«Tuvimos que presentar a Martín por videoconferencia a toda la familia»

Cándida Andaluz Corujo
C. Andaluz REDACCIÓN

SOCIEDAD

cedida

Nació el 28 de marzo y, como muchos otros niños gallegos, lo hizo en medio del confinamiento

16 abr 2020 . Actualizado a las 15:13 h.

Isabel Fernández y Pablo Nogueira fueron padres por primera vez el pasado 28 de marzo. Martín nació en A Coruña y, como muchos otros niños gallegos, lo hizo en pleno confinamiento por la alarma sanitaria del coronavirus. Su poco peso hizo que hubiera que programar el parto y en pocos días se fue para casa. La felicidad fue absoluta, aunque las circunstancias hicieron que la realidad de los primeros días del niño en casa sea muy diferente a cómo lo habían imaginado meses antes. «Yo pude acompañar a mi mujer durante el parto. A los nervios de ser primerizos, se unió el miedo a contagiarse. pero desde el primer momento nos dijeron que no había ningún caso. Aunque después descubrimos que sí. Nos cuidaron mucho y nos apoyaron un montón», explica el padre, que añade que sí notaron mucho movimiento en el hospital. 

El parto fue rápido y en unos tres de días el bebé llegó a casa. Allí no estaba toda la familia esperando al nuevo miembro, solo ellos tres. «Presentamos a Martín por videoconferencia a toda su familia. Tanto mi suegra como mi madre son personas de riesgo. Hicimos varias llamadas a diferentes familiares para que lo fueran conociendo. De momento nadie lo vio en directo más que nosotros dos y el personal del hospital», ríe Pablo. Aunque los días posteriores a que el niño llegue a casa es el momento de recibir a todas las visitas,  Pablo e Isabel comparten su alegría con el resto de sus familiares y amigos gracias a la tecnología.

«Por un lado te lo pierdes, pero dentro de lo malo tenemos un poco más de tiempo para adaptarnos a la nueva situación», dice el padre

Lo primero que hará la familia Nogueira  Fernández el día que se pueda salir de casa no será pasear por la calle o tomar algo en una cafetería. Irán a abrazar a Martín. «Intentamos compensarlo un poco por medio de las videollamadas, pero no es lo mismo». Tampoco ha podido dar sus primeros paseos por la calle, solo para acudir al pediatra. «Es una sensación agridulce, porque se junta el momento más feliz con la situación que estamos viviendo. Ahora nos concentramos en nosotros mismos. Lo vamos llevando», explica el padre.