Bruselas propone a los estados externalizar sus emisiones para alcanzar los objetivos climáticos
SOCIEDAD

Una parte del objetivo de reducción se podrá alcanzar con iniciativas climáticas en países en vías de desarrollo
03 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En medio de una ola de calor que abrasa Europa y con el punto de mira puesto en el compromiso de alcanzar la neutralidad climática en el 2050, la Comisión Europea presentó ayer una legislación para reducir la huella de carbono de la UE hasta en un 90 % para el 2040.
El Ejecutivo comunitario ya sugirió esta cifra hace más de un año, pero provocó una fuerte resistencia por parte de los gobiernos de la UE, lo que ha llevado a la Comisión a concederles cierto margen de maniobra.
Para facilitar el cumplimiento del objetivo, Bruselas dará flexibilidad en la distribución de la reducción de las emisiones. En otras palabras, no especificará objetivos específicos por sector, lo que dará mayor poder de decisión a los gobiernos.
Además, la Comisión abre la puerta a que los Veintisiete puedan acceder a los llamados créditos internacionales de carbono. Esto significa que una parte del objetivo de reducción se podrá alcanzar mediante este mecanismo, que permite externalizar parte de las iniciativas climáticas a países en vías de desarrollo. En la práctica, los gobiernos podrían financiar proyectos climáticos fuera de la Unión Europea y contabilizar la reducción de emisiones resultante para sus propios objetivos a partir del 2036.
Pese a estas «flexibilidades», como las ha denominado la Comisión, «el compromiso se mantiene», sentenció la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera. «Estamos respondiendo a los europeos, que siguen estando firmemente a favor de la acción por el clima, por eso decidimos seguir adelante con nuestras políticas climáticas, ya que son fundamentales para alcanzar otros objetivos políticos, sociales y económicos. No estamos eligiendo entre economía y agenda verde, estamos eligiendo ambas», añadió.
Según la Comisión, este objetivo dará certidumbre a los inversores, impulsará la innovación, reforzará el liderazgo industrial y aumentará la seguridad energética de Europa.
Wopke Hoekstra, comisario europeo de Clima, defendió esta polémica medida alegando que «el planeta no discrimina dónde se emiten las emisiones a la atmósfera» y que los créditos «deberán poder ser verificados y certificados, porque solo así ayudarán».
La Comisión ha planteado establecer un límite a estos créditos equivalente al 3 % de las emisiones netas de la UE en 1990. También condicionará su uso a que los proyectos financiados generen reducciones significativas de las emisiones.
La propuesta de la Comisión no es definitiva, tiene que presentarse ahora en el Parlamento Europeo y en el Consejo para su debate y adopción. Sin embargo, las negociaciones con los gobiernos de la UE no se presentan tan sencillas en el caso de países como Francia, que ya ha expresado dudas con respecto al objetivo presentado.