Las canciones que retratan, desde Blaster hasta Maycar, algunos bares y discotecas de Santiago que son imposibles de olvidar

C. Novo SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

Imagen de la mítica Maycar, en Santiago, con un par de canciones en las que sale mencionada.
Imagen de la mítica Maycar, en Santiago, con un par de canciones en las que sale mencionada. Sandra Alonso

Tarasca, Nemenzo, Curruncho, Ruta, Tita... los momentos disfrutados alrededor de sus mesas y de sus barras son fuente de inspiración para algunos artistas que, intentano retratar lo cotidiano, los mencionan en sus letras

09 mar 2025 . Actualizado a las 21:32 h.

Por las noches, Santiago se acuesta con una canción que repite su nombre en el estribillo. La particular visión de Compostela compuesta diez años atrás por Terbutalina todavía cierra varios de los pubs de la zona vieja. Se mantiene intacto el sentimiento que les producía a los de Muros llegar a la ciudad en el primer año de universidad. Berreaban con ritmo sobre que los jueves de fiesta compensaban lo mal que pudieran ir las clases y el hecho de la dieta se hubiera convertido ya en una repetición de platos de pasta con tomate. En el tema no hay referencias espaciales concretas, no lleva nombres propios ni se mencionan esos lugares en los que «todos» vomitan, pero escuchar los primeros acordes del tema teletransporta a cualquiera que haya estudiado en la ciudad después del 2015 a una madrugada en los bares míticos del casco histórico. Otras canciones, sin embargo, concretan más. La lista de locales que aparecen retratados en composiciones musicales da para hacer una guía. 

El último sumarse a la lista ha sido Grande Amore. El trío afincado en Compostela acaba de sacar su tercer álbum, III, un conjunto de diez cortes que giran, en contraposición a otros trabajos de carácter más electrónico, hacia el ruído y hacia la distorsión. Uno de ellos, Vou pa Arzúa, versa sobre el mítico bar Pedrito. «A primeira vez que saín por Arzúa foi no Pedrito. Alí coñecín a xente que, tempo despois, remataría por ser colega», recuerda Nuno Pico, piedra angular del proyecto. El mítico local, punto de encuentro para generaciones de arzuanos, reúne cada día a una clientela fiel. Desde adolescentes que pasan las tardes entre conversaciones y refrescos hasta amantes de los juegos de mesa, cualquier vecino de la zona guarda, al menos, un par de recuerdos alrededor de sus mesas. Ahora, a ellos, se suman los oyentes de III

Los bares pueden que sean los establecimientos mejor parados musicalmente. Los momentos disfrutados alrededor de sus mesas y de sus barras, en sillas o de pie, son fuente de inspiración para algunos artistas que, intentano retratar lo cotidiano, los mencionan en sus letras. Es el caso, por ejemplo, del Suso, que aparece mencionado en la canción Nocturno, de Cuchillo de Fuego. «Vuelvo aquí casi constantemente. Es cerca de mi casa y me gusta la gente. A veces parece un poco deprimente, pero en el fondo no soy exigente. La vida pasa lenta e inexorablemente», gritan los pontevedreses, para, a continuación, hablar de «un apretón de manos cordial en el Suso, en Santiago, y en el Casino también».

Para retrato, el que hacen Ataque Escampe en su tema Maycar. Publicado en el 2018, los compostelanos homenajean a uno de los grandes clásicos de la noche de Santiago. La discoteca, que por el día cumple la función de cafetería, es una de las últimas del Ensanche en bajar sus verjas. Da cobijo a los que alargan sus noches o, como cantan Ataque Escampe, a los que pagan su entrada antes de tiempo. Porque, ¿cuándo empieza uno a ser mayor para vivir las madrugadas en Compostela?: «Catro da mañá, aínda só nos sofás do Maycar. Fasche vello, por iso vés tan pronto para o Maycar». A continuación, una descripción que hace referencia a Jose Luís, pinchadiscos; a la música, que se queda atrapada en el rock de los 80; a la temperatura, que convierte el local en «un forno crematorio»; a los baños, siempre con colas y a la ley antitabaco, que no siempre se cumple. También al tiempo y a la variable que parece inexorable al concepto de discoeca: la juventud. «Aproveita o o tempo unha vez que o ves, non somos eternos. Sabes que cumpriras corenta subindo as escaleiras do Maycar (...)  Cumpriras 90 subindo as escaleiras do Maycar».

De discotecas va la cosa. Blaster tiene, desde hace un año, un himno propio compuesto por The Rapants. Entre las canciones que estructuran el bailable La máquina del buen rollo está Blaster4u, con una letra dedicada al mítico local, el único que abre durante todos los días de la semana hasta pasadas las seis de la mañana. Blaster es, ante todo, un punto de encuentro para muchos jóvenes que, al cerrar los bares de la zona vieja compostelana, buscan un lugar dónde continuar la fiesta. «Eu sigo en Blaster waiting for you —en gallego, la frase significa ‘esperando por ti'—, na lúa eras menos complicada. Cántoche temas para reír porque toda esta música está inventada», entonan en un estribillo que ya ha sonado alguna vez en el local. Los versos describen una noche en la discoteca y nace de sus propias vivencias. Aunque son originarios de Muros, todos han pasado por Santiago en algún momento de sus vidas. «Fumos moi felices aquí. Convencías a quen fixera falta para rematar alí e non pagar por un par de horas en Ruta», explicaban los músicos a La Voz.

 «Xa non podo deixar de pensar en como o mundo non para e eu sego igual, xoven?triste?e sen un?fogar. Vivindo en Compostela todo é sempre?igual», cantaba Verto en Sempre igual. El dúo, que causó furor entre los universitarios de Santiago mientras que estuvo en activo, retrataba con esta canción la monotonía con la que se podían llegar a ver las cosas a medida que pasaban los años. Mientras que en el primer curso de la carrera, nada más llegar a la ciudad, Santiago es una novedad por descubrir, el desencanto crece a medida que pasa el tiempo. Por las noches, los sitios son los mismos una y otra vez. A veces, como pasa en muchos de los pubs de la zona vieja, hasta la música que suena se mantieen intacta con el tiempo.

Ellos hablaban de la ruta clásica de cada jueves universitario: «Guau, xa estou no quinto ano. Os demais xa remataron, coñécenme en todos lados. Tiña que ter feito o puto Erasmus (...) Nemenzo, Maycar, Tarasca, Avante, Curruncho, Ruta, Pozo, Blaster», cantaban, mientras que recordaban otros locales cerrados que, si existieran todavía, harían que la monotonía de una ciudad en la que «todo é sempre igual» se camuflase: «Quero un minuto de silencio polos sitios que xa non frecuento. Metropo, Tita, Corzo, Berberecho, espero que vos vaia ben no ceo».