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La PAC abre la vía a recuperar la agricultura en zonas donde había sido eclipsada por la ganadería

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

AGRICULTURA

Plantación de centeno en el municipio de Cervantes.
Plantación de centeno en el municipio de Cervantes. Carlos Castro

Cereales y legumbres pueden tener futuro por sus beneficios ambientales

29 mar 2023 . Actualizado a las 10:21 h.

La Política Agraria Común, cuyos criterios se renuevan este año para tener aplicación hasta el 2027, no solo interesa a quienes se dedican a la ganadería sino también a quienes trabajan en la agricultura. La recuperación de cultivos es una de las ideas presentes en esta nueva etapa, dentro de una visión general de ayudas para prácticas beneficiosas con el medio ambiente, los denominados ecorregímenes.

La nueva situación introduce entre las prácticas ambientales la rotación de cultivos, lo que puede suponer la recuperación de la actividad agraria en zonas que se fueron especializando en el trabajo ganadero en las últimas décadas. La idea suscita diferentes comentarios, aunque parece darse un consenso al considerar que cereales y legumbres pueden tener más presencia en fincas.

Un aumento del cereal, por ejemplo, es lo que puede ocurrir si se tiene en cuenta la opinión de Roberto Pedrido, responsable de la oficina de Unións Agrarias (UU. AA.) en Guitiriz. «Si pode ser unha alternativa», dice. Que vea más probable la apuesta por el trigo o por el centeno que por las legumbres es algo relacionado con la actividad económica de esa zona, donde la ganadería de leche y de carne está presente.

El aumento de la superficie con cereal cosechado tiene además justificación, recuerda Pedrido, en un momento en que las explotaciones ganaderas deben asumir un aumento de los costes de producción. Así, el cereal puede usarse, como forraje o combinado con concentrado, en la alimentación de las vacas para disminuir, sin perder calidad, el gasto en otros productos.

Como presidente de A Estruga, asociación de productores agroecológicos de Vilalba y de Xermade, Marcos Besada ve abierta una vía a la diversificación, e incluso sugiere cómo pueden ser las rotaciones de cultivos por zonas: en la Terra Chá podría aplicarse un ciclo de patatas, legumbre y cereal o de patata, grelo y legumbre; en A Mariña, uno de legumbre, cereal y patata.

Desde hace años, en la comarca mariñana, especialmente en Lourenzá, se potencia el cultivo de faba, que cuenta incluso con una Indicación Xeográfica Protexida (IXP). En Vilalba y en Xermade se está potenciando la legumbre conocida como chícharo da cova. Miembros de A Estruga, que venden en mercados de proximidad, apuestan por esa variedad, recuperada por iniciativa de la cooperativa Almoga, con sede en la capital chairega.

Para Besada, la diversificación es una idea de gran validez, aunque sin olvidar la necesidad de la rentabilidad: «Non se pode atender a todo», admite. Por ello cree que la diversificación de cultivos puede darse en quienes tengan terreno y se dediquen a la ganadería de vacuno, sea de carne o de leche, y en otros ámbitos: por ejemplo, cita una combinación de avicultura y de apicultura como propuesta interesante.

José Manuel Fraga, agricultor con fincas en Vilalba y en Xermade, ve la idea interesante, pero con un problema. Se consiguen más derechos si se logra más superficie, y en estos momentos, agrega, hay poco terreno disponible. Pero afirma que si pudiese lograr más fincas —ahora tiene unas ocho hectáreas—, apostaría por esa práctica: «Non o pensaría», dice.

En sus fincas cosecha patatas, grelos y otras hortalizas. Un detalle que observa en esta etapa de la PAC es que se trata de «cultivos de sempre». Incluso cree que este nuevo rumbo puede acabar ayudando a que se asiente gente joven en el campo, aunque con un detalle: «Hai que dar formación», sostiene.

Importancia de asesorarse antes de elegir qué cultivos se introducirán en la explotación

Marcos Besada explica que una persona que desee comprar derechos e introducir alguna variedad de cultivos, debe acudir en primer lugar a una entidad de acompañamiento, sea un sindicato agrario o un gabinete de técnico, para planificar bien sus pasos. En primer lugar resulta necesario, apunta el presidente de A Estruga, contar con asesoramiento para elegir bien los cultivos que se introducirán: por ejemplo, quien escoge patatas o grelos tiene, dice Besada, la ventaja de apostar por cultivos «moi sinxelos».

Para conseguir más derechos, hay que acudir al fondo de garantía (FEGA) o negociar con algún propietario que vaya a abandonar la actividad agrícola o ganadera, pero la obtención de más derechos está vinculada con la ampliación de la superficie de cultivo. Está previsto que España reciba por la PAC algo más de 32.000 millones de euros en el período 2023-2027.