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De forraje a herbicida natural, fundas de paja para las viñas de Amandi

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

SOMOS AGRO

Cubierta de paja para evitar la proliferación de hierbas en un viñedo de Adega Tear
Cubierta de paja para evitar la proliferación de hierbas en un viñedo de Adega Tear CEDIDA

Adega Tear extiende ese sistema de cultivo sostenible a todas sus parcelas

01 may 2023 . Actualizado a las 18:58 h.

La paja ha encontrado un nuevo uso fuera de su aprovechamiento tradicional en las explotaciones ganaderas. Este forraje sirve ahora también como alternativa al empleo de herbicidas en los viñedos de los bodegueros de Ribeira Sacra más sensibilizados con el cuidado de la biodiversidad del suelo. Un perfil que suele coincidir, por lo demás, con los productores atentos a los mensajes que lanza un mercado cada vez más global. «No podemos competir en precio, pero sí en singularidad. El cuidado de las viñas con labores de ese tipo es un valor añadido», dice Germán Vila, de Adega Tear.

Esta bodega familiar de la subzona de Amandi acolcha con cubiertas de paja las cuatro hectáreas de viñedo que cultiva en diferentes puntos de la ribera de Amandi. No es un sistema barato en el contexto de un cultivo en bancales y laderas de fuerte pendiente, pero ellos están convencidos de que la inversión merece la pena. Por la salud de la viña y por la imagen que transmite de viticultura más sostenible. «El herbicida —apunta Germán— es más cómodo, pero a la larga habrá que ir hacia otros sistemas menos agresivos».

Tear estuvo presente a finales del pasado mes de enero en el Spanish Wine Road Show, una muestra itinerante que pasó en pocos días por varias ciudades de Estados Unidos. De allí regresaron convencidos de que la exportación puede ser un camino también para los pequeños productores de Ribeira Sacra. «No queda más remedio que buscar mercados fuera y en Estados Unidos percibimos cierta saturación con los vinos en madera. Buscan tintos más primarios, más afrutados y frescos, al estilo de los de aquí», explica el bodeguero.

El perfil mayoritario de los vinos de esta denominación de origen sintoniza con esa tendencia del mercado internacional. Pero los expertos inciden además en la creciente importancia de asociar singularidad del producto y viticultura sostenible. Por ahí van los tiros en las bodegas que cada vez en mayor medida recurren al acolchado para erradicar el empleo de herbicidas.

Adega Tear inició esa reconversión hace seis años. Según sus cálculos, el coste por hectárea de una cubierta de paja supera con creces los mil euros. El forraje no es caro, pero el transporte y la mano de obra se llevan una buena tajada del presupuesto. «Hay que hacer todo a mano y en una viña en bancales tienen que ser pacas pequeñas para moverlas», detalla Germán Vila.

Cada dos años

El acolchado o mulching debe contar además con un buen espesor, ya que de lo contrario no evita la proliferación de las hierbas consideradas perjudiciales para la vid. Si la capa de paja se aplica correctamente, no hay necesidad de renovar el «tratamiento» hasta que pasen dos años.

Los perjuicios de las hierbas que se busca eliminar son mayores en los meses de verano, cuando la vegetación compite con las cepas por las escasas reservas hídricas disponibles. La paja presenta, por otra parte, ventajas sobre otros acolchados. «La hierba trae semillas que se propagan y genera una capa más tupida que propicia la aparición de hongos. La paja transpira al tiempo que mantiene la humedad del suelo» señalan en la bodega.

Esta circunstancia, según destacan, reduce notablemente la mortandad de las cepas jóvenes con las que se plantan las viñas cuando se hace necesario reemplazar otras que quedaron fuera de producción.