«Ya contábamos con las ocho semanas»

Elisa Álvarez / Rosa Domínguez / Uxía Rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los padres que ya han tenido a sus hijos se sienten frustrados. La ampliación del permiso de paternidad iba a entrar en vigor, pero el Gobierno ha retrasado la medida y hay progenitores que se encuentran con que no podrán disfrutarla

07 mar 2019 . Actualizado a las 12:56 h.

Los nuevos padres se estrenan este miércoles con una sorpresa desagradable. El Gobierno había indicado que sería el día en el que entraría en vigor la ampliación del permiso de paternidad a ocho semanas. Pero la medida se ha retrasado y no comenzará a aplicarse hasta el 1 de abril a pesar de que este jueves se ha publicado en el BOE. Según informaron fuentes del Ejecutivo a Europa Press, el problema fue un «error en el texto que no pudo ser corregido a tiempo».

A Nicolás y Cristina, una pareja que vive en A Estrada, no se le había pasado por alto el anuncio del Ejecutivo. Les llegaba como agua de mayo, porque Cristina salía de cuentas el lunes, por lo que era muy probable acogerse a esta medida que iba a entrar en vigor este miércoles. «Estábamos en una fecha que podía ser, así que ya contábamos con las ocho semanas. Como salió de cuenta el lunes pensamos: pues igual hay una posibilidad». La ilusión les duró poco, porque Marco nació ayer, en el Hospital Clínico de Santiago, sin que llegase a aplicarse la ampliación. «Quieras que no, supondría estar más tiempo en casa, con el niño, porque tres semanas más se notan. La madre tiene que estar en casa los primeros días porque es la que sufre más y hay que hacer recados y tramitar papeles», dice Nicolás. Y es que esta pareja sabe ya lo que son los comienzos con un bebé, porque son padres de una niña de siete años, Valeria. «Al principio hacen falta manos, y más ahora que son dos y a la grande hay que llevarla al cole porque la madre se tiene que quedar en casa con el pequeño», cuenta el feliz papá. Nicolás había retrasado una semana de vacaciones para unirla a las ocho semanas «y ahora tendrán que ser solo seis».

A este padre la parece positiva la ampliación progresiva de la baja. Eso sí, lamenta no beneficiarse, «está muy bien pero me fastidia porque mi fábrica yo ya la cerré, no me voy a beneficiar de más», dice con humor. En su caso además con su hija mayor Cristina no trabajaba, por lo que pudo estar con la niña más tiempo, pero ahora sí lo hace, lo que complica la conciliación.

Lucas vino al mundo en el Hospital Teresa Herrera de A Coruña a las 6.25 horas de ayer, 6 de marzo. Pesó 2.900 gramos y ha hecho más grande la familia de David y Vanessa, pareja que reside en Miño y que ya tiene una hija de «dos años y un mes», dice el orgulloso papá de Khaleesi.

Pocas horas después del nacimiento del pequeño de la casa, David se declaraba, lógicamente, muy contento porque «todo ha salido muy bien», pero no ocultaba tampoco la decepción por quedarse, por un par de días, fuera de la ampliación del permiso por paternidad prometido por el Gobierno. En vez de ocho semanas, serán cinco las que pueda disfrutar.

«Fatal, me parece fatal -dice-. Habrá casos y casos, pero en el mío particular la baja es la única posibilidad de poder ver a mis hijos sobre todo ahora, tan pequeños, y también de ayudar y echar una mano». «Debería equilibrarse más la cosa», razona este «tubero», como se define él mismo, un trabajo que lo lleva de empresa en refinería y de astillero en factoría. «Trabajo una media de 11 horas diarias, salgo de casa a las 5.30 de la madrugada y cuando vuelvo ya pasan de las ocho de la tarde, así que ya me dirás», reflexiona sobre una realidad en la que la conciliación sigue quedándose en una teoría soñada.

Lo dice ahora, cuando, aún a pesar de «andar mucho por fuera», cree que las cosas han mejorado para él. Tiene 37 años, y ya tiene 20 cotizados a pesar de no tener un contrato fijo. «No me falta empleo, pero empresas al cabo del año... varias», explica. Fue su deseo de formar una familia lo que le hizo dar una vuelta de tuerca a sus posibilidades laborales. «Cuando mi mujer se quedó embarazada -cuenta-, yo trabajaba en Tarragona, y decidí venirme».

Ahora, con dos peques que criar, le gustaría estar más en casa, pero «necesito traer un doble sueldo», explica. Su mujer, que sufre una discapacidad no reconocida, solo encuentra empleos esporádicos, de modo que «el dinero tiene que seguir entrando, ¡y ahora más!», razona. De ahí que lamente aún más no disponer de las ocho semanas: «Nosotros no tenemos ninguna ayuda, la baja es la única y creo que me la he ganado con el sudor de mi trabajo», opina David. Visto lo visto, se resigna pensando en que «lo importante es que todo ha salido bien, el niño y la madre están bien» y pensando en las cinco semanas que podrá disfrutar del principio de una nueva vida, que también es la suya. «Por supuesto que me las cogeré; por suerte, trabajo en empresas buenas, no me ponen ningún problema».

La demora

El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó la extensión del permiso de paternidad a ocho semanas en 2019, 12 en 2020 y 16 en 2021, igualándolo al de maternidad de manera progresiva. Una vez aprobado, las medidas en él plasmadas entrarán en vigor un día después a su publicación en el BOE, aunque el texto deba ser convalidado posteriormente por el Congreso. En cualquier caso, el decreto ley ha recibido luz verde y, consecuentemente, el permiso por paternidad para funcionarios y trabajadores del sector privado se elevará gradualmente hasta el 2021, cuando tendrán permisos iguales, intransferibles y retribuidos de 16 semanas.

Actualmente es de cinco semanas voluntarias y dos días (o cuatro si es necesario el desplazamiento) obligatorios. La obligatoriedad también se ampliará de manera gradual para el progenitor distinto a la madre: las dos primeras semanas ininterrumpidas tras el parto serán obligatorias en el 2019; cuatro lo serán en el 2020; y seis en el 2021. Se disfrutarán «a jornada completa».

Este punto ha desatado críticas por parte las asociaciones de familias. La Plataforma de Permisos Iguales e Intransferibles (PPiiNA) celebró la ampliación del permiso, si bien avisó de las «trampas», en referencia a la simultaneidad de las seis primeras semanas, que «pueden conducir a que las mujeres cuiden mucho más y durante mucho más tiempo», según explicó la portavoz, María Pazos.

También la Plataforma de Madres Feministas por la Ampliación de los Permisos Transferibles (PETRA) afirmó que era una «ley patriarcal, puesto que aumenta los privilegios de los varones al tiempo que ningunea la maternidad como aportación social fundamental y como algo propio de las mujeres».

Ambos progenitores tendrán otras 10 semanas cada uno a distribuir hasta el primer año del recién nacido, y estas podrán repartirse a jornada completa o parcial, y en ningún caso podrán cederse. En cualquier caso, si ambos progenitores deciden disfrutar de los permisos de manera equitativa estos se ampliarán en una semana cada uno.

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, justificó la implantación progresiva del permiso «para dar tiempo suficiente a las empresas». También apeló a la «corresponsabilidad» de ambos progenitores. «La maternidad es una opción libre de las mujeres y tenemos que hacernos corresponsables todos», incidió en la rueda de prensa posterior al Consejo.

El objetivo de llevar esta medida a través del decreto ley es poder hacerla efectiva, ya que se quedó en el aire al tumbarse los presupuestos generales por parte del Congreso de los Diputados. Estaba prevista también en la Ley de Igualdad Laboral que presentó el grupo socialista hace un año en el Congreso, cuya tramitación quedó varada ante el adelanto electoral y la consecuente disolución de las Cortes Generales.

El Gobierno estima que el coste económico de este decreto ley rondará lo 610 millones de euros, presupuestado a cargo de la Seguridad Social y su «incremento de la recaudación» gracias a los mayores ingresos derivados del alza del Salario Mínimo y el aumento de la cotización máxima.

En el proyecto de ley de presupuestos para 2019 --tumbados por el Congreso-- el Gobierno preveía gastar 302 millones más para poder financiar la ampliación del permiso de paternidad a ocho semanas en 2019.

Según datos del Ministerio de Trabajo, el gasto en prestaciones por paternidad experimentó en el 2018 un incremento anual del 12,2 % tras la entrada en vigor el pasado mes de julio de la ampliación del permiso de cuatro a cinco semanas. De acuerdo a estas cifras, el número de prestaciones por paternidad gestionadas en 2018 por la Seguridad Social ascendió a 255.531, un 3,4 % menos que en 2017, con un coste superior a los 448 millones de euros (+12,2 %).