Forjados en el día a día del trabajo

Benigno Lázare LUGO/LA VOZ.

AGRICULTURA

Los tres hijos del fundador de una empresa de hierros y prefabricados tomaron el relevo y tuvieron que afrontar una dura resaca tras el «boom» del ladrillo

01 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«A finais do verán do 2008 comezou a baixar aquel boom da locura e houbo que adaptarse á situación actual», dice Ángel, el mayor de los tres hermanos Tourón Vázquez, que tienen a su cargo la empresa sarriana Prefabricados y Hierros Tourón. Es evidente que el « boom da locura» al que se refiere es el de la construcción, que en el caso de esta firma se saldó con una reducción a todos los efectos del 60?%. Por el momento, la crisis paralizó un proceso de constante expansión que fue dejando su huella en las instalaciones de Vilar de Sarria, que son el resultado de media docena de añadidos.

Todo empezó cuando Ángel Tourón Rodríguez tenía poco más de 20 años. Había dejado Vilarrairo para empezar a trabajar en la villa sarriana con un carpintero. Al cumplir los 24 montó con otros dos socios una pequeña empresa de construcción y, tras marcharse uno, ampliaron la actividad con un pequeño taller de hierros. Un año más tarde decidieron que cada socio se quedase con una y a Ángel le tocó la de hierros, que por entonces estaba en la zona urbana.

Ya en solitario compró el terreno de Vilar y, tras casarse, montó una nave pequeña con estructura de ladrillo y madera. A partir de ahí cada cierto tiempo era necesaria una ampliación, hasta llegar a los 3.500 metros cubiertos que tienen ahora.

En el primer semestre del 2008 trabajaban en la empresa casi una treintena de personas, incluidos los tres hermanos, y ese año todavía facturaron cerca de tres millones de euros. El año pasado las ventas bajaron a 1,6 millones y en el presente ejercicio se darán por satisfechos si alcanzan el millón de euros. También redujeron la plantilla considerablemente y en estos momentos tienen 10 empleados.

Siguiendo el camino marcado por el padre cuando inició su trayectoria en solitario en 1970, la empresa se dedica a la elaboración de forjados de hierro para las obras. Su mercado es la nueva construcción, ya que a la rehabilitación apenas le sacan partido, por lo que notaron la crisis de forma especial.

Hace años ampliaron la actividad a los prefabricados de hormigón, fundamentalmente pilares, pórticos y cerchas para cubrir superficies de hasta 25 metros de ancho. Esto les permite más flexibilidad en la actividad de la plantilla, dado que los forjados a veces requieren plazos muy cortos y se dedican todos a ellos, y el resto, a los prefabricados. El 80% de estos van destinados a naves agrícolas y el 20% restante, a las industriales.