¿Pagar hasta 30 euros por ir de «botellón»? Una nueva fiesta en el campus sur universitario abre el debate en Santiago

C. N. SANTIAGO / LA VOZ

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Imagen de archivo del botellón en el campus durante las fiestas de la Ascensión.
Imagen de archivo del botellón en el campus durante las fiestas de la Ascensión. XOAN A. SOLER

Asistir al evento «Beach copeo», que ocupará la zona de las pistas de hockey a lo largo de la tarde del 6 de julio, cuesta dinero. Algunos estudiantes no ven con buenos ojos la decisión de privatizar un espacio público y los organizadores lo explican a raíz de los gastos de producción

31 may 2025 . Actualizado a las 08:55 h.

El botellón en el campus sur universitario es una tradición para la noche del miércoles de la Ascensión en Santiago. Gran parte del alumnado de la USC celebra el fin de los exámenes finales con una macroquedada de acceso libre y gratuito. El consenso y la popularidad de la que goza alimenta al Beach copeo, una nueva fiesta pensada para los universitarios que tendrá lugar en la misma ubicación la tarde del 6 de junio, aunque genera debate la decisión de cobrar entrada. La primera tanda salió por 15 euros, pero ahora los tickets llegan hasta los 28. Algunos estudiantes cuestionan el hecho haber alquilado un espacio público y de tener que pagar por ir a un botellón. Los organizadores explican que este no es el término correcto para dirigirse a su evento. 

«Hay miles de euros invertidos en los gastos de producción», indican desde Salseo USC, la comunidad de universitarios más grande de Santiago e imagen del evento. Cuentan que en el recinto del campo de hockey situarán un escenario de 12 metros de largo y que habrá una discoteca móvil. También atracciones, como un toro mecánico, foodtrucks y ocho DJs a los que hay que pagar. «Es, además de todo eso, el personal de limpieza, las barras, el equipamiento de los baños... Mil movidas», explican sobre un precio que ven justo. «Empezamos por un tramo de entradas a 15 y fuimos subiendo progresivamente. Estuvieron a 20, a 22, a 24 y a 26 hasta llegar a esta última tanda de 28. Hay copeos en los que tienes que pillarlas a partir de los 35 euros», continúan los organizadores. 

El Beach Copeo de la USC no es el primero que se celebra en este formato. La persona detrás de Salseo cita al Copeo de tu vida, en Salamanca, o al Copeo XXL de Guadalajara. «El de Salamanca lleva ya unos cuatro o cinco años y es una fiesta universitaria a tope que se hace en la finca de al lado de la ciudad. También hay uno muy grande en Madrid y en otras ciudades, que tienen esta estructura de precios. De hecho, nosotros tiramos un poco por lo bajo. La gente puede llevar su propio alcohol y, la final, no difiere mucho de lo que cuesta salir un día normal por Santiago. Entre que pagas los 14 euros de entrada y un par de copas, ya te dejas los 28 euros», sentencian, alegando que para cerrar el precio se fijaron en tres parámetros diferentes: «Fue en base al aforo, de unas 4.000 personas, a los gastos de producción y buscando algo de rentabilidad». 

Hay un debate abierto desde que se anunció el evento entre las comunidades de universitarios. Algunos entienden la decisión de los organizadores, viendo el Beach copeo como una oportunidad de poder celebrar una fiesta diferente y a lo grande de nuevo en la ciudad. Otros, sin embargo, critican las condiciones. «Si es un botellón, ¿por qué pagarías para ir si la gracia del botellón es no gastar dinero?», escribía un usuaria en X. El mensaje no tardó en sumar decenas de «me gusta», aunque la organización incide en que «botellón» no es el término correcto para dirigirse a su evento. Para ellos, es precisamente la oferta de actividades lo que piensan que los diferencia y lo que hace que el dinero esté justificado. Citan, además de las ya mencionadas antes, torneos de deporte desde la tarde y un futbolín. 

No obstante, la gran parte de las críticas no va dirigida a lo que cuesta la entrada, si no al mismo hecho de exigirla. Para algunos estudiantes, el problema está en privatizar un espacio público. Piensan que organizar una fiesta privada, para la que hay que pagar para entrar, va en detrimento de otras actividades de libre acceso y pensadas para el disfrute de todos. No pueden evitar pensar en botellones puntuales como el de la Ascensión, cuando cientos de estudiantes celebran a sus anchas el fin de los exámenes, o en las actividades de ocio celebras en la ciudad durante estos días.

Los que llevan ya años estudiando en la USC, se sorprenden por la celebración. Visto con perspectiva, este curso ha abierto la puerta a numerosos cambios en el ocio nocturno. Primero, las noches más especiales, como las de Halloween o Carnavales, se desplazaron a las discotecas del área, como Dona Dana o Chanteclair, para convertirse en macro y poder albergar al mayor número de estudiantes posibles. La tendencia de trasladar los eventos más multitudinarios se corroboró cuando casi la mitad de los pasos de ecuador de las facultades se unieron para celebrar el fin de exámenes en la Pelícano de A Coruña, una circunstancia que se repitió durante un par de veces más a lo largo del curso y que terminó de delegar a un segundo plano el ocio nocturno compostelano. Ahora, aunque muchos celebren su regreso, la movida estudiantil vuelve cargada de polémica. Por ahora, el aforo está casi todo vendido.