Las denominaciones de origen empiezan a mover ficha para rebajar el grado de sus vinos

AGRICULTURA

Rioja se suma a los consellos reguladores que dan el paso para amparar elaboraciones con menos graduación alcohólica y así dar respuesta a las nuevas tendencias de consumo
19 jun 2025 . Actualizado a las 08:20 h.Rioja ha sido siempre la denominación de origen en la que el sector del vino tiene puestos sus ojos. Los planes y proyectos que esta lleva a cabo han servido de ejemplo para modernizar y poner en valor este sector en otras regiones españolas. Por eso es tan importante el nuevo paso que ha dado el consello regulador. Los vocales han acordado permitir dar amparo a vinos con un menor grado alcohólico que el actual. Con esta medida, la denominación de origen más antigua de España da un paso de gigante que busca atender las tendencias de un mercado en el que las bebidas sin alcohol o con graduaciones más bajas van ganando terreno.
A las nuevas generaciones les preocupa la salud y por eso apuestan por llevar estilos de vida más saludables, en los que el consumo de alcohol es limitado. Con el objetivo de atender esta tendencia de mercado, en los últimos años se han dado toda una serie de pasos para empezar a poner en valor los vinos sin alcohol o desalcoholizados. Y la moda es tal que ya hay grandes grupos bodegueros, como Matarromera que fue uno de los pioneros, que cuentan en el mercado con elaboraciones de este tipo. Galicia no es ajena a esta tendencia, y Martín Códax Viticultores y Paco & Lola son solo algunas de las bodegas que han apostado por comercializar este tipo de vinos. El sin alcohol de la primera de ellas, Marieta Sin, incluso fue reconocido como el mejor blanco sin alcohol en la London Wine Competition.
Lo que no ha sucedido, hasta ahora, es que alguna denominación de origen española haya puesto sobre la mesa la posibilidad de amparar los vinos sin alcohol. Según la legislación actual, estas figuras de calidad pueden amparar vinos parcialmente desalcoholizados, pero no los que no tienen alcohol. Lo que sí están haciendo algunos de los consellos reguladores españoles es rebajar el grado mínimo que pueden tener los vinos amparados.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, las denominaciones de origen Terra Alta y Plan de Bages tomaron esta medida, de forma temporal, durante la vendimia del año pasado. Porque en regiones como Cataluña, la sequía y las elevadas temperaturas le están poniendo muy difíciles las cosas a los viticultores. Además, también se está tramitando ante Europa la modificación del pliego de condiciones de las denominaciones de origen Empordá, Costers del Segres, Jumilla y Cebreros que buscan el mismo objetivo: que los vinos que amparan puedan tener un menor grado alcohólico de forma natural y atender así las demandas de los nuevos consumidores. En esta lista del ministerio también figura Valdeorras porque esta denominación de origendecidió rebajar el grado mínimo de sus tostados, con el fin de facilitar este tipo de elaboraciones. Pero la medida no afecta a otros vinos amparados.
Ahora, Rioja ha querido sumarse a esta tendencia y ha puesto en marcha un proceso que le permitirá diversificar estilos de vino «dentro de la denominación y dar una respuesta directa a las nuevas demandas del mercado», cuentan en el consello regulador. El pleno ha aprobado una modificación del pliego de condiciones que permitirá amparar vinos con menos graduación alcohólica.
El acuerdo establece una rebaja en grado y medio del volumen mínimo de alcohol permitido para los vinos amparados, reconocen en el consello regulador. De esta forma, la graduación mínima para los vinos tintos pasa de 11,5 grados a diez, mientras que en los blancos y rosados se reduce de 10,5 grados a nueve. Los cambios no afectan a vinos como los crianza, reservas, gran reserva o viñedo singular. Ahí, las graduaciones se mantienen exactamente igual que hasta ahora «con el fin de seguir protegiendo y diferenciando estas categorías históricas», añaden en el consello regulador.
Esta medida afecta también al grado de las uvas utilizadas para la elaboración de vinos, en las que también se introducen ajustes. La graduación mínima para las tintas seguirá siendo de 11 % Vol, mientras que en las blancas se reduce un grado y medio, pasando del 10,5 % Vol al 9 %. Con ello se busca ampliar las posibilidades para los operadores que elaboran vinos blancos y buscar mayor flexibilidad en las condiciones de maduración.
En Galicia, esta cuestión todavía no ha llegado a los plenos de los consellos reguladores. Pero son muchas las voces que apuntan a que, en un futuro no muy lejano, será preciso discutir si es necesario poner en marcha algún tipo de medida similar. El mercado demanda cada vez bebidas con menor graduación alcohólica y el sector vitícola no puede quedar al margen.