Sanitarios gallegos sobre las mascarillas deficientes: «Parecían filtros de café de hace 40 años»

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

SOCIEDAD

Teresa Rodríguez trabaja en Urgencias en el hospital comarcal de Valdeorras
Teresa Rodríguez trabaja en Urgencias en el hospital comarcal de Valdeorras Cedida

Los profesionales relatan que las protecciones enviadas y retiradas por el Ministerio de Sanidad se rompían fácilmente

19 abr 2020 . Actualizado a las 13:49 h.

El viernes les dijeron que no podían usar las mascarillas, las mismas que muchos llevaban puestas en aquel momento. No todos. Hubo quien no las vio con buenos ojos desde el principio y decidió no utilizarlas.

El médico de Urgencias del hospital comarcal de Valdeorras (Ourense), Pablo Porto, nunca se la puso. «Los compañeros comentamos que parecían de carnaval, la mascarilla parece un mal filtro de café, de esos que se usaban hace ya 40 años», relata el facultativo. Así que él decidió buscar alternativas. «Yo tenía otra, una FFP2, que estuve usando, y encima me ponía una quirúrgica para exponer menos la buena», cuenta. Dice que la mascarilla por delante se veía mala, y que las cuerdas se rompían fácilmente.

Fue el material con el que contaron durante unas dos semanas. «Le comentamos a la supervisora que parecían malas, pero nos dijeron que eran de lo mejor. Y te tienes que fiar de lo que te dan», cuenta. Reconoce que en el hospital de O Barco nunca faltó material, pero al tiempo apunta: «pero si el que tienes no protege... Que entres a atender un paciente con la confianza de ir protegido y te encuentres con esta historia...». Explica que en su servicio ya hay varios contagiados, y están a la espera de saber si con las nuevas pruebas masivas hay más casos.

Con Porto trabaja Teresa Rodríguez. Es una enfermera veterana, con casi 30 años de experiencia. Relata que cuando comenzaron a llegara los EPI se sentían protegidos, pero que con el paso de las semanas la calidad no está siendo la misma. «Os novos teñen un plástico malísimo, e sobre a bata temos que poñer un delantal como se foramos o pescadeiro. E nos brazo levamos unhas gomas porque os puños non apretan ben; para que non se meta o bicho. E as máscaras eran como o filtro das vellas cafeteiras». Dice que no llegó a usar las mascarillas retiradas de circulación porque tenía dos que le infundían más confianza por su calidad y las fue usando. «Eu non, pero as miñas compañeiras si que as estiveron poñendo. Din que perden efectividade aos tres minutos, e cando entras no box, se todo sae ben, non botas menos de 30 minutos co paciente...», dice. Y añade: «De pouco vale que teñamos coidado ao traballar e ao quitar o EPI se falla a base, se falla a máscara».

Pruebas negativas

Yolanda Sotelo estaba trabajando en la planta sexta del CHUO (la primera que se abrió para pacientes con coronavirus) con la mascarilla de la partida puesta en el punto de mira cuando les llegó el aviso. Ella y todas sus compañeras las tenían. Llevan unos quince días usándolas. «Estabamos serenas porque ningunha tiñamos síntomas, pero agora estamos máis tranquilas ao dar negativo na proba», explicaba la auxiliar enfermería.