Iria Veiga, bailarina y coreógrafa: «Trabajé con Lola Índigo y El Alfa, pero mi proyecto más duro ha sido con la Panorama»

CARMEN NOVO SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

La bailarina Iria Veiga.
La bailarina Iria Veiga.

Esta bailarina de Santiago acaba de terminar una gira europea con El Alfa. Ha bailado con artistas de todo tipo, vivió en Madrid y en Miami y ahora explora su faceta como docente

20 sep 2025 . Actualizado a las 12:18 h.

Iria Veiga lleva toda la vida bailando. En el salón de su casa, «como empiezan todas las niñas que tienen esa ilusión», forjó un sueño que siempre pensó que se podía llegar a cumplir. Persiguiéndolo se mudó de Santiago a Madrid —donde ha trabajado con artistas como Lola Índigo, Don Patricio, Rels B, The Rapants o Maikel Delacalle— y cruzó el charco hasta Miami, todo para terminar de vuelta en su tierra girando con la orquesta Panorama. Ahora, que imparte formaciones de danza en Compostela, en A Coruña y en Ferrol, piensa que, si empezara de nuevo en el baile, seguramente no habría sentido la necesidad de irse a vivir fuera. Cree que el panorama ha cambiado y que, en cuanto a espectáculo, la danza se encuentra en la cresta de la ola. Iria, por lo menos, ha conseguido vivir de ella. 

«Al principio, cuando empezaron a salirme los primeros trabajos, era un poco a ver qué pasaba. Este mundo es muy bonito, pero la estabilidad no es la mejor. Yo he tenido la suerte de que me ha ido bastante bien», recuerda la compostelana. Lleva ya seis años dedicada profesionalmente al mundo de la danza y con su historia se entiende que la suerte de la que habla no le ha llegado sola, si no que ha ido a buscarla a más de 6.000 kilómetros de distancia. Empezó con ballet y danzas urbanas en Compostela, pero a los 18 se mudó a Madrid. El motivo fueron sus estudios de Psicología, pero la vida terminó llevándola por el camino de la danza. 

Fue de escuela en escuela y, poco a poco, le empezaron a salir los trabajos. Por ejemplo, a través de un compañero de baile conoció a Lola Índigo, para la que hizo un videoclip. Otros los encontró gracias a las redes, que para ella son imprescindibles. Su filosofía es clara: «Las cosas se van dando de manera natural y, cuando estás muy enfocada en algo, van saliendo solas». Uno de sus proyectos más recientes ha sido la gira europea de El Alfa. Recorrieron España, Italia, Alemania y Suiza en el que será el último tour del artista dominicano, que ya ha anunciado su retirada. Su agenda el larga. Trabajó con Don Patricio, con Rels B, Maikel de la calle y coreografió a Naiara, la última ganadora de Operación Triunfo. Con sus ahorros se mudó a Miami, «pionera en la industria del reguetón», por pura curiosidad por ver cómo se trabajaba y para traer todo lo aprendido de vuelta en Compostela.

Al regresar a la ciudad empezó a impartir una formación que sigue manteniendo en la academia AVD173. También formó parte durante un verano de la orquesta Panorama: «Era algo que no me imaginaba para nada. Envié el casting a mediados de temporada, me llamaron y fue una incorporación súper rápida, porque me tuve que aprender todo por vídeo en cuatro días. Fue una locura, pero yo siempre digo que fue una de las experiencias en las que he sido más feliz».

«Fue muy bonito trabajar aquí años después, y también ir por pueblos en los que conoces a la gente y a los que tu familia puede ir. La orquesta es un trabajo muy duro, con muchas fechas y muchas horas de trabajo, pero te da muchas tablas y experiencia, también a nivel mental», explica Iria, que también reconoce las dificultades que conlleva: «Trabajé con muchos artistas, pero mi proyecto más duro ha sido con la Panorama. De 30 días que tiene el mes, puedes trabajar 29».

La bailarina Iria Veiga.
La bailarina Iria Veiga.

Piensa que el cuerpo de baile de las orquestas puede animar a las personas que se empiezan a interesar por el baile. «El panorama ha cambiado. Influye que los artistas incorporen más bailarines a los espectáculos y también el papel de las orquestas. Son algo que en Galicia todo el mundo conoce y que incluyan ahora cuerpo de baile es una buena inspiración. Además, se han abierto un montón de escuelas de baile nuevas y viene gente de fuera también para formar. Creo también que los que nos hemos ido fuera intentamos aportar nuestro granito de arena y, de esta manera, la comunidad va creciendo».

Para ella, la formación es fundamental en el baile. Por eso también quiso explorar su faceta como docente. Tiene una formación en Santiago que se llama Magnet y da clase en la escuela Punto Cero de A Coruña y en Ferrol. Tener un grupo de alumnos sólidos la hace confiar en que vivir de la danza es posible. «A partir de ahí, todo lo que va saliendo es un extra. A veces piensas que no aguantas más y te entran las ganas de hacer otra cosa, pero no puedes tirar la toalla. Creo que la clave es seguir día tras día manteniendo el foco. Si confías, llega un punto en el que todo se estabiliza».