Ortigueira tiende la alfombra roja en un emocionante preestreno de «Néboa»

ana f. cuba ORTIGUEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

JOSE PARDO

El Teatro de Beneficencia se llenó para ver el primer capítulo de la nueva serie

16 ene 2020 . Actualizado a las 16:54 h.

Ortigueira extendió anoche la alfombra roja para su preestreno de Néboa, la nueva serie de Televisión Española y Voz Audiovisual. El público llenó el Teatro de Beneficencia, construido en la segunda mitad del siglo XIX, para ver el primer capítulo de este thriller protagonizado por Emma Suárez e Isabel Naveiras. Los vecinos de la comarca de Ortegal, donde se grabó, querían ver sus paisajes en la pantalla grande y salieron entre orgullosos -«que se vea un lugar tan bonito en la tele y que sea donde tú vives, esto es algo de agradecer y aplaudir»- y expectantes -«a ver como segue, intriga hai moita, e sospeitosos son case todos»-.

 «Desde o minuto un xa tiñamos claro que Néboa era Ortegal, só podía facerse aquí, por ese algo que desprende, que fai que sexa máis ca un lugar, case un estado de ánimo», comentó Fernanda Tabarés, directora de Voz Audiovisual, justo antes de la proyección, acompañada de uno de los directores, Jorge Saavedra, y de parte del elenco. «Só atopamos colaboración de xente marabillosa», concluyó entre aplausos. El alcalde anfitrión, Juan Penabad Muras, agradeció «o regalo» de grabar la serie en Ortegal e incidió en el impacto para el turismo, «pola promoción que vai supoñer para toda a comarca».

Antonio Durán, Morris, elogió «a forza que ten esta paisaxe, é incrible». Las actrices Carmela Martín, Luisa Merelas, Eva Fernández y su compañero César Cambeiro también acudieron al acto. Resaltaron «as localizacións preciosas da serie e a engranaxe perfecta dun equipo de máis de cen persoas». En el paisaje se recreó el público y el alcalde de Mañón, Alfonso Balseiro, invitó al equipo a proyectar un capítulo en O Barqueiro, que se reconoce en seguida en la pantalla. Igual que la costa y las rías orteganas, la antigua escuela de Devesos (la Devesana, convertida en cuartel de la Guardia Civil), la península de Estaca de Bares (más impactante si cabe desde el aire), el faro (transformado en hotel, que en realidad es el Semáforo) o la fábrica de conservas La Pureza, de Cariño.

«Es muy entretenida, hay mucho suspense», comentaba una espectadora a la salida. «Gústanme moito estas tramas», apuntaba un figurante, que se buscaba con ansia: «Aínda non me atopei, a ver se no próximo capítulo». Ortigueira tendió la alfombra roja al pie del claustro del consistorio para que el momento «quede ben marcado na memoria, porque non se viven moitos coma este», señaló un vecino.

Fernanda Tabarés dejó caer que Emma Suárez «busca casa na zona», como muestra de la fascinación generada durante los meses de rodaje. «A ela gustaríalle Ortegal, pero a min xa me atrapou, eu xa non me desengancho», decía una mujer. El pase se cerró con aplausos y un breve coloquio con los invitados. Nadie quería abandonar su butaca, como si esperasen doble sesión. En la calle se respiraba esa atmósfera genuina de Ortegal.