del sábado, que nos avisara», continúa. El día se terminó liberando y, cuando se lo concedieron, lo anunciaron para la venta. Duró un par de jornadas. 

Se vieron, en diez días, con tres salas agotadas. Y eso que, para los conciertos, todavía quedaban tres meses. Por eso se lanzaron a la piscina con una cuarta fecha para el domingo que, aunque fue más lenta, terminó completándose: «No solo se vendieron 800 entradas por día —3.200 en total—, sino que quedan unas 1.000 personas en lista de espera». Ellos lo saben por la tiquetera que usan, Dice, con una herramienta incorporada que les permite ver los usuarios que hay interesados en el evento. Aunque el número no para de crecer —el motivo es que si alguien devuelve las entradas pasan directamente al siguiente de la cola—, no se plantearon una quinta fecha. «Aunque por un lado tiene un punto épico, por otro demuestra que, realmente, el proyecto está tocando en un espacio que no le corresponde. Con 4.500 personas interesadas en ir nos correspondería actuar en un sitio más grande, pero, ¿en cuál?», reflexiona Queipo. 

Como ya empezaron la gira en A Coruña, Pelícano quedaba fuera de la ecuación. Las salas de Vigo, como la Mondo o la Rouge, se quedaban pequeñas. «A nosotros nos hubiera encantado hacer otras ciudades, pero hay una carencia muy importante», dice. Santiago, aparte de ser «una de las primeras plazas en las que se presentó el proyecto y el lugar que más lo acompañó», era la opción que mejor se adecuaba en cuanto a tamaño. «Dijimos: "Vamos a concentrar todo aquí"». Y así fue. Antonio Borrazás, programador de la Capitol, piensa que, para la demanda que tiene, todavía podría sacarse algo más de recorrido. Aunque en la sala cuentan con varias dobles fechas a lo largo del 2025, no encuentra precedente sobre una cuádruple cita como la de Baiuca. Eso sí, cuenta que, a medida que pasa el tiempo, se va normalizando el hecho de hacer varios conciertos seguidos.

Por una parte, piensa que la gente valora positivamente el hecho de poder ver a un artista en un recinto más íntimo cuando, normalmente, acostumbra a tocar en espacios grandes e impersonales. En el caso de Baiuca, la experiencia de haberlo visto en la pasada edición de O Son do Camiño puede ser sustancialmente diferente a la que se lleve la misma persona de esta noche. Por otra, sitúa la pandemia como punto de inflexión. «La gente ha vuelto a incluir la música en directo entre sus planes de ocio. El público ha crecido. Se ve claramente si se compara con la situación de hace cinco años», explica Borrazás. Sin dudarlo sentencia que, contra lo que se pueda pensar, ahora la gente va más a los conciertos. «Antes estaba reservado a quien tenía un amor especial por la música. Había gente que repetía, que iba a un concierto y que al cabo de quince días o de un mes volvía a otro. Desde hace unos años, la sensación que nos da a nosotros es que no podemos abarcar todo el público», continúa el programador. 

Baiuca en la pasada edición de O Son do Camiño.
Baiuca en la pasada edición de O Son do Camiño. SANDRA ALONSO

Explica, a través de la demanda, un cambio de mentalidad. «Nosotros siempre hemos tenido conciertos que sabíamos que íbamos a agotar. Hace diez años ya planteábamos a las promotoras lo de hacer dobles fechas, porque sabíamos que con una no iba a llegar, pero antes no se entraba a ese trapo. Se planteaba como: “No, ya volveremos", o como: "El año que viene ya iremos a otro recinto más grande”. Hoy en día, esta solución ha sido muy bien acogida por el público», reflexiona. Piensa que influye el hecho de que los artistas tienen la posibilidad de crecer mucho más rápido, en sus propias palabras, «de una manera explosiva»: «Imagínate que programas un concierto de aquí a seis meses y que, de repente, tienes una canción viral que se convierte en un hit. Seguramente tengas más público, pero no capacidad de reacción. Entonces, en vez de cambiar de recinto, optas por una doble fecha».

Para Alan Queipo, el caso de Baiuca es diferente. Asocia su éxito a un crecimiento paulatino, muy medido, y no a un bum pasajero. Su público, fiel, se ha ido sumando poco a poco. «En comparación con los artistas de su generación, sí que creo que es un proyecto puntero. Se anticipó a todos haciendo una cosa muy diferente y ha influido cultural y musicalmente en los que han venido después», reflexiona, poniendo sobre la mesa la cantidad de proyectos «con noción del peso de la tradición gallega» que se han formado en los últimos años. Su propuesta la refuerza con un directo «en el que hay mucha información». «Entre los visuales y la cantidad de músicos sobre el escenario, están pasando todo el rato cosas. El repertorio es cada vez más sólido y largo, porque va tocando los diferentes palos que han atravesado el proyecto durante estos años», continúa. Aunque la tanda de conciertos de la Capitol será similar a los del resto de la gira, habrá algunos elementos diferenciadores. El primero, la presencia de todos los colaboradores del disco, que se irán alternando sobre el escenario durante los diferentes días.