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Galicia declaró 854 hectáreas agrícolas como siniestradas este año por fenómenos tormentosos

La Voz EUROPA PRESS

AGRICULTURA

Trabajos de preparación de la tierra en A Limia para la plantación de patatas
Trabajos de preparación de la tierra en A Limia para la plantación de patatas cedida

La comarca de A Limia, en Ourense, es la zona más castigada con pérdidas en los cultivos de cereal y patata que se presumen «catastróficas»

15 jul 2024 . Actualizado a las 09:32 h.

Un total de 854 hectáreas de cultivo han sido declaradas como siniestradas en Galicia en lo que va de año como consecuencia de fenómenos meteorológicos adversos, según los datos de la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro), que fija en más de un tercio (291 hectáreas) la superficie devastada en una sola jornada en la comunidad: la del pasado 26 de junio. El paso de una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) con fuertes lluvias acompañadas de granizo que obligó a activar durante dicho día alertas naranjas y amarillas en áreas de las provincias de Ourense y Lugo, causó importantes estragos en los campos cultivo ya maltratados, en algunos casos, por las condiciones meteorológicas registradas en la comunidad durante los meses centrales de la primavera. Unos estragos, con especial impacto en los cultivos de cereal y de patata, que se cebó especialmente con la comarca de A Limia, en Ourense, una provincia que acumula, según los datos facilitados por Agroseguro, 510 de las 854 hectáreas siniestradas de las que se han dado parte. Pontevedra (178), Lugo (103) y A Coruña (63) completan el mapa autonómico de incidencias meteorológicas.

«Una tormenta de lluvia puede ser beneficiosa o perjudicial dependiendo del cultivo, del momento y su intensidad, porque no es lo mismo el daño que puede causar en las producciones leñosas o en una producción hortícola, donde una tormenta con inundación puede provocar daños totales. En el caso del pedrisco, sus daños sí son muy habituales, porque su impacto produce heridas y roturas en las plantas que, en numerosas ocasiones, pueden arruinar toda una cosecha», apunta José Bernardo Rodríguez, director territorial de Agroseguro. De las declaraciones de siniestro recibidas por la agrupación de entidades aseguradoras, la mayor parte corresponde a explotaciones de cultivos herbáceos (322 hectáreas); seguido de parcelas de viñedo (256); cultivos forrajeros (110); y otras producciones hortícolas como la patata, la cebolla, el kiwi o el fresón.

El pedrisco es el fenómeno vinculado a las tormentas que mayores estragos ha provocado en las cosechas gallegas -628 hectáreas de cultivo han sido declaradas como siniestradas por este motivo-; mientras que la lluvia ha sido la responsable de los daños acreditados en 131 hectáreas y las inundaciones han afectado a una superficie total de 94 hectáreas en lo que va de año, siempre según las incidencias reportadas a Agroseguro. En total, son 1.636 las hectáreas agrícolas siniestradas en la comunidad autónoma de las que consta declaración, correspondiendo el porcentaje adicional al resto de riesgos cubiertos por el seguro agrario, como los daños por helada o aquellos provocados por la fauna.

Un año «catastrófico» en A Limia

La zona más afectada por la fuerte tormenta registrada el 26 de junio fue la comarca de A Limia, en la provincia de Ourense, donde llegaron a recogerse en apenas una hora 45 litros de agua por metro cuadrado acompañada de pedrisco. Un fenómeno que anegó numerosas parcelas de cultivo y castigó con dureza las cosechas en áreas de los municipios de Xinzo de Limia, Calvos de Randín, Os Blancos, Sandiás y Xunqueira de Ambía, causando importantes daños en las explotaciones. Pero los problemas derivados de los fenómenos meteorológicos adversos, explica María Teresa Joga, presidenta de la Asociación de Empresarios, Ganaderos y Agricultores de A Limia (Adegal), ya habían comenzado a manifestarse en la comarca mucho antes. «Está siendo un año catastrófico. Cuando se estaba sembrando el cereal de invierno, empezaron las lluvias iniciales y no se pudo sembrar parte de él. Y del cereal de primavera, lo poco que se pudo sembrar se fue con estas últimas tormentas», sintetiza. Aunque aún es pronto para hacer valoraciones y cuantificar la afectación en términos económicos se antoja por el momento «totalmente imposible», la presidenta de Adegal calcula que las pérdidas en la producción del cereal de invierno pueden ascender «tranquilamente al 80 % de la cosecha» y que las relativas al cereal de primavera serán «totales en los puntos más calientes» de la comarca castigados por las tormentas de finales de junio. Es, sin embargo, el cultivo de la patata el que más preocupa ahora en una comarca en la que este tubérculo representa un auténtico motor económico en términos de producción. «Este año tenemos un problema de accesibilidad a las parcelas pero nos cogió además las plantas en un estado muy inicial, entonces el comportamiento de la patata podría ser el de pudrir. Y si pudre, ya no tenemos salvación», reconoce María Teresa Joga.

Para la presidenta de Adegal, una agrupación que engloba a más de 500 asociados entre agricultores, ganaderos y empresarios vinculados al sector primario en la comarca, las próximas semanas resultarán decisivas para poder salvar parte de la producción en el «granero de Galicia». «Las plantas que ya estaban sobre tierra, la granizada las machacó mucho, lo cual es preocupante, pero el miedo más grande que tenemos ahora mismo es que si este mes de julio viene con unas temperaturas muy altas, que sería lo normal, la planta no resista», finaliza.

Óscar Joga es uno de los muchos productores de la zona cuyos cultivos se han visto gravemente afectados por las tormentas. Sus plantaciones de patata, colza y cebada no darán este año el rendimiento esperado. «Hubo un desgranado en la colza porque cayó bastante granizo y abrió las vainas, con lo que se perdió parte de la cosecha. Con el tema de la patata es como si le pasaran una desbrozadora por encima», relata. «La patata que está dañada de esa forma se puede recuperar, pero la cosecha ya está afectada. Eso ya no va a producir lo que tenía que producir», agrega, acto seguido, el agricultor, que estima que la producción del tubérculo en sus parcelas caerá esta temporada «como mínimo un 30 %».

Cultivos domésticos

Una semana antes de que el pedrisco y el temporal se cebasen con las plantaciones de A Limia, el municipio lucense de A Pastoriza fue el escenario, el 18 de junio, de una violenta granizada que arrasó los cultivos y provocó importantes destrozos en las huertas domésticas de los habitantes de las parroquias de Bretoña y Saldanxe. «Fue algo puntual, incluso dentro del propio municipio, algo muy localizado en algunas parroquias pero que afectó a las huertas de los vecinos y también a algunos frutales. No hubo grandes explotaciones que se vieran dañadas», explica, en relación al episodio vivido, el alcalde de A Pastoriza, Darío Cabaneiro. Un episodio que ocasionó pérdidas totales para los pequeños agricultores de la zona y de algunas parroquias limítrofes que no cuentan, sin embargo, en la mayoría de los casos, con sus parcelas destinadas al autoconsumo cubiertas con ningún tipo de seguro. «Los daños afectaron a productos del huerto, como patatas o fabas, pero se trataba de cultivos convencionales, de consumo propio, no de cultivos en ecológico ni de productos para explotar. Y cuando a alguien se le estropea un cultivo en un huerto casero, tampoco llama a ningún lado para comunicar que se le estropeó porque muchas veces no hay ni seguro», reflexiona al respecto Francisco López, presidente del Consello Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia (Craega) y propietario de una explotación de vacuno de leche en el municipio de A Pastoriza. Y es que en pleno mes de julio todos siguen mirando al cielo en Galicia.