Este psicólogo usa las redes para luchar contra el estigma hacia los mayores: «Decir que tienes demencia cuando te has olvidado de algo es un ejemplo claro de edadismo»

C. N. REDACCIÓN / SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Iván Caballero es psicogerontólogo en una población envejecida. Desde hace unos meses, combate el edadismo con vídeos cortos

07 sep 2025 . Actualizado a las 10:15 h.

Iván Caballero es psicogerontólogo. Cuando comenta su ocupación, la gente, sorprendida, le pregunta a qué se refiere con esa palabra. «Es una rama de la psicología que estudia el envejecimiento y la vejez desde el punto de vista biológico, social y cognitivo para promover el bienestar de las personas mayores y de sus cuidadores», explica él, que también resume sus ocupaciones en el día a día: «Sobre todo, ejercitar el cerebro. Al final, la función que tenemos es la de retrasar lo máximo posible la demencia, que es la gran temida por la gente de cierta edad». Ante la duda que generaba su rama de conocimiento, pensó que las redes se podían convertir en una herramienta. Desde hace unos meses cuelga vídeos divulgativos en su perfil de Instagram (@envejecer_con) para dar a conocer la psicogerontología tanto a jóvenes como a mayores. Porque, para Iván, dar por supuesto que una persona de cierta edad no puede tener redes es también parte del estigma contra el que hay que luchar.

Él es de Canarias, pero trabaja en Santiago. Después de terminar sus estudios de máster, se quedó por voluntad propia en la que es la población más envejecida del país. Según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), un tercio de la población gallega, concretamente un 33,1 %, tendrán más de 65 años en el 2039. Ahora, el porcentaje de personas que superan esta edad es del 26,9 %, poco más de un cuarto, mientras que la media nacional se rebaja hasta un 20,7 %. «El envejecimiento es una de las pocas cosas en el mundo que nos afectan a todos y a todas. A todas y a todos nos llega, si tenemos suerte», explica Iván. 

Para explicar el envejecimiento, habría que atender a tres factores: «A nivel biológico es cuando, a nivel cerebral y físico, no tenemos la misma capacidad para desarrollar una actividad. Seguimos haciéndola, pero con más tiempo y esfuerzo. A nivel social, la jubilación es el momento clave del envejecimiento, al igual que los nuevos familiares, como los nietos. A nivel emocional, cada uno es un mundo».

Para aplazar los biológicos, entrenamiento. «Hay muchas cosas que podemos implementar en el día a día que ayudan a retrasar lo máximo posible la aparición del deterioro», explica el psicólogo, refiriéndose al trabajo de funciones cognitivas como la atención, la memoria o la velocidad de procesamiento. Pone ejemplos concretos: «Saber muchos idiomas, tocar instrumentos, hacer crucigramas, sopas de letras, redacciones o hablar con la gente. Todo esto nos ayuda a que el deterioro se pueda llegar a retrasar entre cinco y diez años más». 

Explica el término del envejecimiento saludable, lo que se podría resumir en un envejecimiento que no supusiera la pérdida de la calidad de vida. «Se trata de que permanezcan las actividades básicas de la vida diaria. Ducharse, comer, vestirse, coger el bus, el teléfono móvil, pagar, ir a hacer la compra...», resume. Cuenta que convertirse en dependientes es una de las mayores preocupaciones de las personas mayores, a la que le siguen otras como la familia o los problemas médicos. También la soledad: «La sociedad es cada vez más individualista y tenemos un problema de soledad no deseada en las personas mayores, que, muchas veces, por A o por B, acaban en casa. El perfil de persona que más la sufre es el de una mujer viuda, sin familia ni hijos y con algún tipo de dependencia, ya sea una silla de ruedas o no poder desplazarse con tanta facilidad».

Iván Caballero apunta a una barrera clave a la hora de facilitar el envejecimiento de las personas mayores: el edadismo. «Día tras día, nos lo encontramos por todas las partes. Son los estereotipos, los prejuicios y la discriminación que sufren las personas solo por su edad. Por ejemplo, ir caminando por la calle y ver un centro de estética antienvejecimiento. En las películas, las personas suelen ser aburridas o estar enfadadas. Todo esto, aunque parezca que no hace daño, nos lo vamos creyendo si lo escuchamos día tras día».

«También es pensar que las personas mayores no tienen interés por hacer cosas nuevas o que no les tengan en cuenta un dolor. Decir que tienes demencia cuando te has olvidado de algo es un ejemplo claro de edadismo. También decir que estás muy viejo cuando te duele la espalda, porque no a todas les pasa. A los mayores se asocia todo lo malo. El dolor, un trastorno, el alzhéimer... Nadie relaciona lo bueno con el envejecimiento. Nadie va a decir: "Estoy tan contento como mi abuelo"».

Por todo esto y por más, utiliza las redes sociales para combatir los prejuicios. Celebra también que cada vez más personas mayores, animadas seguramente por sus nietos, se animen a ponerse delante de la cámara: «Es el primer paso para quitar ese tabú y para educar en que el envejecimiento puede ser positivo».