Primera consecuencia de la amenaza de los aranceles de Trump: los importadores americanos suspenden los pedidos de vino de la Unión Europea

AGRICULTURA

Bruselas retrasa dos semanas los aranceles de represalia y confía en poder evitar la guerra comercial entre las dos potencias
21 mar 2025 . Actualizado a las 10:27 h.Todavía no está claro si el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, impondrá aranceles al vino. Pero la mera amenaza de imponer unas tasas del 200 % a todos los productos alcohólicos procedentes de la Unión Europea ya tiene sus primeras consecuencias. La Alianza de Importadores de Vino de Estados Unidos (USWTA) ha remitido una carta a todos sus asociados en la que recomienda «encarecidamente a las empresas estadounidenses que suspendan todos los envíos de vino, licores y cerveza procedentes de la UE», reza la misiva. «Sin imponer los aranceles, ya ha conseguido frenar las ventas», lamenta Ramón Huidobro, secretario del consello regulador de Rías Baixas, que es la denominación gallega más afectada por esta medida.
La USWTA explica en su carta que el presidente Trump ha amenazado a todas las bebidas alcohólicas provenientes de la UE con unos aranceles del 200 %, en respuesta a las tasas planificadas por la Comisión Europea sobre el burbon estadounidense y otros productos. Los aranceles europeos iban a entrar en vigor el próximo 1 de abril y esta entidad, que aglutina a los importadores americanos, cree que Estados Unidos tomará represalias de inmediato, «utilizando una sección de la legislación comercial que nunca antes se ha aplicado», añade.
La organización asegura que está trabajando duramente para garantizar que cualquier aplicación de aranceles incluya una excepción para mercancías en tránsito, pero lo cierto es que, hasta el momento, no hay garantía de esa excepción. Por eso no les queda más remedio que advertir a sus socios de que cesen los pedidos, porque «existe el riesgo de que los productos sean gravados si llegan a EE.UU. después del inicio de abril».
La entidad entiende «el impacto que esto podría causar y no hacemos esta recomendación a la ligera». También aclara que «aún no se ha publicado ningún aviso en el Registro Federal sobre este asunto» y que todavía es posible que EE.UU. y la UE cambien de postura y eviten esta escalada. «Esta no es una pelea que hayamos provocado, pero es una pelea en la que estamos involucrados», concluye la carta.
La medida ya afecta a las bodegas gallegas
«Lo que le está diciendo a sus clientes es que no se arriesguen, porque si realmente los aranceles son del 200 % y pilla un barco en alta mar, las pérdidas pueden ser importantes», explica Ramón Huidobro, gerente de Rías Baixas. Tiene claro que estas primeras repercusiones, «a nosotros nos hacen daño» porque la denominación de origen exportó el pasado año cerca de tres millones de litros de vino, valorados en cerca de 25 millones de euros, al mercado americano. «¿Dónde encuentras ahora un mercado que absorba esta cantidad y te lo pague a un precio medio de ocho euros la botella?», pregunta.
Según los cálculos hechos por el consello regulador, de entrar en vigor los aranceles del 200 % las botellas que hoy en día salen de bodega a seis euros podrían incrementar su precio hasta los 18 euros «y ahí hay que sumarle todos los gastos de transporte, aduanas y demás». Llegaría así al merado americano a entre 25 y 30 dólares, «y todavía faltan los márgenes de importadores y distribuidores», por lo que llegaría al mercado a un precio mínimo de 42 dólares. «Actualmente, la mayoría de Rías Baixas que se venden a un precio de entre 25 y 35 dólares, pasar a los 42 dólares te mete en otro segmento de mercado que no es el que el cliente te tiene asignado», añade Huidobro.
«Esto ya es una cascada de suspender pedidos», cuenta Eulogio Pomares, un bodeguero de Rías Baixas que se está viendo seriamente afectado por la iniciativa de la USWTA. «Uno de los mayores importadores de vino de Estados Unidos ya nos ha dicho que ellos detienen todas las recogidas de vino porque las empresas estadounidenses tendrán que pagar, en caso de aranceles del 200 %, 200.000 dólares de impuestos solo para importar un contenedor que vale 100.000 dólares». Asegura que, hasta hace unas semanas, «estábamos todos muy tranquilos porque estaba clarísimo que los productos que fueron gravados en el primer mandato no lo iban a serlo ahora», asegura. El problema surgió cuando la UE decidió atacar el burbon, añade, que fue lo que llevó a Trump a poner el vino de nuevo en el disparadero.
«A nosotros nos ha pasado como al resto, hemos recibido la misma carta por parte de los importadores, que van a parar los pedidos porque no se ven capaces de asumir esos aranceles», explica Vicky Mareque, responsable de la bodega Pazo de Señoráns. Reconoce que «Estados Unidos es mi primer mercado de exportación, pero me preocupa sobre todo por el conjunto de los vinos españoles y gallegos». Porque, además, en esta época del año es cuando se empiezan a hacer «los primeros pedidos de la nueva añada, que tarde un mes en llegar al destino».
También en Viña Costeira están empezando a notar el freno a sus pedidos, aunque aquí todavía tienen algunos importadores que apuestan por seguir adelante con las transacciones, asegura su presidente, Andrés Rodríguez. «Hai moita incertidume e esto era o que nos temíamos. O prudente é que paren porque o viño hoxe sae de aquí a un prezo X e cando chegue alá pode costar X máis eses aranceis», asegura. Y relata que a ellos mismos les sucedió este en el 2019. «Tivemos que facer unha rebaixa a un pedido importante porque, cando chegou alí, tiña uns aranceis do 25 % que antes non tiña». Rodríguez considera que si Trump aplica los aranceles «será un problema porque é un mercado moi importante para os viños blancos».
Mientras, la Comisión Europea confía en poder llegar a un acuerdo con Estados Unidos y evitar una guerra comercial entre las dos potencias. El Ejecutivo comunitario anunció este jueves que retrasará un par de semanas la entrada en vigor de las contramedidas que iba a imponer a partir del 1 de abril como represalia a los aranceles del 25 % que Washington impuso al aluminio y el acero.
«Este nuevo plazo permite a la Comisión consultar a los Estados miembro sobre ambas listas y da tiempo adicional para negociar con el Gobierno estadounidense», señaló un portavoz de Bruselas.