Rocío Carrasco inaugura el Museo Rocío Jurado en Chipiona

Martín Bastos

SOCIEDAD

La hija de la cantante Rocio Jurado, Rocio Carrasco, el alcalde de Chipiona, Luis Mario Aparcero y el concejal de turismo del municipio, Francisco Javier Query, durante la inauguración del Centro de Interpretación Rocio Jurado
La hija de la cantante Rocio Jurado, Rocio Carrasco, el alcalde de Chipiona, Luis Mario Aparcero y el concejal de turismo del municipio, Francisco Javier Query, durante la inauguración del Centro de Interpretación Rocio Jurado Román Ríos | EFE

Dieciséis años después de su muerte, el sueño de «la más grande» se hace por fin, realidad

03 jul 2022 . Actualizado a las 13:00 h.

Dieciséis años, una familia completamente rota, una herencia envenenada y miles de trabas después, el Museo Rocío Jurado en Chipiona es, por fin, una realidad. Tras muchos años de espera y de problemas administrativos, los admiradores de la cantante ya pueden disfrutar de primera mano del museo biográfico de Chipiona y de los objetos personales de Rocío Jurado que allí se exponen. La tierra natal de la cantante demostró ayer por la noche el anhelo que había de poder rendirle homenaje, formando largas colas a las afueras del museo en su primer día.

Rocío Carrasco, la hija de la cantante, fue la encargada de cortar la cinta de la inauguración, momento que en el que hubo una gran aclamación y que no dejó indiferente a nadie. Rocío Carrasco cortó varios trozos de la cinta para poder tenerlos como recuerdo del gran día, según informa Chance.

Rocío Carrasco agradece a los vecinos de Chipiona a las puertas del museo dedicado a su madre
Rocío Carrasco agradece a los vecinos de Chipiona a las puertas del museo dedicado a su madre Román Ríos | EFE

El alcalde de Chipiona, Luis Mario Aparcero, tampoco faltó a la cita. Rocío Carrasco le recibió con un gran abrazo tras haberle ayudado a que su sueño se hiciese realidad. Miguel Poveda, gran amigo de la cantante y de su hija, ponía su granito de arena cantando en directo un par de canciones de «la más grande».

La presencia de Carmen Borrego, el maestro Joao, Ana Bernal-Triviño, su prima Rocío, Antonio Martín o su grupo de amigas más íntimas hacía de la inauguración del museo uno de los días más felices de Rocío Carrasco. Como no podía ser de otra manera, Fidel Albiac acompañaba a su mujer, feliz de verla sonreír, «porque me ve bien y porque se hacen las cosas como se tienen que hacer y bien».

Meses atrás, ya anunciaba que no habría invitaciones para su familia mediática, algo que tenía muy claro desde el principio y que mantuvo hasta el día de ayer. Minutos antes de dar comienzo con la inauguración, Rocío Carrasco aseguraba que nadie de su familia mediática se había intentado poner en contacto con ella para acudir a la inauguración del museo. «¿Conmigo? No», aseguraba.

Carrasco, junto al cantante Miguel Poveda
Carrasco, junto al cantante Miguel Poveda Román Ríos | EFE

Y las ausencias no eran pocas. Ni rastro de sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando, ni del viudo de su madre, José Ortega Cano. Tampoco de su tío Amador, su tía Rosa Benito, su prima Rosario Mohedano, ni la otra hermana de su madre, Gloria y su marido José Antonio, la familia más directa de la artista. 

En un día tan importante para ella, confesaba que lo único que le faltaba para que todo fuese perfecto, era la presencia de su madre y de su padre, aunque siempre les tiene presentes en su día a día. «Sí, a ella, a la única, a ella. Y a mi padre, pero a ella», afirmaba a los medios de comunicación.

Muy satisfecha con la inauguración del Museo Rocío Jurado, estaba contenta porque su madre estaría muy orgullosa y muy feliz de ver su sueño hecho realidad. Recordaba lo duros que han sido los últimos años en los que no se vio con fuerzas para desmentir que ella no era la culpable de que la construcción del museo no avanzase. «Ha sido muy duro el que se materialice, ha sido muy duro tener que soportar, año tras año, que digan que es por mi culpa. Eso es muy chungo, es lo más difícil porque yo sabía que, tarde o temprano, se iba a materializar porque los problemas que había se iban a solucionar. Pero yo en ese momento no estaba fuerte como para decir: oye, que lo que estáis diciendo no es verdad», recordaba.