Mollete, la céntrica panadería de Santiago que da también el paso de cerrar los domingos: «Fue una decisión difícil, con muchos miedos, pero los clientes lo entienden»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Hace ya siete años fue la panadería O Pan de Leis la primera que tomó esa decisión. Desde este febrero es Mollete, la panadería de la rúa Doutor Teixeiro que cada domingo podía superar los 300 clientes, la que opta por compatibilizar con la vida personal

06 feb 2025 . Actualizado a las 12:30 h.

Admite que cerrar la panadería los domingos fue una determinación a la que llegó tras meses de dudas. «Era un riesgo. Fue una decisión muy difícil, con muchos miedos. Tenía miedo a perder clientes, miedo a las consecuencias económicas, miedo a equivocarme…. Pero Mollete está formado por un equipo humano y, para poder continuar, a veces hay que tomarse un respiro para coger aire y seguir», asegura Belén Abeledo, la panadera que tomó en el 2020 el relevo a su madre, Lola Abuín, al frente de la céntrica panadería compostelana Mollete, en la rúa Doutor Teixeiro.

«Creo que muchos de nosotros necesitábamos un día de descanso, poder estar un domingo con nuestras familias. Yo tengo dos hijos… Aún así, me pesaba, y lo que me echaba más para atrás, eran nuestros clientes, siempre fieles», contrapone desde un negocio que cada domingo podía superar las 300 personas, con colas en días especiales que se prolongaban hasta la Praza de Galicia.

«En enero ya anunciamos que desde este mes íbamos a cerrar los domingos; también lo publicamos en redes. Aún así, fue el pasado domingo 2 de febrero cuando aún algunos se enteraron», explica la panadera, muy agradecida por la respuesta de su fiel clientela.

«Nos tranquiliza que todos lo están entendiendo, y así te lo dicen. Se lo tomaron muy bien. Nos preocupaba que la gente no volviese y tenemos aquí a todos. También los hosteleros no pusieron ningún reparo. Cogen más en los días previos. La gente, ya en la pandemia, se acostumbró a congelar. Tenemos a una clienta, mayor, que nos compra siempre que viene siete barras, una para cada día de la semana», expone Belén, avanzando que salvo cuando los domingos coincidan en días muy especiales, como, por ejemplo, con la jornada del roscón navideño, mantendrá la idea de cerrar ese día de la semana.

«Nosotros sabíamos que otra panadería, O Pan de Leis, también cerraba los domingos. Creo que poco a poco se irán sumando más», reflexiona y evoca cómo su madre, Lola Abuín, fue pionera al apostar por cerrar la panadería, abierta en Santiago en 1988, en los meses de agosto. «Ahora damos un paso más. Algo que me tranquilizó es ver que ella, mi madre, también entendía que cerrásemos el domingo. Al final el descanso es necesario», refrenda.