Los ganadores del Premio Nobel de Medicina cambiaron el paradigma de cómo conocemos la respuesta inmunitaria
06 oct 2025 . Actualizado a las 18:30 h.Este lunes asistimos a un día grande para la Inmunología, la concesión del premio Nobel a tres investigadores que cambiaron el paradigma de cómo conocemos la respuesta inmunitaria. Son Mary E. Brunkow (Instituto de Biología de Sistemas) de Seattle y Fred Ramsdell (Sonoma Biotherapeutics), ambos en USA y Shimon Sakaguchi, de la Universidad de Osaka en Japón.
El sistema inmunitario es uno de los más complejos del organismo, ya que las células se mueven y tenemos multitud de células diferentes. Estamos aún conociendo todas sus potencialidades. Durante años se pensaba que el sistema inmunitario era un mero sistema de defensa externo, que detectaba patógenos y rechazaba trasplantes incompatibles.
La doctora P. Matzinger cambiaría este modelo de reconocimiento, para indicar que nuestro sistema inmunitario es capaz de detectar tanto patógenos como señales de peligro (cristales de ácido úrico, rotura de la piel..), y tolera lo que no considera peligroso (nuestros propios órganos, un embarazo, la microbiota).
El sistema inmunitario es por tanto un sistema de control interno, de vigilancia, y detecta señales de peligro, hace inmunovigilancia de células dañadas, envejecidas o tumorales, participa en la reparación de heridas, detecta patógenos y órganos trasplantados, pero también tenemos células que regulan que todo el proceso no se descontrole, las células T reguladoras, que, de forma activa, controlan que no haya una activación autorreactiva frente a nuestros propios órganos y tejidos. Nos protegen de desarrollar enfermedades autoinmunitarias, y lo hacen parando a otras células para que no se activen de forma descontrolada.
Durante años se hablaba de células con capacidad supresora, pero eran difíciles de aislar y por tanto de estudiar. Fue en 1995 cuando el doctor Sakaguchi identificó a unas células con capacidad reguladora. Unos años más tarde, Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell, en un modelo de ratón que desarrollaba autoinmunidad, encontraron un gen mutado responsable de lo que le pasaba al ratón, el foxp3. Unos años más tarde, se cerró el círculo, las células T reguladoras expresaban foxp3, y si está mutado no funcionan. Estas células se originan en dos sitios: directamente del timo o en la periferia. Aunque inicialmente se encontraron los linfocitos T reguladores, también hay linfocitos B reguladores.
La mutación del foxp3 condiciona un síndrome raro asociado al cromosoma X que afecta a varones, que se denomina síndrome IPEX (siglas de inmunodesregulación, poliendocrinopatía y enteropatía, asociado al cromosoma X). Los niños afectados suelen tener manifestaciones muy pronto de autoinmunidad y afectación de muchas glándulas endocrinas. Desarrollan diarrea grave, diabetes, enfermedades cutáneas como psoriaris, afectación tiroidea, hematológica, daños en riñón, etc. El tratamiento curativo es el trasplante de médula ósea y si no es posible, controlar la activación del sistema inmunitario con fármacos.
El conocimiento de este nuevo tipo celular ha sido muy importante para la Inmunología y a sus potenciales aplicaciones. Por una parte, podemos activar estas células para que ayuden a controlar mejor la autoinmunidad o el rechazo de trasplantes, y por otra podemos inhibirlas para incrementar respuestas (antitumorales). Estos investigadores han permitido abrir un nuevo camino de conocimiento del sistema inmunitario, así como diversas posibles terapias.
África González Fernández. Es catedrática de Inmunología. CINBIO. Universidad de Vigo. Autora del libro: «Inmuno Power: conoce y fortalece tus defensas»