La superabuela que voló sin permiso desde Santiago hasta un edificio de Corea del Sur

CARMEN NOVO SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

A la izquierda, la copia de la Poppins de Sar en un edificio de la ciudad coreana de Busan. A la derecha, la original de Yoseba MP, en Romero Donallo.
A la izquierda, la copia de la Poppins de Sar en un edificio de la ciudad coreana de Busan. A la derecha, la original de Yoseba MP, en Romero Donallo. La primera es cedida por Yoseba MP y la segunda de Paco Rodríguez

La mítica Poppins de Sar tiene una gemela en una de las zonas más turísticas de la ciudad coreana de Busan. Joseba Muruzábal, que descubrió la copia esta misma semana, no sabe cuánto tiempo lleva ahí

19 may 2025 . Actualizado a las 21:20 h.

El retrato gigante de Soledad, una de las tantas superabuelas que ha pintado en Galicia Joseba Muruzábal, conocido artísticamente como Yoseba MP, lleva seis años recibiendo en Santiago a los coches y a los peatones que suben rectos por la avenida de Romero Donallo. En Busan, una ciudad coreana situada a más de diez mil kilómetros de distancia de Compostela, la Poppins de Sar lleva un tiempo indeterminado haciendo lo mismo con los turistas. Su creador, que acaba de descubrir que a su mural le ha salido una copia en una de las zonas más visitadas de la región, bromea con que salió volando. Al final, iba ser cierto lo que comentaba la nieta de Soledad en una columna publicada en La Voz: «Todas las superabuelas de Yoseba MP tienen superpoderes y la mía no iba a ser menos».

«Yo me enteré por una seguidora. Estaba en la ciudad de Busan y se lo encontró en la calle. Pensó que era mío, le pareció algo raro, le sacó unas fotos y me las envió. Evidentemente, mío no era. No tiene ningún sentido hacer eso ahí. No sé que tipo de local hay montado para que tenga que ver con el dibujo de una señora mayor», explica Yoseba, todavía «en shock» por el hallazgo. El edificio está situado a los pies de las 168 escaleras, atracción turística de la ciudad que llega a aglutinar unas cuantas tiendas de souvenirs, y dentro están las oficinas de una caja de ahorros comunitaria. Lo que no sabe es el tiempo que lleva ahí. La superabuela cumplirá en agosto seis años sobre el edificio de Romero Donallo, por lo que el mural de Corea puede llevar tanto un lustro como cinco meses. Cuando el artista terminó a Soledad, la ciudad se volcó con él. Las dimensiones, la temática y la zona hicieron del mural un auténtico fenómeno entre los vecinos de Santiago. Quién sabe como habrán reaccionado los de Busan. El idioma dificulta rastrear en internet cualquier rastro de ella. 

La réplica en Corea del mural de la Poppins de Sar sacado desde diferentes ángulos.
La réplica en Corea del mural de la Poppins de Sar sacado desde diferentes ángulos. Cedidas por Yoseba MP

«Algún colega me dijo que investigara, pero no me voy a poner a hacer eso. Si fuera en Italia, vale, pero en Corea, que queda a muchos kilómetros y todo está escrito en un idioma que no entiendo, no», continúa el artista. La reproducción, más que ofenderle, le divierte. «Nunca me ha pasado lo de encontrar una copia exacta de mis murales. Sí que veo muchas referencias, algo inevitable, pero esto es nuevo. Si me pasara cerca me enfadaría un poco, pero esto queda muy lejos y me hace gracia», indica. 

Aunque a simple vista los murales parezcan gemelos, Yoseba apunta a los detalles para encontrar las diferencias. La abuela coreana lleva sandalias en vez de las katiuskas que él le puso. Está volando, pero le falta el paraguas, y al pantalón le dibujaron estampados. «No mejoró lo mío», bromea el artista, que también se sorprende por lo verosímiles que quedaron algunas partes. La degradación de los azules del cielo es tan parecida a la suya que, al principio, pensó que la pieza, en vez de estar pintada, estaba impresa. «Que cogieron la imagen, cambiaron ciertas cosas en el ordenador o en la tablet y la pusieron», reproducía. 

Al mural de Yoseba pudieron haber llegado por las redes. También lo pudo dar a conocer alguno de los miles de visitantes que cada año ocupan Santiago. Sea como sea, lo cierto es que una superabuela gallega recibe también a los peatones que pasean por las calles de esta ciudad coreana.