Los troncos de los árboles quemados en los incendios de Ourense se usarán para frenar la ceniza
FORESTAL

El Gobierno central invierte tres millones de euros para instalar barreras que eviten que las escorrentías contaminen el agua
12 sep 2025 . Actualizado a las 14:38 h.El día 15 de agosto se declararon dos incendios, uno en Vilar de Condes (Carballeda de Avia) y otro Beade, que acabaron uniéndose. El fuego no logró apagarse por completo hasta catorce días después, tras arrasar 3.296,14 hectáreas, según los últimos datos de la Xunta de Galicia. Esta zona fue la elegida por el Gobierno central para presentar este jueves su «plan de choque posincendios», que ha arrancado con trabajos para instalar barreras naturales que eviten que las cenizas contaminen ríos y regatos y comprometan la salubridad del agua.
De camino al pueblo de As Fermosas, el lugar de la cita con los medios de comunicación, el paisaje es devastador. El monte está arrasado y una leve llovizna moja el terreno justo antes de que el subdelegado del Gobierno hable ante los periodistas. El problema es que, cuando las lluvias sean más intensas, pueden producirse escorrentías. Y, si estas llegan a las masas de agua, pueden contaminarlas, algo que preocupa especialmente donde hay captaciones para el consumo humano. Eso es, precisamente, lo que ocurre con el regato de Vilar de Condes, que desemboca en el río Maquiáns, desde donde se suministra la red de abastecimiento de Ribadavia, una localidad con cerca de cinco mil habitantes.
El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, José Antonio Quiroga, explicó que la prioridad del Gobierno es, precisamente, actuar en zonas donde hay captaciones. «O gran risco é que as choivas arrastren esas cinzas, con compoñentes que poden contaminar a auga como metais, hidrocarburos, cadmio, selenio, fósforo, etcétera», dijo el titular de la entidad, que prevé invertir tres millones de euros para evitarlo. Seis brigadas están trabajando ya entre Valdeorras y Carballeda de Avia y seguirá incorporándose personal hasta llegar a 200 trabajadores. Su tarea, en estos primeros días, está siendo la instalación de barreras en las zonas próximas a los ríos y regatos que abastecen a núcleos de población. Para ello, ante las dificultades de llevar otros materiales a lugares que normalmente son de difícil acceso, utilizan troncos de árboles quemados, ramas e incluso pequeñas piedras. El objetivo es que, cuando llueva intensamente, el agua se acumule en esa especie de presas y la ceniza decante, sin acabar siendo arrastrada hasta los cauces.
Se trata de una tarea ingente, si se tiene en cuenta que en los perímetros de los incendios declarados en la demarcación Miño-Sil —la mayor parte en la provincia de Ourense— hay en torno a dos mil kilómetros de cauces fluviales. Por ahora, según explicó el comisario adjunto de la Confederación Hidrográfica, no hay noticias de ninguna captación de agua contaminada, pero es algo que no se descarta. «Estas medidas van minimizar os riscos, pero nalgún dos casos vai ser inevitable que se produza esa afección», indicó Javier de Anta, que explicó que se está trabajando en coordinación con la Consellería de Sanidade para buscar alternativas de abastecimiento para los lugares donde eso ocurra.

Después de esta primera fase, se retirarán obstáculos en los cauces de los ríos para evitar inundaciones y, más adelante, según avanzó el subdelegado del Gobierno en Ourense, se abordarán tareas de repoblación. Será, en todo caso, en la zona de dominio público hidráulico, es decir, en el entorno más inmediato de los ríos, ya que las competencias en el resto del monte son de la Xunta de Galicia. Eladio Santos pidió más implicación al gobierno autonómico y criticó que la última medida anunciada por este sea una campaña publicitaria de promoción turística.
Dos conselleiros
Precisamente, este viernes visitó San Cristovo de Cea el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, que anunció 180.000 euros para ayudar a los concellos con las analíticas de control de aguas. Otro conselleiro que visitó ayer Ourense fue el de Cultura e Xuventude. José López Campos estuvo en Manzaneda para hacer balance de la campaña de campamentos de verano. No fue una elección casual ya que los incendios amenazaron la estación de montaña. Alabó el «comportamento exemplar» del equipo y de los niños.