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La venta de patata para consumo es cerca de un 600 % más cara que en origen

sindo martínez XINZO / CORRESPONSAL

AGRICULTURA

Santi M. Amil

Los patateros de A Limia reclaman un control en los márgenes de los intermediarios

26 feb 2020 . Actualizado a las 20:18 h.

La tasación de la patata en origen se situó de media durante el mes de enero en 0,17 euros el kilo, pero el consumidor debió pagar por este tubérculo 1,25 euros en ese período. Esas cifras suponen que en destino el valor se multiplicó por 7 con respecto lo pagado al productor. Es decir, lo que equivale un incremento porcentual del 635%), según el índice de Precios en Origen y Destino del sindicato COAG.

Esta estadística refleja la enorme variación entre el precio agrícola en origen y el que se paga en el supermercado. En el caso del tubérculo y en el de Galicia, ahora mismo, tras un ligero repunte del precio en las pasadas semanas (en torno a 20 céntimos), el baremo porcentual roza el 580 %. En algunos super el precio ronda el 1,40 euros el kilo.

La situación no es nueva, pero lo cierto es que la pérdida de beneficios por parte del agricultor que se dedica al cultivo de patata en A Limia está menguando cada vez más el número de productores. Se va cada vez más a una especialización y a una minoración de los labradores, que producen muchos más kilos que los de hace 20 o 30 años.

Detrás del proceso se esconden múltiples causas. Sobre todo en el caso del tubérculo. La producción gallega está prácticamente centralizada en una comarca que acapara más del 80% de la producción (A Limia, con una media de 120 millones de kilos).

En tierras limianas, a diferencia de otras zonas del Estado, no existe una gran cooperativa de labradores que defienda sus intereses comunes o que incluso, comercialice directamente el producto. Nunca, pese a los intentos de los años 90 y 2000, hubo una práctica común de contratos homologados -visados por la administración- para la venta agricultor-almacenista. Ello y las peculiaridades del mercado patatero español y europeo provocan enormes fluctuaciones de precios. Con años de venta de 4 céntimos el kilo y otros a 35 céntimos.

Normativa

«Son necesarias medidas legislativas para controlar márgenes excesivos en la cadena del producto. Eso es factible, ya que en Francia se da desde hace años. Para empezar se debe legislar para prohibir que el precio de coste del producto pueda ser superior al que le pagan al agricultor. Eso ha sucedido en A Limia en varias ocasiones durante años», remarca Xosé Ramón González, portavoz de Unións Agrarias.

Algunos almacenistas, que piden el anonimato, argumentan que los costes de envasdo, almacenamiento y comercialización son muy altos. Son necesarias naves en buen estado, correctamente ventiladas y climatizadas para prevenir humedades o un frío excesivo que arruine el tubérculo en los almacenes durante semanas o meses, antes de ser colocadas en el mercado. El control de la trazabilidad del producto en cuanto al precio, es decir, la supervisión de la administración pública en lo referente a tasaciones es algo inédito en España. Esa trazabilidad sí se refleja en una verificación de la calidad y origen del producto, pero no en la tasación. Es ahí donde quieren los agricultores y ganaderos que entre la administración de una vez por todas.

«La administración debe controlar los márgenes»

El presidente de la asociación de productores de patata de A Limia, Amador Díaz Penín, considera inaplazable la puesta en marcha de medidas para evitar márgenes excesivos en la comercialización de la patata antelana. «Hay que tener en cuenta que casi siempre el precio de venta quintuplica o sextuplica al que se le paga a los labradores. Eso no puede ser así», comenta. Y añade: «Los agricultores invertimos mucho en maquinaria, naves, combustible y fitosanitarios y vemos que en muchas ocasiones apenas te llega para ir tirando».

¿La solución? «Hay que adoptar medidas para estrechar los márgenes de los comercializadores. Es un proceso que puede ser complicado pero la situación actual del campo en Galicia y en España es la que es y las protestas del sector primario son justas», expone el presidente de los productores de patata.