
Su precio es ahora la cuarta parte del récord marcado en el del 2023 y la mitad de la producción de Castilla y León no se empacará este año. Algunos agricultores de A Limia buscan cómo enviarla a mercados alternativos como el marroquí
08 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La mitad de la producción de paja de Castilla y León, unas 180.000 toneladas, no se empacará este año. Así de tajante era el comunicado emitido hace un par de semanas por la Lonja Agropecuaria de León después de que la cotización de la tonelada de paja descendiera hasta los 30 euros, un precio que como explicaban «a duras penas cubre los costes de los trabajos de alpacado y carga». Atrás quedan los tiempos en los que, como en el 2023, el precio de esta materia prima que puede ser de trigo o centeno y que es fundamental para la alimentación del ganado llegó a pagarse en las granjas gallegas a unos 180 euros por tonelada. Porque aunque aquel año en el que la sequía redujo notablemente la cosecha de hierba seca, la cotización en lonja fue de unos 122 euros por tonelada, luego había que añadir el precio del transporte y la comisión que se llevan los intermediarios. En aquel precio también tuvo que ver el efecto de la guerra de Ucrania en los mercados.
Pero este año con unos precios cuatro veces más bajos que entonces, muchos agricultores leoneses han optado por picarla y utilizarla como abono para sus tierras. En Galicia, en comarcas como la de A Limia, hay alpacas de hierba seca de seis cuerdas de 350 kilos a 30 euros. La cuestión, como explica un agricultor del concello de Trasmirás, es que no todas las alpacas tienen la misma calidad. Eso también han de tenerlo en cuenta los ganaderos. «Este ano hai moita poa, unha gramínea que medra moito máis alta que a herba fina que é de moita menor calidade nutricional. Sobre todo pasa en herba de leiras que se deixaron de cultivar hai anos e nas que agora medra herba. Non son como as das praderías», explica.
Y cómo distinguir unas alpacas de hierba fina y de mayor calidad que otras compuestas principalmente de esa «poa». Las primeras, como apunta, son más compactas, mientras que las otras cuesta más prensar la hierba porque son más huecas. El problema es que este año, no hay diferenciación de precios entre unas u otras. Además, pone el ejemplo de lo que está pasando con algunas alpacas de paja de centeno, unas de las más buscadas para alimentar el ganado: «Este ano ao chover tanto na primavera non puiden botar herbicida nunha finca que tiña de centeo e entón acabei facendo aí 27 alpacas. Noutra época estas quitábanchas das mans, pero agora como hai abundancia e moitos non saben diferenciar.... páganchas ao mesmo prezo». Por eso a el le gusta comercializar directamente sus alpacas de hierba seca. Para evitar a muchos transportistas que, como dice, están actuando de intermediarios entre los agricultores y los ganaderos. Hasta está mirando ahora de poder enviar hierba seca para Marruecos: «Quén ía dicir que no 2023 ía mandar alpacas a Extremadura, pois agora por qué non mandalas para Marrocos porque os transportitas vanche cargar o mesmo», explica.
Treinta euros es el precio medio al que los agricultores gallegos están comercializando sus alpacas de hierba seca de más de 300 kilos, según carteles colgados en las cabeceras de concellos de la montaña lucense o como se puede ver rastreando anuncios de Internet. También las hay a 22 euros las alpacas de 1,35 de diámetro o 20 la de 1,30. Pero hasta hay algún anuncio que pone ¡Gran Oferta! al ofrecer rulos a 13 euros. No es tampoco lo habitual.
Las alpacas pequeñas de paja, las de entre 15 y 20 kilos, también han estabilizado sus precios. Hay que tener en cuenta que la paja no es lo mismo que la hierba seca. La primera puede ser de trigo o centeno, mientras que la segunda de un color más verdoso es de praderas. «Más que unha crise nos prezos da palla, penso que o que está pasando este ano é que os prezos se están estabilizando despois do que se chegou a pagar no 2023. daquela xuntáronse varias cousas: unha seca que acabou coa producción en moitas zonas e a guerra de Ucrania. Chegáronse a pagar prezos que tampouco eran o habitual. A nós chegáronnos a chamar de Zaragoza pedindo palla», explica otro agricultor de la comarca de Sarria. Él comercializa alpacas cuadradas, de las pequeñas. Rondan los 2 euros cada una, cuando hace dos años llegarona estar a 3 euros.